La Internacional Conservadora

Brasil empezó a jugar en el terreno global como principal aliado de Estados Unidos junto a Chile y Colombia. ¿Qué rol tendrá el Prosur? Las carecteristicas de una derecha que crece. 

19 de Marzo de 2019 18:11

Jair Bolsonaro comenzó su primera gira por el exterior visitando los países que son prioritarios para su construcción de alianzas a nivel global. La misma inició con una reunión con Donald Trump en la Casa Blanca en la que, entre otras cosas, se volvió a barajar una posible intervención militar en Venezuela para derrocar al presidente Nicolás Maduro y forzar una transición con Juan Guaidó a la cabeza. 

El mandatario norteamericano condicionó el apoyo a Brasil para entrar a la Organización de la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a cambio debatir la posibilidad de una invasión. Bolsonaro dijo todo que si aunque esto no cuenta con el consenso interno para hacerlo, especialmente, por la resistencia en el ala militar del gobierno.

Bolsonaro asumió un rol en la reconfiguración de una derecha reaccionaria que tiene pretensiones de desplegarse por toda la región. En esta línea, el presidente de Brasil visitará Chile e Israel, con quienes trabajarán por la construcción del ProSur con el país transandino y reforzará el vínculo con Israel en el área militar y religiosa. 

Con este panorama es necesario ordenar los ejes más importantes de esta derecha global en cuatro puntos. 

Antiglobalismo

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca marcó una ruptura en la institucionalidad global vigente durante, al menos, dos décadas desde la caída de la Unión Soviética en la década del 90.  El principio de esta erosión fue la crisis financiera en 2008 y el globalismo impulsado por Barack Obama que, entre otras cosas, deslocalizó empresas generando una pérdida importante de puestos trabajos. Esas fueron las condiciones para la victoria de Trump y el colapso de la socialdemocracia europea que abrió la puerta a expresiones de ultraderecha en Europa y algunas fuerzas de izquierda como Podemos en España, Syriza en Grecia o Francia insumisa en el país galo. 

Desde el primer momento que Bolsonaro se subió al tren antiglobalista incentivo por carácter nacionalista propio de la Fuerzas Armadas pero por sobre todas las cosas por su cruzada contra el comunismo que lo llevó a decir en plena asunción que “nunca más la bandera roja flameará por Brasil” o hace algunos días en Washington dijo que “Brasil iba camino a ser un país comunista”. 

El Canciller Ernesto Araujo, fanático de Trump y discípulo del escritor brasileño residente en Estados Unidos Olavo de Carvalho. Tanto Carvalho como el otrora asesor de Trump, Steve Bannon, estuvieron presentes en el discurso del domingo por la noche de Bolsonaro en Estados Unidos. 

El antiglobalismo del bolsonarismo se expresó en la intención de abandonar el acuerdo de Paris que combate el cambio climático y dejar de comercial de forma prioritaria con China. Ambas situaciones quedaron en meras intenciones, ya que, China es el principal destino de exportaciones brasileñas y abandonar semejante comprador seria un suicidio que rozaría la estupidez. 

 

Fundamentalismo religioso 

Bolsonaro entendió que el factor religioso le permitía ampliar su base social, construir una importante red de financiamiento y estrechar vínculos con factores de poder en el orden internacional. Por este motivo, luego de bautizarse en el río Jordán en Israel, dijo que uno de sus primeros viajes al exterior será al Estado de Israel con quien siempre tuvo coincidencias. Y cumplió, incluso, uno de los hijos de Bolsonaro aseguró que Brasil tiene romper relaciones con Venezuela e Irán en una clara señal a Washington y Tel Aviv. 

Así se visibiliza el eje Estados Unidos-Israel-Brasil y se instala el interrogante a propósito de la relación comercial del gigante latinoamericano con China. Otro dato clave en este sentido es el que aportó Igor Gielow vinculado al comercio con países musulmanes. De acuerdo con la Fambras (Federação de las Asociaciones Musulmanas de Brasil), el 45% de la carne de pollo y el 40% de la vacuna que el país exporta actualmente llevan el sello Halal -o sea, puede ser consumida según los preceptos islámicos. 

¿Qué rol cumple Estados Unidos en el factor religioso? Los pentecostales o neopentecostales tiene una relación directa con Estados Unidos. Su representante máximo en la Casa Blanca es el vicepresidente Mike Pence, quien se definió “cristiano, conservador y republicano” y en una entrevista a The Daily Beas en marzo de 2016 aseguró: “Soy un nacido de nuevo, católico evangélico”.

El compromiso del gobierno de Brasil por combatir la “ideologia de género”, su rechazo a la legalización del aborto y leyes como el matrimonio igualitario o la identidad de género es compartir por sus socios estadounidenses e israelíes.  

 

Reaccionario

La derecha internacional se presenta como homogénea y fuertemente antidemocrática. En el plano interno, a un año del  premeditado asesinato de la concejal Marielle Franco, puso en evidencia el estrecho vínculo entre los autores materiales del hecho con la familia Bolsonaro. ¿Cuál es ese vínculo? El asesino de Marielle vivía en el mismo condominio de lujo que Bolsonaro, la hija del asesino fue novia de un hijo del presidente, el que conducía el auto con el que la persiguieron tenía foto con Bolsonaro y uno de los acusados era asesor y trabajaba para el hijo de Bolsonaro en Río de Janeiro. 

Los Bolsonaro hicieron campaña rompiendo un cartel en homenaje a Franco y provocaron una y otra vez a los compañeros de militancia de la dirigente de izquierda diciendo que “nunca se sabrá las razones de su muerte”.

En términos internacionales, Brasil copió el amor por la tenencia de armas de Trump e incluso el senador Mayor Olimpio sostuvo luego de la muerte de diez personas en una escuela de San Pablo por dos jóvenes que irrumpieron a los tiros que “si las docentes hubiesen estado armadas, podrían haber respondido”. También, el presidente de Brasil se pronunció a favor de la construcción del muerto en la frontera con México. Aceptar que Estados Unidos ponga sobre la mesa una posible intervención militar es la frutilla del postre para un proyecto reaccionario que busca expandirse.

 

ProSur

La iniciativa de Colombia y Chile para la región llamado ProSur se encuadra en todos estos conceptos. Es homogéneo en términos ideológicos, propone una relación de subordinación con las grandes potencias y se limite a la exportaciones de materias primas y acceso al mercado de capitales. 

Brasil tiene como prioridad la construcción de un corredor de libre comercio con Chile, en una clara demostración de la poca prioridad que la asigna tanto al Mercosur como a la relación con Argentina quien ya no será un aliado estratégico mientras Bolsonaro gobierne. 

La economía no será un eje vertebrador por el simple hecho de que para este bloque  la integración es un problema y el moto del desarrollo se basa en acuerdos bilaterales principalmente con Estados Unidos.

En el medio, se avanzaran en privatizaciones, instalación de bases militares, reformas laborales y previsionales y ajustes fiscales para “generar confianza” serán las bases y condiciones de una internacional conservadora que llegó para quedarse.