George Méliès: ¿Quién puede vivir sin un poco de fantasía?

Como parte de la colección A~Zine, la Editorial artesanal Atávica lanzó recientemente La gran ilusión, de Augusto Munaro. Un breve ensayo sobre la vida y las técnicas de George Méliès y de cómo cambió el cine para siempre.

La gran ilusión es un ensayo biográfico sobre George Méliès.

11 de Junio de 2023 11:43

Atávica Editora acaba de lanzar su segundo material de la Colección A~Zine luego de Llegar a publicar, texto inédito y bilingüe, de Jack London. En esta oportunidad, el ensayo es sobre cine y está a cargo de Augusto Munaro: La gran ilusión (Atávica Editora- 2023).

Los libros de esta colección son de tiradas más breves y sobre temas específicos. Cosidos, manufacturados íntegramente a mano y con intervención caligráfica en el lomo, los textos de la colección responden a la cuestión del “hacer”.

La gran ilusión es un ensayo biográfico sobre George Méliès, pero Augusto Munaro se va deteniendo en las técnicas que este implementaba, novedosamente, en el cine. Por ese tiempo, los hermanos Auguste y Louis Lumière aportaban un cine más de corte realista, hasta que irrumpe George Méliès con un gran bagaje de fantasía. De hecho, la reconocida frase de Méliès: “¿Quién puede vivir sin un poco de fantasía?” es el epígrafe que abre el libro y funciona como disparador para el texto que se va a desarrollar.

Le decían El mago de Montparnasse y buscaba reproducir esos trucos en sus películas.

El trabajo entre autor y editor llevó alrededor de seis meses hasta que lograron darle forma al libro; una serie de capítulos breves con un número importante de imágenes que los ilustran. Las notas al pie son un gran agregado que amplían la información sobre el propio Méliès, así como sobre sus técnicas, enriqueciendo el texto.

“El ensayo está centrado en su biografía, pero también en las técnicas que usaba. Hay mucha referencia a sus películas y, además, Augusto va comentándolas y analizando esos ‘trucos´. Hace todo un recorrido por la trayectoria de Méliès, cómo arrancó, cómo armó su propio taller donde hacía sus películas, las técnicas y los trucos mágicos que quería reproducir en sus films. Porque, en realidad, él era mago. Le decían El mago de Montparnasse y buscaba reproducir esos trucos en sus películas y aprovecharlos para hacer efectos de fantasía”, sostiene el director de Atávica, Diego Forte. Y agrega, “Él hacía pozos en la calle, ponía arneses, pintaba los escenarios. Casi que la película era la excusa para mostrar esos trucos, porque el argumento parecía quedar en un lugar secundario. Y lo hace desde el principio hasta el final de su carrera”.

El ensayo está centrado en su biografía, pero también en las técnicas que usaba.

- Es el primer texto que editan sobre cine, ¿algún motivo en particular?

- Yo conocía algo muy superficial de Méliès. Había visto Viaje a la Luna, pero no mucho más. Lo que me impactó realmente fue su fuerza de voluntad. Recordé mucho el inicio de esta editorial, esa fuerza, esa cuestión del “hacer”. En eso es como un ejemplo porque se proponía algo hacer algo y hasta que no lo hacía no paraba. No tenía concesiones en eso y así llevó adelante proyectos increíbles. Eso me causó gran impacto y, encima, todo lo hacía artesanalmente, era un hombre orquesta, como nosotros hoy acá. Además, se cuenta en el libro también, él podría haber seguido el mandato familiar, pero rompió con eso para hacer lo que lo apasionaba. Me terminó de decidir su actitud casi “quijotesca” o “romántica” de ir siempre hacia adelante.

- El arte de tapa es realmente muy atractivo…

- Sí, el arte de tapa está a cargo de Mat Lorenz. Para nosotros era muy importante que la portada comunicara esa cuestión del cine. Que la portada capturara, como dice Benjamin, el aura del libro, que esté enfocada en eso. Y vimos que su figura de perfil y su cámara sobre el trípode funcionaba. Es una tapa bien lograda.

La gran ilusión no solo te presenta a George Méliès, también te acerca al Séptimo arte. A sus orígenes y a sus fantasías. Con capítulos cortos, acordes a los tiempos, el nuevo libro de Atávica muestra erudición y, sobre todo, mucha pasión y amor por parte del autor hacia el cine.