El contingente marplatense varado en Camboriú decidió regresar a pesar de los piquetes

Sin hotel, comida y con pocos -o casi nulos ahorros- los 60 argentinos que desde el martes estaban varados en Brasil por los cerca de 400 cortes de ruta provocados por seguidores de Jair Bolsonaro, emprendieron la vuelta a Mar del Plata y esperan estar en territorio argentino en la madrugada del jueves.

Así lo confirmó este mediodía a 0223, Diego Monti, el coordinador del viaje, que este miércoles decidió emprender el regreso a pesar de los numerosos piquetes y en medio de una tensa situación social que fue provocada por miles de camioneros en todo el territorio brasileño.

"Nos fuimos de Camboriú porque no había más hotel ni comida y tomamos la decisión de irnos. Veníamos re bien hasta recién que nos agarró un piquete muy importante. Ya pasamos por 5 piquetes: 4 eran pacíficos pero en este último estaba la policía Militar, Federal y la Rodoviaria. Al principio el piquete nos cortó el tránsito pero después lo liberaron, así que estamos en camino por la ruta. Salimos a las 8.30 de Camboriú y si todo sale bien, tendríamos que estar a las 2 de la mañana en suelo argentino", estimó Monti.

Consultado acerca si los pasajeros atraviesan con miedo la vuelta, el coordinador de viajes señaló que "con 30 años de laburo de esto, uno va poniendo música y tratando de distraer a la gente. La vamos llevando aunque la incertidumbre de la gente es muy grande: queremos llegar a la Aduana para estar en suelo argentino", admitió.

El contingente de 60 personas, la mayoría de Mar del Plata y algunos de ciudades vecinas, está compuesto por adultos mayores y niños, que estaban hasta ayer en total estado de incertidumbre, ya que se les había vencido la estadía del hotel, algunos no tenían más dinero, otros debían volver a trabajar y otro pocos, extrañaban.

Este domingo luego de conocerse la victoria de Lula da Silva en las elecciones presidenciales, seguidores de Bolsonaro realizaron al menos 400 cortes de ruta en casi todo el territorio brasileño., generando un clima enrarecido ya que el actual presidente no asumió su derrota.