Ecos de una noche inolvidable

Muchas cosas dejó la final de Unión ante Talleres en el “Eva Perón” de Junín, que tuvo un gran marco, con casi 10 mil cordobeses y 250 marplatenses que no se achicaron y cantaron durante los 90 minutos. El accidente fatal que terminó con la vida de dos hinchas de la “T” empañó una fiesta que fue tal hasta el final del juego mismo, ya que no hubo ningún problema ni en la previa, ni durante, ni en la desconcentración. La felicidad de los que recorrieron los 700 kilómetros desde Mar del Plata, fue emocionante, porque gran parte de ellos fueron los familiares de los jugadores, los que aguantan muchas horas fuera de casa, concentraciones y un cuerpo técnico ultra exigente.

 

Por esto último, es que los jugadores le cantaban a Gustavo Noto “intensidad, intensidad, intensidad”, haciendo clara referencia a una de las palabras más utilizadas por el entrenador y una de las cosas que no le puede faltar a ningún equipo que dirige. “Me cantan eso y a mí me gusta, porque significa que tienen claro cuál es mi idea”, dijo el exAlvarado, entre risas con el ascenso consumado.

 

 

 

Es el tercer ascenso de Gustavo Noto, y otra vez fuera de casa. Con Racing de Olavarría, subió del Argentino B al A, en el 2007 en una dramática definición por penales ante Deportivo Roca; un año más tarde, por el mismo salto de categoría, el mismo rival y también en Río Negro, lo vio lograr la cuenta pendiente con su amado Alvarado, también desde los doce pasos; ahora, no fue como visitante pero casi, en terreno neutral, con mayoría de Talleres, su equipo se hizo fuerte y metió a Unión en la Primera B Nacional. 

 

 

 

 

Una multitud llevó Talleres a Junín. La Aprevide había indicado que se le otorgarían 2500 entradas, pero antes de empezar el encuentro se veía que la tribuna estaba colapsada, y ya con los equipos en el campo de juego, se le habilitó otro sector de la popular local y, rápidamente, la colmaron. En definitiva, casi 10 mil cordobeses coparon la escena, y parecía que podían jugar su partido. Sin embargo, el equipo no contagió y la gente no pudo ese el “jugador número 12”. Sabiéndose superados, emprendieron la retirada con absoluta normalidad, sin generar desmanes y sólo descargándose con Rodrigo Escribano, el presidente del club.

 

Alrededor de 250 personas viajaron desde Mar del Plata a ver a Unión. Un colectivo salió a las 8 desde la sede del club, con los familiares de los jugadores, chicos de las inferiores e hinchas que no se quisieron perder una noche histórica, además de muchos que llegaron sobre la hora en autos particulares. Con banderas, muchas camisetas y bombos, no temieron ante la inferioridad y alentaron durante los 90’. Con el ascenso consumado, los jugadores los recibieron dentro de la cancha y el festejo fue especial, de cada uno con sus seres queridos. 

 

 

 

La gente de Sarmiento de Junín estuvo muy bien predispuesta y no dejó ningún detalle librado al azar. Además de coordinar con los dos clubes para el ingreso de la gente y los equipos, colaboraron para que la prensa pudiera trabajar con normalidad, entendieron el tema acreditaciones y más allá de no figurar en la lista, no tuvieron problema en ceder una pulsera que habilitaba el paso a la zona de vestuarios.

 

La que no utilizó el sentido común, fue la policía que estuvo a cargo del operativo. Si bien controló sin inconvenientes a los hinchas, impidió que los periodistas pudieran trabajar con normalidad cuando terminó el partido. No permitían el ingreso al campo de juego a los medios marplatenses que viajaron a cubrir dicha instancia y lo hicieron perder parte de los festejos. Por intervención de dirigentes de Unión y después de varias discusiones, 0223 y el resto de los periodistas de la ciudad, tuvieron acceso a la cancha para vivir la fiesta de adentro.

 

 

 

Antes del encuentro, se realizó un minuto de silencio en honor a dos simpatizantes de Talleres que fallecieron en un accidente en la autopista Córdoba-Rosario, a la altura de Oliva, cuando viajaban hacia Junín a ver a su equipo. Además de las pérdidas fatales, hubo que lamentar tres heridos más que fueron trasladados al hospital local. El presidente del Fondo de Inversión, Rodrigo Escribano, se acercó hasta la zona del accidente y se puso a total disposición de la familia.

 

 

 

 

Sobre la hora del inicio del partido, ingresó al estadio Julio Buffarini, el lateral/volante de San Lorenzo de Almagro, que está a poco de jugar el Mundial de Clubes en Marruecos. El jugador, que pasó por Talleres y es hincha reconocido, fue ovacionado por la gente que estaba en la platea. 

 

Uno de los que estuvo adentro de la cancha en los festejos de Unión, fue Juan Carlos Pírez. El hoy técnico de Agropecuario de Carlos Casares, tuvo que ver con este ascenso, porque fue el que trajo a gran parte de los jugadores que terminaron consiguiendo el logro. El error, quizá, fue haber traído tantos juntos y no tuvo tiempo de hacerlos funcionar. En el cierre de la temporada anterior con Noto, y con mucho trabajo en esta, dieron sus frutos y mostraron que Pírez no estuvo tan errado con los nombres. Además, al DT lo une una relación muy especial con Juan Pablo Manzoco. También estuvo el preparador físico Lucas Ferreyra.

 

 

 

Los logros más importantes de la historia de Unión, tuvieron enfrente equipos cordobeses. En el 2008, con Marcelo Zwicker en el banco de suplentes, el “celeste” se hizo fuerte en la promoción ante Sportivo Belgrano de San Francisco y festejó el ascenso al Argentino A en casa del “verde”. En otro rubro, pero no menos importante por el valor de lo obtenido, los Cadetes del club, con Patricio Garino como abanderado, se alzaron con el Campeonato Argentino de Cadetes de Básquet en el 2009, con un plantel conformado por todos jugadores marplatenses, ante un Atenas de Córdoba que contaba con chicos reclutados de todo el país. Para coronarlo, de la mano de Gustavo Noto, Unión hizo historia grande, subió a la Primera B Nacional ante nada más y nada menos que uno de los gigantes cordobeses: Talleres.