La cirugía robótica ya es una realidad en Mar del Plata

El robot DaVinci Xi, a cargo de seis cirujanos entrenados, ya realizó más de 26 cirugías desde que llegó a la Clínica Colón de esta ciudad, hace un mes y medio. Cómo funciona la plataforma, qué ventajas tiene y para qué tipo de procedimientos se recomienda utilizarla.

El robot DaVinci Xi ya realizó más de 26 cirugías desde que se instaló en la Clínica Colón de Mar del Plata, hace apenas un mes y medio.

21 de Noviembre de 2022 16:59

La cirugía robótica, una práctica que tiene más de veinte años en el mundo pero que parece parte de un escenario distópico para los países subdesarrollados, ya es una realidad en Mar del Plata. Es que esta es una de las dos únicas ciudades de la Argentina en donde se instaló el DaVinci Xi, un robot desarrollado por la compañía estadounidense Intuitive. Se trata de una plataforma de última generación que permite la realización de cirugías general, bariátrica, ginecológicas, de urología y de cabeza y cuello, entre otras especialidades, con muy bajo riesgo para los pacientes, que además tienen una recuperación postoperatoria mucho más rápida. Es el único robot aprobado por la FDA, la Anmat y la Agencia Europea de Medicamentos.

El DaVinci Xi se encuentra en la Clínica Colón, en un quirófano exclusivo y especialmente acondicionado para su correcto funcionamiento. Es operado por un grupo de seis cirujanos y profesionales (anestesiólogos, instrumentistas y otros asistentes) que recibieron un entrenamiento intensivo por parte de la firma norteamericana y quedaron certificados para comandar el dispositivo. 

El primer robot de este modelo que arribó al país fue instalado hace dos años atrás en el Sanatorio Otamendi, en Capital Federal, y había sólo dos cirujanos autorizados para utilizarlo. Uno de ellos es el urólogo Juan Manuel Álvarez (MN 102. 708), profesional que integra el staff de la clínica marplatense y, en consecuencia, coordina el programa que arribó a la ciudad hace apenas un mes y medio, período durante el cual ya se practicaron 26 procedimientos.

Las cirugías robóticas son más amigables con el paciente, tanto durante en el procedimiento como en el postoperatorio.

“El DaVinci Xi es una plataforma que la compañía Intuitive ha instalado en Mar del Plata con miras de un programa abierto a cirujanos de todas las clínicas. Esto quiere decir que cualquier cirujano que se capacite y obtenga idoneidad, podrá utilizar el robot cumpliendo todos los requisitos”, explicó el médico en una charla con 0223.

El entrenamiento al que hace referencia Álvarez tiene varias fases y una duración aproximada de dos años. La primera consiste en un acercamiento al robot para que, con la asistencia de un bioingeniero, el profesional conozca cada una de sus funciones. Al mismo tiempo, deberá cumplir con un curso de forma online que lo habilitará a empezar a utilizar un simulador de realidad virtual. El objetivo es que el cirujano ejercite una respuesta para todos los posibles accidentes o errores que pueden llegar a aparecer. Una vez que alcanza un determinado puntaje, recién el médico puede certificarse. Para ello, deberá viajar a Estados Unidos o San Pablo, Brasil, y rendir una serie de exámenes en modelos secos (estructuras no humanas que simulan un órgano, por ejemplo), modelos húmedos (órganos de animales), pacientes cadavéricos y, por último, pacientes vivos con un cirujano experto que sigue de cerca el procedimiento.

-¿Cómo funciona el robot Da Vinci?

-El modelo Xi de Da Vinci con el que trabajamos es la tecnología más novedosa y una de las principales virtudes que tiene con respecto a versiones más antiguas es que es mucho más sencillo el acople del robot al paciente. 

Está compuesto de tres partes: un carro de visión, la consola y los brazos, que están manejados con fibra óptica de casi medio pulgar.  

La plataforma tiene cuatro brazos que se dirigen al paciente, visión tridimensional y con la posibilidad de ver tres veces más que el ojo humano; y puede operar multi cuadrante, es decir, se puede operar en la pelvis y luego operar algo en la región del estómago sin movilizar al paciente. 

El robot tiene cuatro brazos que garantizan la precisión del procedimiento.

Otra ventaja es que evita también que el cirujano transmita sus temblores, por lo que el procedimiento es muy preciso. 

Además, uno de sus brazos posee un ecógrafo para identificar estructuras, sobre todo en tumores renales. Y cuenta con la capacidad de poder adherir en pantalla partida las imágenes de resonancia o tomografía tridimensional a la que uno ve en el momento en el que está operando.

Por otra parte, mediante la administración de un colorante llamado verde de indocianina se coloca un filtro en la pantalla por vía sistémica y podemos ver zonas que tienen mayor o menor vascularización. Esto es muy útil en las operaciones de cáncer de colon y de próstata para poder identificar los catéteres vasculares que intervienen en la erección del hombre y en la continencia urinaria.

-¿En qué casos es la mejor opción para el paciente?

-Hasta el momento llevamos más de 26 intervenciones realizadas en la Clínica Colón y la mayoría fueron de urología porque es la especialidad que se impuso con el robot debido a que en el mundo ya no se opera la próstata por otra vía que no sea  esta. En el cáncer de próstata, la indicación casi absoluta es la cirugía robótica porque preserva mejor la continencia postoperatoria y la potencia sexual.  

El beneficio para el paciente ya está demostrado, no es una metodología nueva, no es algo que se encuentra en fase experimental. Las secuelas son mucho menores y hay un beneficio muy franco hacia los pacientes en cuanto a la sobrevida porque se controla mejor su enfermedad de base.

El urólogo Juan Manuel Álvarez fue uno de los dos primeros cirujanos habilitados en el país para operar con el DaVinci Xi. Foto: 0223

-¿Qué tipo de riesgos y qué beneficios tiene con respecto a los procedimientos tradicionales?

-El mismo riesgo que una cirugía laparoscópica, convencional, pero muy bajo riesgo asociado al método. Por otro lado, es poco invasiva: operamos por puertos de ocho milímetros, por lo que la persona tiene una rápida reinserción socio laboral con poca utilización de analgésicos. El postoperatorio es lo que más preocupa, si va a doler y en estos casos, es muy amigable. Los pacientes se operan y al día siguiente se van.

-¿Cuál es la recepción del paciente ante la propuesta de este tipo de procedimientos? ¿Incertidumbre? ¿Temor? ¿Curiosidad?

-Un poco de todas esas sensaciones. Los pacientes llegan al quirófano y, antes que nada, quieren ver el robot. Una de las consultas es si el robot tiene autonomía. El robot no hace nada que nosotros no comandemos. Es decir, es una cirugía telemanipulada en la que el cirujano está en una consola que envuelve en su cabeza, se mete dentro de un visor que se inactiva apenas el profesional retira los ojos. Por vía láser, el robot localiza la cabeza del cirujano.

La Clínica Colón dispone de un quirófano exclusivo para el DaVinci Xi, al que sólo acceden los profesionales habilitados para operarlo.

-¿Cómo es el equipo con el que trabaja cada cirujano? ¿También recibe un entrenamiento especial?

-Trabaja la misma cantidad de personas que en cualquier otra cirugía y el equipo es siempre el mismo. En mi caso, traje el mismo con el que trabajaba en Buenos Aires. Todos tienen que capacitarse: desde el ayudante que está al lado del paciente cambiándole el instrumental, elementos de succión, colocando suturas y demás; hasta el personal que hace la instrumentación, el anestesiólogo y demás. 

Cada profesional está habilitado por la compañía, que tiene unos controles muy estrictos. Incluso, en el quirófano tenemos un representante de Intuitive que va registrando online quiénes son los que participan del procedimiento, qué materiales se utilizan, etcétera. En el caso de que haya que hacer una reparación al robot, se entra con la IP y lo solucionan. Por eso hay conexiones especiales directas para el robot, al igual que la electricidad.

-¿Son cirugías accesibles para los pacientes? ¿Están contempladas en las coberturas de obras sociales o prepagas?  

-Estamos en países subdesarrollados, se utilizan materiales descartables importados y eso hace que los costos sean más elevados que una cirugía laparoscópica o convencional, pero todo esto es en función a la seguridad del paciente. Hay prepagas u obras sociales que cubren parte o toda la cirugía, porque para ellos no son valores inalcanzables. 

No se utiliza el robot para cualquier cirugía pero sí para las que tienen beneficios, como es el caso de las cirugías oncológicas, de ginecología, urología; cáncer de colon, próstata, cabeza y cuello o endometriosis en el caso de las mujeres. Si bien esas son las principales, en el Otamendi se están haciendo muchas cirugías generales de hernias voluminosas y bilaterales, por ejemplo. 

El DaVinci Xi no funciona a menos que el cirujano experto tome el control.

-¿De dónde proviene su interés por la cirugía robótica?

-La cirugía laparoscópica es mi sub especialidad y este procedimiento es la base de la cirugía robótica. Los cirujanos laparoscopistas fuimos los primeros que dimos el salto al idioma del robot porque estamos más familiarizados con el instrumental, la visión de una endocámara y la anatomía de laparoscópica que no es la misma que una a cielo abierto. Al cirujano laparoscopista, la manipulación y la cirugía robótica es mucho más sencilla la curva de aprendizaje, es decir, tarda mucho menos en hacer una cirugía robótica.

-¿Por qué se eligió a la Clínica Colón de Mar del Plata para instalar el DaVinci Xi?

-Disputamos este programa con el Hospital Austral y con una clínica de Rosario. La Clínica Colón puso al servicio de la compañía Intuitive un quirófano especial y ellos aprobaron nuestras normas de bioseguridad, algo nos da mucho orgullo. Se trajo aquí no sólo por las instalaciones de la clínica (contamos con un servicio de esterilización adecuado para lo que es reutilizable y una cantidad de médicos y otros profesionales capaces de llevar a cabo este tipo de cirugías), sino porque también se demostró que podía ser sustentable. La firma busca que los cirujanos realicen un mínimo nueve cirugías cada 90 días, la población, el área de influencia y el número de cirugías que tiene cada cirujano, entre otros tantos parámetros que tienen en cuenta para instalar un programa.

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