“Armaron quilombo”: la chicana marplatense de Macri a River a días del Superclásico
El expresidente de la Nación se refirió a una recordada goleada de Boca que culminó en una escandalosa suspensión. La trama barra y de corrupción policial detrás de un Superclásico de verano que terminó con un muerto en la Rambla.
Por Redacción 0223
PARA 0223
La carrera alocada de Ariel Carreño para abrazarse con el juez de línea Ernesto Taibi aquella noche del 26 de enero de 2002 en Mar del Plata tal vez quedó como el mayor recuerdo de un Superclásico que en realidad protagonizó una de las tramas más turbias de los Boca-River en este siglo, con la consecuencia trágica de una persona muerta.
Pero el color y la chicana muchas se imponen en el código futbolero y el expresidente argentino Mauricio Macri no estuvo ajeno en su reciente visita a la ciudad, a escasos cuatro días del Superclásico que el domingo se jugará en el Monumental.
“Nunca dejé de venir, primero con la familia y después para esos torneos de verano con Boca, tanto años, tanto recuerdos”, inició Macri la conferencia de prensa que este miércoles al mediodía ofreció en el Torreón del Monje, donde dejó fuertes declaraciones políticas, recordando sus tiempos como presidente de Boca entre 1995 y 2008.
Y en ese recuerdo hizo especial mención al Superclásico que hace 23 años se disputó en el Estadio José María Minella por la Copa Ciudad de Mar del Plata, con goleada xeneize y suspensión a los 15 del segundo tiempo por incidentes entre las dos barras. “Tantos recuerdos, de los mejores, como cuando íbamos ganando 4 a 0 y la barrabrava de River armó un quilombo bárbaro para suspender el partido, con el gol de Carreño”, rememoró Macri.
Una goleada, un abrazo inédito, los incidentes y una muerte absurda
Aquel Boca multicampeón daba sus primeros pasos bajo la conducción del Maestro Tabárez, luego del ciclo de Bianchi del cual venía de ser bicampeón de América, campeón de la Intercontinental contra el Real Madrid y, dos meses atrás, subcampeón intercontinental tras perder en suplementario contra el Bayern Munich.
Con suplentes, Boca ganaba con baile 3 a 0 con goles de Carreño, el Chelo Delgado y Omar Pérez, cuando todo se desmadró a los 15 del segundo tiempo con el cuarto gol de Boca, nuevamente a cargo del juvenil Carreño. Ese tanto dejó una de las imágenes más inéditas del fútbol argentino, donde tras batir a Comizzo el delantero xeneize corrió para abrazarse con el línea Ernesto Taibi. Mientras tanto, todo se descontrolaba en la platea descubierta.
Con la situación totalmente fuera de control, al árbitro Héctor Baldassi no le quedó otra que la suspensión del partido y hasta hoy, 23 años después, se mantiene la batalla discursiva sobre el resultado del pleito entre las barras. “Los Borrachos del Tablón corren a la 12 en Mar del Plata” y “Boca corre a River en Mar del Plata”, sintetizan contradictoriamente los primeros resultados que arroja actualmente Youtube al realizar la búsqueda de aquel partido, como una síntesis perfecta de la controversia. Desde Boca, como ahora lo reforzó Macri, le agregan un presunto “abandono” de River para no sufrir una goleada mayor de la que pintaba.
Una trama de corrupción y venganza, la verdad detrás de la fachada
Pero como suele ocurrir en casi la totalidad de los episodios de violencia en fútbol, por detrás no hubo más que una trama de corrupción barra y policial, y una búsqueda de venganza. El inicio del conflicto se traslada a Mendoza, donde días atrás River había ganado por penales, ocasión en que la barra albirroja mostró en la tribuna banderas robadas a peñas de Boca, toda una declaración de guerra en el código de los barrabravas.
Para evitar una batalla en Mar del Plata, los encargados del operativo policial hicieron lo que habitualmente se hace: un pacto de paz. Pero con premio extra para los protagonistas. Así hubo reunión en una estación de servicio de Estación Camet entre la policía y jefes de ambas barras, donde acordaron un fraude: cobrarles a los organizadores un operativo por 1.100 policías, un número propio para un partido de alto riesgo, pero enviar solo 400. El dinero extra se repartiría en tres partes iguales y todos contentos.
Pero La Doce habría intentado romper el pacto mostrando sus banderas robadas a River. Las versiones aseguran que cuando los muchachos del Rafa Di Zeo iniciaron los movimientos, un infiltrado de Los Borrachos del Tablón alertó la situación y ahí la barra riverplatense comenzó a invadir la platea de Boca. La Doce fue al encuentro y la pelea terminó con tres heridos de arma blanca, con disturbios que luego se concentraron en el playón. La policía, lógicamente desbordada, al no contar con los efectivos que en los papeles tenía que haber.
Pero la página más oscura ocurrió lejos del Minella, en la zona de la Rambla, donde durante la desconcentración barras de River acuchillaron y mataron a un hincha de Boca, Fernando Palermo, que nada tenía que ver con La Doce, en un hecho que quedó impune.
Si bien el crimen terminó sin responsables, el titular de la Comisaría Tercera, José Rivero, fue procesado por cobrar servicios adicionales no prestados y hasta llegó a estar detenido. Otra consecuencia: dos días después del partido el gobierno de Felipe Solá relevó de su cargo al jefe de la departamental Mar del Plata, el comisario mayor Carmelo Impari.
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