Coronavirus y casinos en Argentina: una historia de filas, reaperturas y miedo al desempleo

11 de Diciembre de 2020 12:46

Por Redacción 0223

PARA 0223

La pandemia ha cambiado la vida de los argentinos para siempre. Desde que se confirmara el primer brote del coronavirus a principios de marzo y poco después se impusiera el primer confinamiento nacional, el país no ha sido el mismo. La ciudadanía ha tenido que aprender a vivir con máscaras, geles hidroalcohólicos, distancias sociales y otras medidas de seguridad para protegerse y proteger a los demás. Y también han tenido que lidiar con un futuro que parece impredecible.

Además de las obvias consecuencias que el Covid-19 ha tenido en la salud de los argentinos (se contabilizan más de 1,4 millones de personas infectadas en la República), la crisis está siendo también económica. La pandemia ha tenido un fuerte impacto sobre todos los sectores económicos, pero han sido especialmente el turismo y la hospitalidad los más afectados por las restricciones impuestas para prevenir la propagación del virus y sus fatales consecuencias.

 

¿Cómo se está gestionando la reapertura de los casinos en Argentina?

Entre ellos también se encuentran, lógicamente, los casinos. Estos han resultado una buena alternativa mientras los establecimientos físicos no estaban abiertos. Según este sitio, existe una amplia disponibilidad de casinos online en Argentina. Sin embargo, son muchos los jugadores que están deseando la reapertura de las tradicionales salas de juego. Tanto es así que este mes de noviembre ya se han visto filas en las puertas de los casinos públicos y privados.

No sorprende, pues en Mendoza, por ejemplo, solo pueden entrar un promedio de 96 personas a la vez. Además de mantener los controles de higiene y distanciamiento habituales durante la pandemia del coronavirus, los establecimientos de este tipo no pueden superar el 30% de ocupación de sus máquinas. El horario de los casinos también se ha visto alterado, ya que ahora no pueden abrir antes de las 10 de la mañana y deben cerrar antes de las 12:30 de la noche. Se prohíbe, por otro lado, la entrada de mayores de 65 años.

 

Sigue el miedo por el desempleo dentro del sector

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero el proceso de reapertura de actividades en Argentina no le ha quitado el miedo a los empresarios y a los trabajadores de los casinos. Es el caso de las salas de juego del Hipódromo de Palermo y del Casino Flotante de Puerto Madero. Si bien ya han podido reabrir tras siete meses de confinamiento, siguen temiendo por el presente y el futuro de sus casi 5.000 empleados directos y las otras 3.000 familias a las que benefician indirectamente.

La empresa se comprometió en su día a no despedir a ningún trabajador y a seguir pagándoles el 75% de su sueldo, pero está por ver cómo el cierre de su actividad durante tantas semanas terminará impactando en el desarrollo de esta en las próximas semanas. Solo en la Provincia de Buenos Aires, hay más de 20.000 personas trabajando en salas de bingo, que han cobrado menos de tres cuartos de su salario durante la cuarentena. Si las empresas no consiguen recuperar todo lo perdido, cuesta imaginar que esto no signifique el despido del personal.

 

¿Qué soluciones se proponen?

Algunos políticos argentinos, como el gobernador de la provincia de Mendoza, Rodolfo Suarez, son conscientes del papel que tiene el sector del juego para el país. Los ingresos de esta industria aporta cantidades millonarias cada año a las arcas del Estado, y ahora podría ser una de las soluciones para apaciguar el fuerte impacto que la crisis sanitaria también está teniendo en las finanzas nacionales. Pero para ello habría que abrirse los casinos normalmente, y todavía no se ha llegado a ese punto.

En este sentido, por ahora solo es posible jugar a las tragamonedas, pues otros juegos como la ruleta o el póquer pueden resultar un foco de contagio del virus más fuerte. Una posible solución sería ayudar a los empresarios de casinos tradicionales a traer su negocio al mundo online, aunque esto no es tan fácil como pueda parecer. Se necesita contar con licencia para operar en línea, invertir en un software de casinos reputado, promocionar el servicio por Internet y esperar que los jugadores acostumbrados a ir físicamente se pasen también al mundo virtual.

 

Un futuro incierto

El futuro de los argentinos es incierto, y también el de los empresarios de casino, sus empleados y sus clientes. Gestionar una pandemia como la actual es muy complicado, como lo es priorizar la salud de la ciudadanía sabiendo que eso tendrá un fuerte impacto en su propia economía.

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