Presupuesto 2017: Arroyo vs Arroyo

Arroyo tenía una postura como concejal muy distinta a la que muestra ahora como intendente. 

14 de Diciembre de 2016 21:59

El secretario de Hacienda Gustavo Schroeder se presentará este jueves en la Comisión de Hacienda para defender el proyecto de presupuesto que envió al Concejo Deliberante. Allí recibirá las críticas por el fuerte incremento de tasas que contienen las ordenanzas fiscal e impositiva. Pero sobre todo deberá defender con argumentos sólidos por qué este proyecto contradice en varios aspectos muchas de las banderas que el intendente Carlos Arroyo levantó hasta el 9 de diciembre de 2015, un día antes de sentarse en el despacho principal del municipio de General Pueyrredon.

Schroeder se convirtió en estos meses en un hombre de confianza del jefe comunal, pero, en rigor, no es un hombre del riñón de Arroyo. Buscará que su presencia en la comisión sea fundamentalmente en carácter técnico. Y así esquivar lo mejor posible los sablazos que busquen herir al oficialismo por las contradicciones entre lo que decían cuando eran oposición y lo que hacen cuando deben lidiar con las dificultades del día a día que conlleva la gestión.

Más allá de esa aspiración lógica del secretario de Hacienda, la oposición (y algunos de sus aliados del oficialismo) harán reproches por el fuerte incremento de tasas que anunció el Ejecutivo: un 41% en promedio. El  propio Arroyo, este miércoles, ensayó lo que seguramente (más refinado) será parte de los argumentos que esgrimirá Schroeder: la suba afecta más a los que más tienen y menos a los que menos tienen. “Aparentemente, algunos incluso pagarán menos”, lanzó el jefe comunal en una notable muestra de sus falencias discursivas.

Desde la oposición, varios ediles ya plantearon sus quejas por el porcentaje promedio anunciado: duplica la previsión de inflación que planteó el Gobierno nacional. Habrá que ver cuáles son los argumentos públicos que elige el secretario de Hacienda para justificar esa situación, pero en privado reconoce que ese incremento es el necesario para comenzar a equilibrar la balanza entre lo que sale y lo que entra en el municipio.     

“Lo del aumento de tasas es casi una cuestión de fe. Nunca podemos saber cómo es que llegan a ese 41% de promedio, porque nunca nos dan la información completa”, reconoce un concejal opositor, quien sin confirmarlo sospecha que habrá subas mucho más fuertes. Y lo argumenta: después de años de utilizar una valuación fiscal bastante retrasada, José Cano optó para este año tomar la valuación de Arba del año 2015, pero al 50% para que la suba de tasas no se dispare. “Para este presupuesto se usó la valuación fiscal de Arba de 2016 al 100%”, amplía.

La nueva gestión económica del municipio también implementó cambios en la fórmula mediante la cual se calcula el valor de las tasas, pero para evitar subas muy violentas amplió los montos de las categorías. Para pasarlo al castellano, está intentando no cometer el mismo error que se ve por estos días en la tarifa del gas -en la cual la mayoría de los marplatenses están en la categoría más cara- o en el Impuesto a las Ganancias, donde crecen los salarios y no los mínimos y así cada vez incluye a más trabajadores. “Veremos qué pasa”, cierra el edil opositor.

Uno de los argumentos que utilizará Schroeder será recordar los desbarajustes heredados de la anterior gestión. Por caso, el año próximo el municipio asumirá el pago 150 millones de pesos a la Provincia que Gustavo Pulti usó para gastos corrientes. Y aparecen otros 270 de deuda a proveedores.

La parte política será, sin duda, la más colorida de la gestión. Lo que primero se pondrá en tela de juicio será el manejo del presidente del bloque de la Agrupación Atlántica, Guillermo Arroyo, quien es el encargado de convocar a los responsables de cada área para que asistan al Concejo.

La primera reunión no fue la mejor muestra de ese manejo político que se espera. Cuando los concejales esperaban a Schroeder se hizo presente el subsecretario Germán Blanco. La predisposición para discutir no fue la mejor. Hubo reproches de José Cano y de Eduardo Abud, dos concejales del oficialismo, enojados con la actual gestión. Este miércoles, el hijo del intendente deberá coordinar el encuentro con Schroeder y presentar el cronograma de los funcionarios que deberán desfilar por la comisión.

Habrá tiempo para pequeñas duelos personales, dos se robarán las luces del show: Gustavo Blanco y Alejandro Ferro y Eduardo Leitao y Eduardo Abud.

Guillermo Arroyo también deberá (o debería) ser el que defienda a su padre cuando lleguen los dardos por sus contradicciones. Este presupuesto, por ejemplo, apela a la misma herramienta que utilizó el pultismo: la caja única. Fueron muchas las batallas discursivas entre el entonces oficialismo y José Cano por aquellas maniobras, que para los primeros estaba avalada por leyes superiores y para el concejal opositor eran blanco de críticas constantes.

Lo mismo ocurre con el descubierto bancario, al cual Arroyo sigue apelando para el año próximo, a pesar de ser una de las causas por las cuales denunció al exintendente ante la Justicia. Hasta el momento, las negociaciones encabezadas por Schroeder para terminar con esa práctica por la cual el municipio paga intereses salvajes, pero de la cual depende mes a mes para poder cumplir con el pago de sueldos.  

“Todo lo que criticaban antes ahora lo quieren implementar”, coinciden varios ediles opositores que tienen las chicanas listas para las reuniones.

Durante lo que queda de 2016 y buena parte del primer mes del año entrante la batalla por el presupuesto se robará la atención política en la ciudad. El intendente deberá encontrar el equilibrio necesario entre un presupuesto más acorde a las necesidades de la gestión y las banderas que agitó a lo largo de su trayectoria como concejal.