“Cemento fue el lugar que acunó a tres generaciones que no tenían dónde ir”
Sebastián Duarte compartió las sensaciones de su último libro, que habla del mítico boliche porteño que vio pasar a todas las bandas consagradas. Una charla que abarcó desde Chabán, La Renga, Los Redondos y Callejeros hasta la tragedia de Cromañón.
De 1985 a 2004, Cemento fue la cuna del rock, un reducto por el que pasaron todas las bandas que hoy suenan en la radio o siguen llenando estadios. Un espacio histórico, teñido de under, ligado a la figura de Omar Chabán, su creador, quien se encargó de potenciar a quienes hoy – según el periodista Sebastián Duarte – todavía tienen mucho que agradecerle. Alguien que, en el mismo año del cierre del mencionado local, quedaría marcado con la tragedia de Cromañón.
En un café no tan alejado del microcentro marplatense, apenas unos minutos antes de presentar su libro “Yo toqué en Cemento”, el actual redactor de la Revista Mavirock y creador y director Músicas del Mundo, revista digital de arte y culturas del planeta, aceptó compartir una jugosa charla con 4MROCK, en la que plasmó las conclusiones del escrito que lanzó el año pasado y que reúne las historias de distintos rockeros argentinos que pasaron por el espacio de calle Humberto Primo, hoy, cerrado hace más de 10 años.
- ¿Cómo definirías a “Yo toqué en Cemento”?
- Este libro es un homenaje a la cuna del rock durante 20 años, por donde pasaron todas las bandas consagradas y que, en su momento, soñaban con vivir de la música. Era la época de la autoproducción, salir a pegar afiches y volantear en la calle, de hacer tu propia escenografía. Cemento era el lugar del crecimiento del rock, de la experimentación, de los músicos y el público. Por ese lugar pasaron tres generaciones: los 80, 90 y 2000.
Sebastián, mientras se escucha la prueba de sonido de un grupo de músicos que luego tocará canciones de La Vela Puerca, entre otras bandas, hace un alto a la conversación para dejar en claro bien su mensaje: “Muchas bandas que hoy son conocidas fueron público de otras en Cemento. Yo pasé de público a periodista y compartir camarines con los músicos. Me pasó con Divididos, Las Pelotas, Bersuit y muchas más”.
Y sigue: “Cemento fue el lugar que acunó a tres generaciones completas que no tenían a dónde ir, por más que el lugar fuera horrible, hediondo, sin ventilación. Siempre era de noche, incluso de día. Más allá de eso, todos queríamos entrar porque siempre aparecía alguna historia nueva”.
“A Pappo lo veías tomando cerveza en la barra, Katja Alemann andaba vestida de Conejita Playboy y Luca Prodan paraba en Cemento”.
Duarte, con otros libros en su haber como “Ricky de flema el último punk”, “The Cure la leyenda dark”, “Madonna reina material” y “Pink Floyd derribando muros”, entre otros, también se refirió a la “importancia” de Cemento en los propios músicos que por ahí pasaron. “Cuando empecé a llamar a distintos músicos para hacer este libro, se coparon de manera inmediata. Todos tienen recuerdos de sus inicios”, explica.
- ¿Qué buscaste plasmar en el libro?
El libro gira sobre las historias que tienen en Cemento, porque ellos hicieron Cemento. Esos músicos que hoy llenan estadios salieron de los garajes, de las esquinas, y luego pasaron por Cemento. La idea era que los chicos que lean el libro puedan entender que creyendo en lo que uno hace se puede llegar. Chizzo (La Renga) me contó que después de tocar en Cemento se iba a destapar cañerías con el padre. Que terminaba un domingo a las 6 y las 8 ya estaba laburando, después de tomar el bondi 126 a Mataderos. De alguna manera, el libro humaniza a la estrella de rock.
- ¿Alguna historia en particular que te haya sorprendido?
- Roy Quiroga, baterista de los Ratones Paranoicos, me contó que era cafetero, que llenaba los termos de café cuando llegaba de Cemento y que se iba al centro comercial de Liniers. Pero como no tenía plata para pagar un platillo que se le había roto, los comerciantes que le compraban café hicieron una vaquita y le regalaron otro. La Mona Jiménez también tocó en Cemento, pero él no quería ir. Lo convenció Fito Páez. ‘Vas a cantar ahí y los punk te van a escupir, pero no te pongas mal, porque el escupitajo es cariño, es aceptación’. Cuando tocó, invitó a Fito a cantar una canción y, antes de empezar, lleno de escupitajos, le dijo al oído: ‘Si esto es amor, me cago en el amor’ (risas). A Pappo lo veías tomando cerveza en la barra; Katja Alemann, una mujer bellísima, andaba vestida de Conejita Playboy y Luca Prodan paraba en Cemento. Era un lugar de paso obligado, todos iban a tomar algo ahí. Korneta, el papá de Eli Suárez, el ex y actual líder de Los Gardelitos, hacía entrar a los pibes de Ciudad Oculta que no tenían plata para pagar la entrada.
ANÉCDOTAS
“Había un rumor que decía que para poder ver el cielo, tenías que tocar en Cemento – recuerda entre risas, casi que delatando el final –. Recién cuando conocí el camarín entendí por qué decían eso. Resulta que había un agujero gigante en el techo, ¡te morías de frío en invierno! De hecho, Ricardo Iorio cuenta que cuando estaba en Hermética, una noche tuvo que hacer una fogata dentro del camarín para no morirse de frío. Encontraron unas maderas por calle Humberto Primo y las prendieron. Gustavo Cordera recuerda que veía pasar a las ratas como si nada. Pasar por ahí era ser under de verdad, ser subterráneo. Si pasabas la etapa de Cemento, ibas a llegar muy lejos. Si eras perseverante, después saltabas a las ligas grandes del rock que era Obras.
“Chabán fue el cerebro y piedra angular de un montón de bandas que hoy son famosas”.
- ¿Y Chabán?
- Omar fue el inventor, el idealista. El cerebro y piedra angular de un montón de bandas que hoy son famosas. Sin él, no estarían donde están. Chabán era un precursor y un motivador constante. Por ejemplo, por él, Divididos no se separó cuando no llevaban más de 50 personas. Convenció a Mollo de que no se separaran, cuando Ricardo estaba muy deprimido. Omar siempre apoyaba todas las ideas, siempre iba para adelante, incluso cuando Carajo le propuso hacer una feria de libro, con la excusa de promover el arte independiente, incluso sin ver un peso él dijo “dale, lo hacemos”. Ese era Omar Chabán.
- Cuando ocurrió lo de Cromañón se lo señaló como el gran culpable de la tragedia. ¿Qué opinión te merece?
- Omar Chabán hizo mucho por el rock, pero cometió un error. Siempre se manejó de la misma manera y la sociedad cambió en un momento. Los jóvenes de los 80, no eran los del 2004. Ahí pecó de inocente. Se quedó en los 80 y lo pagó carísimo. Chabán no fue ningún asesino, es más, Callejeros le debe todo a Chabán. Chabán les dio todas las oportunidades y yo soy testigo de esto que digo.
“ESTAMOS EN ALERTA ROJA”
“Para mí, el rock atraviesa una época muy floreciente”, declara casi sobre el final del mano a mano con 4MROCK. “Tiene mucha escuela de lo que pasó ayer. Es normal que las bandas que aparecen ahora tengan influencias de las que pasaron por Cemento,
hay muchos grupos que tienen cosas de Los Redondos y La Renga, no digo que se parecen. Ellos han dejado una enseñanza. Es normal que eso pase”, dice.
“Nuestro rock tiene 50 años de vida – continúa mientras las voces que hay a su alrededor levantan cada vez más el tono y se dificulta dialogar con normalidad –. Antes, los grupos tomaban como referentes a The Who, The Beatles y Rolling Stones. Ahora es normal que los pibes de 20 años tengan como referentes a 2 Minutos, Attaque 77, El Otro Yo, Flema, etc..
- ¿Te gusta el rock actual?
- Hay cosas muy interesantes muy interesantes en el rock actual, bandas que son buenísimas, y a las cuales hay que prestarle atención. El rock se asemeja a la situación actual de cada país. El rock, que nació contestatario, si hay cuestiones sociales a denunciar, siempre dice presente, no se esconde. Pero si el rock no dice nada, es porque algo distinto está ocurriendo. Mi idea es que con el gobierno actual, muchas bandas tienen la oportunidad de ser contestarías, no solo hablar de los pajaritos y las flores y los cielos celestes. Hay muchas cosas para decir, sobre todo cuando caminás por calle con lentes o una cresta y te para la policía, como pasaba en los 80, para hacer averiguación de antecedentes. Estamos en alerta roja, tenemos que estar unidos y defender a nuestro movimiento.
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