24 de marzo: qué piensan los millennials de la última dictadura militar

De diferentes barrios, integrantes de escuelas diversas y con objetivos de vida completamente distintos afirman: "Es importante recordar lo que pasó, para que no vuelva a pasar nunca más".  

24 de Marzo de 2019 14:54

En los actos por el Día de la Memoria o en la tradicional marcha del 24 de marzo generalmente una extensa bandera argentina con imágenes de los jóvenes torturados, desaparecidos y asesinados en la última dictadura aparece como la principal protagonista. 

En blanco y negro, la mayoría suelen ser fotos carnet "formales". Si a eso se le suma la moda que se utilizaba en los '70, puede verse en sus rostros a mujeres y hombres adultos. Pero eran apenas jóvenes. 

Nacidos en un nuevo milenio, un grupo de adolescentes marplatenses se pusieron en la piel de quienes a su misma edad fueron separados de sus familias, secuestrados y cruelmente asesinados por perseguir sus sueños. 

De diferentes barrios, integrantes de escuelas muy distintas y con objetivos de vida completamente diferentes siete millennials contaron su visión del 24 de marzo. 

Belén, 17 años.

Belén tiene 17 años, va al colegio Inmaculada Concepción y cuenta que en su familia siempre se habló de política y aunque en la sobremesa hay diferentes opiniones, "se puede debatir" gracias a la libre expresión. Por eso, piensa que es un horror que chicos de su edad "hayan sufrido esas consecuencias por expresar su opinión y reclamar lo que querían". "La libertad de expresión es un derecho fundamental y sin ella el pueblo queda reprimido", opina.

"Quiero manifestarme por todas esas personas que quisieron alzar la voz o lo intentaron y terminaron desaparecidas, muertas o torturadas, por la apropiación sistemática de recién nacidos y por la constante violación de los derechos humanos. Ojalá esto nunca más suceda", añade.

Manuel, 17 años.

Manuel también tiene 17 años y asiste a la Escuela de Educación Secundaria Técnica Nº3. "Me parece que fue algo terrible por reclamar sus derechos", dice sobre la dictadura. Aunque hasta ahora no se sumó a ningún movimiento estudiantil cuenta que el día que se sienta representado está seguro que lo haría.

Si bien hoy se vive en democracia, Manuel cree que algunos gobiernos también persiguen a los jóvenes por pensar diferente. "Vemos lo que quieren que veamos, hay muchísimas bajadas de línea", expresa. 

Se pone en el lugar de una familia que sufrió la desaparición de algún integrante en la dictadura y sostiene: "El dolor que sentirían sería terrible, no me lo puedo ni imaginar".

"La libertad de expresión es un derecho fundamental"

"No se si por empatía o por otro motivo pero me resulta el acto más horrendo y sanguinario", explica por su parte Alejandro. Tiene 19 años y estudia Ingeniería en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Sus estudios primarios y secundarios los hizo en el colegio San Nicolás de los Arroyos. 

- Chicos de tu misma edad fueron secuestrados, torturados y asesinados, ¿qué sentís cuando te hablan de eso?
 
- Tristeza por los inocentes estudiantes, impotencia por saber que pasó y nada se pudo hacer, enojó con los que fueron capaces de hacer semejante cosa y una gran necesidad de hacer todo lo posible por evitar que lo que pasó nunca más pase en ningún lugar del mundo.

"Todos los años voy a la marcha del 24 de marzo sin faltar nunca, incluso voy estando de viaje en otras ciudades del país. Creo que es lo mínimo que podemos hacer por la memoria de todos los desaparecidos durante la dictadura, y lo que obligatoriamente tenemos que hacer para ser conscientes de la gran herida que cargamos como país y así evitar jamas volver a tropezar con esa piedra.  Como dice León Gieco: "Todo está clavado en la memoria, espina de la vida y de la historia".

Alejandro, 19 años. 

Agustín y Camila son alumnos de 6to año de la Escuela de Educación Secundaria N°39 del Paraje San Francisco, cerca de Batán. Saben que en la dictadura, chicos como ellos "eran reprimidos por pensar distinto, por reclamar sus derechos" y cuentan que sientes "escalofríos" cuando piensan en ello. "Me pone muy mal", explica él. Ella siente "muchísima angustia y bronca".

"Me imagino que sería realmente algo horrible", dice Camila. Habla de ser secuestrada y torturada. "Mi familia quedaría destruida, pero harían todo lo posible por buscarme", aclara. 

"Todo está clavado en la memoria, espina de la vida y de la historia"

Agustín agrega que una vez en su escuela participaron con orgullo de una toma para conseguir que los colectivos de esa zona rural de General Pueyrredon los acerquen hasta el estacionamiento de la institución.

Camila y Agustín. 

Por su parte Luisina, va a "La Chacra" y a sus 17 años es la presidenta del centro de estudiantes de la escuela. Vive en Parque Camet y cuenta que milita desde los 15 años en una organización política. "Me genera mucha angustia y bronca el hecho de que el Estado haya sido el responsable de que hayan secuestrado, torturado y asesinado a pibxs de mí edad por cómo pensaban o por reclamar por un derecho", dice y recuerda que desde la Federación de Estudiantes Secundarios reclamaron la implementación de la ley de educación sexual integral. 

"Cada vez que pienso lo que pasó no lo puedo creer. Y a la vez encuentro similitudes en casos de gatillo fácil y violencia institucional, son contextos distintos, pero las víctimas seguimos siendo nosotrxs", denuncia y explica que no se pierde ninguna marcha por la Memoria porque "es importante recordar lo que pasó, para que no vuelva a pasar nunca más".

Luisina, 17 años.

Azul tiene 17 años, es alumna del Polivalente de Arte y junto a otros compañeros está en la coordinación del centro de estudiantes. Su abuelo se encuentra desaparecido desde 1976 y por ello la dictadura ha sido un proceso que atravesó fuerte a su familia.  Recuerda que el Golpe militar arrasó con "todos los derechos humanos y esto avalado por el Estado". 

"Se me revuelve el estómago y se me cierra el pecho pensar en que puede pasarle eso a un ser humano, pero más me produce el hecho de que tenían nuestra misma edad, escuchaban Charly y tomaban mates en la plaza como con mis amigos y pensar que eran pibes como mis amigas, en mí hermana, en mis compañeros de clase y les pasó todo, es fuerte", explica.

Junto a su familia y sus amigos, la joven participa de las marchas del 24 de marzo. "Porque ni olvido ni perdón, por la memoria la verdad y la justicia. Porque ni hayan milicia en nuestros espacios de estudio, de militancia, no a la censura y por nunca más desaparecidos". 

Azul, 17 años.