La noche soñada de Facundo Campazzo

Campazzo se ríe y la gente de Quilmes, atrás, lo sufre. El base tuvo una noche brillante e inclinó la balanza en el clásico de la Liga Nacional. (Foto: Diego Berrutti)

30 de Enero de 2014 15:35

El partido ya había terminado y Facundo Campazzo no lograba llegar al vestuario. Entre los periodistas que querían la nota de la gran figura del partido, los chicos (y los no tanto) que se metían en la cancha para sacarse una foto con él, no llegaba nunca. Pero no le importaba, ponía la mejor sonrisa, lo disfrutaba. Era consciente de lo que había hecho, que había conseguido su mejor marca en Liga Nacional (35 puntos) y que fue determinante para que Peñarol derrotara a Quilmes por 85 a 82 en el tercer superclásico de la temporada.

Para entrar en calor, habló un poco del partido y del rendimiento del equipo que no fue el esperado, se vio envuelto en el trámite que propuso Quilmes y estuvo en gran parte del juego debajo en el marcador. 

“Como nos pasó en Bahía fueron dos tiempos distintos, arrancamos atrás de ellos, no jugamos bien, nos costaba mucho sacar una diferencia ante un gran equipo, que está jugando muy bien y por eso está donde está en las posiciones. Al segundo tiempo entramos mejor, más concentrados, más aguerrido, con ganas de ganar el partido, defendimos mejor, pudimos correr la cancha y encontrar nuestra identidad”, señaló Campazzo.

Pero después, inevitablemente las preguntas iban hacia él, hacia su gran noche y un futuro sin techo.

-Elogios de los medios, elogios de la gente, elogios tus compañeros que hablan maravillas de vos

-Es todo mentira, son todos mentirosos esos (risas). La verdad que estoy contento, me siento bien físicamente, quiero seguir estando así y ser un mejor base cada partido, hacer jugar a mis compañeros , disfrutar el día a día con ellos y los puntos se lo dejamos a los que hacen estadísticas. Nosotros sabemos lo que hacemos bien y lo que hacemos mal adentro de la cancha, defendimos duros, corrimos la cancha y pusimos nuestra identidad de juego en el segundo tiempo para sacar adelante un partido muy difícil.

- Igual sos consciente que a partir de vos reaccionó el resto del equipo también

-Empezamos el primer tiempo atrás de Quilmes. Se nos iban, se nos iban y nos costaba mucho meternos en el partido. Y en el segundo tiempo corrimos, a partir de una defensa dura, empezamos de atrás para adelante, lo hicimos bien, Leo encontró el tiro, corríamos con Adrián, pudimos ser inteligentes a la hora de darlo vuelta y en el cierre.

-Fuiste mucha veces figura, goleador, la gente te ovacionó, pero ¿alguna vez te pasó de quedarte media hora en la cancha, que tus compañeros se vayan y vos todavía estés dando notas, sacándote fotos, que Domingo Robles te lleve de cara a la gente para la ovación de la noche?

-Está loco Domingo (risas), es un gran presidente, es un gran tipo, es un gran hincha del club y está haciendo las cosas muy bien. Y lo de hoy la verdad que es algo muy lindo, estoy muy contento y no tengo palabras de agradecimiento para los dirigentes, para mis compañeros y para toda la gente que siempre me apoyó y me acompañó desde el primer día que estuve acá, que fue bastante complicado venirme y dejar a mi familia cuando era chico. El gracias me queda corto.

La última pregunta lo puso incómodo. Porque Campazzo ha hecho una gran carrera en poco tiempo, pero siempre destacó lo colectivo por sobre lo individual y, más allá de soñar con un futuro internacional en Europa o la NBA, nunca quiere hablar de eso, lo patea para adelante y sabe que ya tendrá que tocar el tema cuando inevitablemente llegue el día.

-La gente grita “Facu no se va”, le pregunté a un dirigente cómo hacer para que no se vaya y me dijo “no se puede hacer nada”

-Todavía no se sabe nada y no pienso en futuro, ya voy a tener tiempo para eso, quiero disfrutar el presente, estar con la cabeza metida en esta Liga Nacional, concentrado y mantenerme bien físicamente con mis compañeros  para poder conseguir otro título. Hay mucho tiempo para pensar en eso.

Y se fue. A seguir sacándose fotos, a dar notas, con las luces del Polideportivo ya apagadas y las tribunas vacías.