Mujeres en lucha: un acampe histórico en Santa Clara del Mar y una espera que se volvió irrisoria

Un numeroso grupo de mujeres de las zonas costeras marchiquitenses exigen desde hace tiempo la inmediata apertura de la Oficina de Atención a la Víctima. El inmueble está listo y el personal designado, pero las autoridades no lo inauguran.

23 de Junio de 2019 08:42

Por Redacción 0223

PARA 0223

La problemática de la violencia de género ya es muy conocida en la Argentina. Sin embargo, ciertas regiones del país necesitan del empuje y la fuerza de las víctimas, que deben combatir el desinterés, la impericia o bien la negligencia de las autoridades para concretar objetivos que ayuden a contrarrestar el terrible flagelo.

En la zona costera de Mar Chiquita, la situación es un claro ejemplo de las complejidades que la política impone contra la búsqueda de soluciones. Cualquier mujer residente del barrio parque de la laguna, o de las localidades de Mar de Cobo, La Caleta, Camet Norte, Santa Clara del Mar y el resto de las urbanizaciones lindantes al litoral marítimo, deben viajar hasta Coronel Vidal para realizar una denuncia ante la Comisaría de la Mujer.

El costo en dinero y tiempo, junto a otras complicaciones de cada caso, suponen para cualquier víctima tener que trasladarse un mínimo de 60 kilómetros hasta la ciudad cabecera del distrito. Las dificultades para encontrar un lugar de apoyo en la costa, movilizan desde hace años a un grupo de mujeres del partido que lucha por concretar la apertura de la Oficina de Atención a la Víctima en la localidad de Santa Clara del Mar.

 

 

Días después de realizar un acampe para visibilizar su pedido, Lizzi Lopez Osornio, una de las activistas y vocera de la agrupación Mujeres en Lucha Mar Chiquita, dialogó con 0223 sobre la instancia de protesta y los pasos a seguir para lograr la anhelada inauguración.

“El reclamo sigue vigente y esperaremos un par de semanas más para realizar, de ser necesario, algo aún más superador. Fue la primera vez que se hizo un acampe en Santa Clara del Mar porque las promesas de inauguración siguen repitiéndose”, describió López Osornio en primera instancia.

“Hace un año hicimos el pedido para la descentralización y gracias a ese pedido, la Superintencia de Políticas de Género de la policía llegó al lugar y acordó abrir una oficina en Santa Clara. La casa estaba disponible, luego de que el municipio realizara una donación forsoza. Nos reunimos en enero pasado con ellos pero en ese entonces no movieron ni un ladrillo” graficó la mujer.

Durante el verano, la organización marchiquitense realizó una pintada en el lugar, todo de color violeta, con cartelería alusiva respecto a lo que habrá en esa vivienda. Luego, el Colectivo de Mujeres Cerveceras Birreras realizó una importan donación y con ese dinero Mujeres en Lucha pudo comprar diversos aparatos para instalar en la futura oficina. 

 

 

“Todavía tenemos todo en cajas sin poder usar. Cuando el municipio se enteró de la movida de las cerveceras, que tuvo repercusión en todos los medios, ahí apareció y empezó a moverse con la promesa de que para principios de marzo el lugar estaría habilitado. Eso no sucedió” contó López Osornio.

Aunque ahora la casa ya está terminada, las autoridades de la comuna y de la provincia demoran la habilitación. “Quieren utilizar el momento para rédito político. Vendría Vidal al acto, se dice que lo harán en julio o agosto. Sin embargo, está claro que la emergencia traspasa lo político. No se va a inaugurar una plaza o un balneario. Es una necesidad urgente. Vemos la problemática a diario, nos pasamos el día juntando dinero para ayudar a las víctimas a pagar su traslado hasta Coronel Vidal” relató la mujer. 

Lo curioso es que, además de que el lugar está listo para ser abierto, también están definidos los recursos humanos que se dispondrán en el lugar. “Es un tema de salud pública. Es un derecho de acceso a la justicia. No se puede perder más tiempo. No se puede tener que viajar más de 60 kilómetros para hacer una denuncia. Es una locura” concluyó López Osornio, para reflejar una situación que aunque esté más cerca de concretarse, se demora de modo irrosorio.