Perpetua para un represor y absolución a otro en sorpresivo fallo, por el crimen de Labolita

3 de Julio de 2009 20:30

Por Redacción 0223

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El Tribunal Oral Federal de Mar del Plata condenó este viernes a prisión perpetua al ex militar represor Pedro Pablo Mansilla, quien continuará gozando del beneficio del "arresto domiciliario", y absolvió al coronel Alejandro Duret, al término del juicio que se les siguió a ambos por el secuestro y asesinato del militante peronista Carlos Labolita, detenido ilegalmente en 1976 en Las Flores. Organismos de Derechos Humanos y agrupaciones políticas reaccionaron airadamente ante el sorpresivo fallo. El Tribunal Oral Federal de Mar del Plata condenó este viernes por unanimidad a prisión perpetua al ex militar represor Pedro Pablo Mansilla y absolvió al coronel Alejandro Duret, al término del juicio oral que se les siguió a ambos por el secuestro y asesinato del militante peronista Carlos Labolita, detenido ilegalmente en 1976 en Las Flores. Organismos de Derechos Humanos y agrupaciones políticas reaccionaron airadamente ante el sorpresivo fallo.
El tribunal, integrado por los jueces Carlos Rozanski, Alejandro Esmoris y Nelson Jarazo, consideró culpable a Mansilla de los delitos de "privación ilegal de la libertad, agravada por haber sido cometido bajo violencia e imposición de tormentos agravado en virtud de tratarse de un perseguido político y homicidio calificado por alevosía, todos ellos en concurso real".
Sin embargo, y con Rozanski en disidencia, el tribunal dispuso que Mansilla continúe gozando del beneficio del "arresto domiciliario", lo que ahogó las voces de aprobación que la condena a perpetua había despertado en la sala atestada de familiares y amigos de la víctima y de militantes de derechos humanos.
Seguidamente, en medio de un silencio expectante, Esmoris, presidente del tribunal, anunció que Duret, sindicado como uno de los máximos responsables del operativo de detención de Labolita, resultaba absuelto por mayoría, también con Rosanski en disidencia, y que se ordenaba "su inmediata libertad" en relación a esta causa.
Sin dar a conocer los fundamentos del fallo, los miembros del tribunal se retiraron de la sala y en forma casi simultánea Mansilla y Duret fueron sacados del lugar, en medio de los gritos de "asesinos" y otros insultos proferidos por algunos de los asistentes.
En tanto, y en la calle, donde decenas de militantes de partidos de izquierda y de organizaciones de derechos humanos aguardaron el fallo, al tomar conocimiento de la absolución de Duret, manifestaron su desacuerdo arrojando huevos y piedras contra el frente de vidrio blindado del Tribunal.
Antes del comienzo de la audiencia, los manifestantes habían colgado del vallado metálico de dos metros de altura que rodeaba el acceso al tribunal, dos muñecos de cartón piedra, pintados con trajes a rayas horizontales como presos y con sus respectivos carteles identificatorios: "Duret y Mansilla".
En medio de la protesta por la sentencia, ambos muñecos fueron incendiados, generando mayor tensión aunque sin que la treintena de uniformados de la Policía Federal que custodiaba el acceso al tribunal tuviera que intervenir.
En la sala, en tanto, Gladys D’Alessandro, la viuda de Labolita, al término de la lectura de la sentencia, sufrió un shock, un desmayo y debió ser atendida en las oficinas interiores del tribunal. 
El abogado de la familia Labolita, César Sivo, aseguró a la Agencia Télam que para él "era condena o condena para los dos, no hubo elementos que pudieran generar dudas" y estimó que apelará la sentencia, una vez que se conozcan los fundamentos, a la vez que calificó de "burla" mantener el arresto domiciliario para Mansilla.
Por su parte, Carlos Labolita padre, estimó que los elementos recolectados durante el proceso no dejan dudas sobre la culpabilidad de ambos militares en el crimen de su hijo y anticipó que seguramente apelarán el fallo.
Labolita era un militante de la Juventud Universitaria Peronista que fue secuestrado el 25 de abril de 1976 en la ciudad bonaerense de Las Flores, cuando tenía 24 años.
El joven, que además era empleado de la petroquímica de Berazategui, era amigo y compañero de militancia del ex presidente Néstor Kirchner y de la presidenta Cristina Fernández.
La desaparición de Labolita tuvo su origen cuando el 26 de marzo de 1976, el mismo día del golpe de estado, fue secuestrado en las Flores su padre, Carlos Orlando Labolita, quien permaneció en prisión hasta 1980.
Carlos Labolita hijo regresó a Las Flores con la intención de lograr la liberación de su padre pero, en cambio, fue detenido en la casa paterna y trasladado al regimiento de Azul, donde era jefe Mansilla con el grado de coronel y cumplía funciones de Inteligencia Duret, quien en ese entonces era teniente.

AUTOR / FUENTE: www.0223.com.ar

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