Quilmes ganó de punta a punta y quedó a un paso de la semi

El "tricolor" marcó una amplia diferencia en el primer tiempo y en el complemento aguantó los embates del local Aguada, mantuvo la diferencia con autoridad y se impuso por 85 a 74.

Así, como un equipo, Quilmes se paró en una "final" y superó al local Aguada para quedar bien parado de cara a la clasificación. (Foto: @quilmesmdp)

12 de Octubre de 2017 23:11

Por Redacción 0223

PARA 0223

La derrota ante Pinheros dejó a Quilmes sin margen de error, pero no le importó, supo cómo encarar el partido, ssabía que Aguada iba a llegar envalentonado por el triunfo sobre Osorno y cuando los uruguayos se dieron cuenta que era otro encuentro, otro rival, el "cervecero" ya había sacado una ventaja que, a la postre, fue irremontable. Un primer tiempo fantástico del conjunto de Javier Bianchelli y una segunda mitad en la que tuvo personalidad para sostenerlo, le permitieron ganar por 85 a 74 y quedar muy bien parado de cara a la clasificación a la semifinal. El martes, cierra la primera fase ante el equipo chileno.

El nivel de la primera mitad del equipo de Javier Bianchelli fue de ensueño. Una defensa inexpugnable, Nicolás Ferreyra lúcido en la conducción y en la definición, Ricky Sánchez e Iván Basualdo pesando en la pintura, un rendimiento colectivo que dejó sin respuestas a un local que no pudo en ningún momento adueñarse del juego. En los 10' iniciales, Aguada no pudo jugar, fue ahogado por la presión marplatense que los obligo a perder 10 pelotas y en ataque lo aprovechó con buenas decisiones para ganar el primer cuarto por un categórico 24-10.

Nada cambió en el segundo chico. Aún con los relevos en el campo de juego, el "tricolor" no sólo mantuvo la ventaja, sino que la estiró y llegó a tomar una distancia que tuvo un máxmo de 23 puntos (42-19). El local no salía de su asombro ante un rival que hacía todo bien, con un Ferreyra en un nivel supremo y un rendimiento colectivo muy bueno. Por eso, no sorprendió que se llegara con holgura al entretiempo: 45-26 para Quilmes.

Como era de esperarse, al regreso del vestuario, Aguada dejó el libreto y salió a buscar el todo por el todo, con Kyle Lamonte como máximo protagonista y Curtis sumando en la pintura, pero los de Bianchelli tenían personalidad, aguantaban, no dejaban que la distancia se achique más de la cuenta y si bien la diferencia cayó a  66 a 51 de cara a los 10 minutos restantes.

Lo único para reprocharle a Quilmes, fue que en el último cuarto, cuando debía mantener la calma y enfriar el juego, se metió en el golpe por golpe que propuso el local y se empezaron a llenar de goles. Cuando Aguada logró derribar la barrera de los dos dígios de diferencia, el "tricolor" se volvió a tranquilizar y lo sostuvo, ocn el corazón, con inteligncia, incluso definiendo la última bola con un gran rebote de Iván Basualdo que le puso la frutilla al postre con una conversión que le dio la diferencia final en el tablero y deja a Quilmes muy bien parado de cara a la clasificación, que la pondrá en juego el viernes a las 18.45 frente al ya eliminado Osorno de Chile.