"La accesibilidad arquitectónica es una de las barreras más fuertes del capacitismo"

La comunicadora cuestiona el sistema capacitista y asegura que vivir en el centro de la ciudad para una persona en silla de ruedas "es un privilegio".

27 de Mayo de 2023 08:00

“Cuando era bípeda veía todo a 1,70 de altura y había temas que no me planteaba para nada. Hablaba de inclusión, pero estacionaba en una rampa, no ayudaba al otro, no me fijaba si faltaban ascensores… Hoy estoy a 1,20 del piso en mis cuatro ruedas. Siempre digo que tuve el privilegio de vivir en los dos mundos”, revela María Florencia Santillán, comunicadora social cordobesa radicada en Mar del Plata y autora junto a Santiago Solans de “Maldita lisiada”, un libro en el que relata su experiencia de vida y este domingo presentará en el Espacio Unzué a las 16.

Florencia considera necesario aclarar que “Maldita Lisiada” no es una autobiografía, sino un libro en el que relata su historia, se ríe de situaciones que le tocaron vivir desde que está en silla de ruedas y resignifica e interpela a los lectores. 

“Maldita lisiada es el meme más compartido de Latinoamérica”, dice Florencia. La frase hace alusión a la escena icónica y quizá la más bizarra que hayan dado los culebrones protagonizados por la mexicana Thalía. “Así que era de este de quien estabas enamorada maldita lisiada? De mi Nandito escuincla mocosa, inválida del demonio” le grita la villana Soraya  a una joven en silla de ruedas. antes de golpearla. Florencia y Santiago tomaron esa frase y la resignificaron porque el lenguaje “es una construcción social” y “hay que sacar el drama y de la maldición que se cree tiene la discapacidad”

“Definirme como lisiada en el otro genera incomodidad, uso mucho esa palabra y me dicen “mirá lo que decis”. La primera vez que usé la palabra lisiada para referirme a mí misma sentí un poco de ruido, pero la adopté como parte de mi identidad. Hablo con mis amigos lisiados y estoy convencida que podemos darle otro sentido que no sea de connotación despectiva”, dice Florencia del otro lado del teléfono y agrega que le interesó la idea de romper con la idea de la maldición que hay en torno a la discapacidad. “Quisimos usar la frase por lo provocadora”, dice.

Con el libro, Florencia y Santiago tienen dos objetivos: por un lado hablarle a las personas con discapacidad “es algo que sucede y hay que aprender a vivir con esto, a llevarla, Cambiar el “por qué a mí” por “y por qué a mí no”, dice  y por otro tratar de lograr el click en los “bípedos” y hacerles ver que “hay cosas a las que nunca se les presta atención mientras perteneces al sistema capacitista”, sostiene para ejemplificar que en su caso “una silla de ruedas no discapacita”, aunque sí le genera situaciones como “tener que preguntar si el lugar al que voy a ir a cenar está adaptado, o si hay ascensores”, dice.

Desde hace un año, Florencia decidió abandonar Carlos Paz y mudarse a Mar del Plata. Cuando se mudó se viralizó un video en el que relataba la odisea de “ir a hacerse las uñas para personas en sillas de ruedas”. “La accesibilidad arquitectónica es la batalla más fuerte que al menos yo tengo en el capacitismo”, dice y destaca que si bien en la esquina de su edificio no tienen una rampa es una “privilegiada” porque vive en la zona céntrica de la ciudad que al menos está asfaltada y permite que pueda llevar un poco mejor la situación. “Digo, hay veredas rotas, faltan rampas o las que hay están rotas, hay baches, pero la llevo, si me hubiera mudado a Acantilados, por ejemplo, se me complicaría un poco la situación”, cierra Florencia sin perder la sonrisa.

Florencia asegura que mientras fue “bípeda” militaba en un espacio que consideraba “progre”, cuando cumplió 23 años, enfermó y tuvo que adaptar su vida, entendió que ya no podía aportar nada en el espacio  porque sus nuevas inquietudes, surgidas de la nueva realidad que le tocaba no tenían lugar. Hoy, la búsqueda de Florencia está en visibilizar la exclusión y fomentar desde su lugar la completa inclusión a las personas con discapacidad.