Hipódromo, el barrio que lucha por reflotar la tradición hípica en Mar del Plata

El 19 de Marzo de 2006, Mar del Plata pondría fin a la tradición de las competencias hípicas tipo “ciudad jardín” y comenzaría un periodo de desmejoramiento progresivo de un barrio que supo contener a los mejores jockeys y caballos del país. 

19 de Marzo de 2022 15:41

Durante 98 años, con algunas intermitencias, Mar del Plata contó entre sus atractivos con un hipódromo. A lo largo de la historia de la ciudad hubo tres predios destinados a la competencia hípica. El último cerró el 19 de marzo de 2006 aunque gracias a la mantención que realizan los vecinos, la pista se mantiene intacta.

El primer hipódromo de Mar del Plata estuvo ubicado en el actual Campo de Deportes -ubicado en Juan B Justo entre las Avenidas Independencia y Polonia-  fue inaugurado en febrero de 1908 y abandonado dos años más tarde. En el lugar, creado por la Sociedad Mar del Plata Jockey Club, contaba con planos del Ingeniero Bolt y, en el lugar además se realizaban competencias aéreas.  

“Los argentinos amantes del turf están de plácemes. No es para menos. La plausible iniciativa de varios caballeros de dotar a Mar del Plata de un hipódromo es hoy una brillante realidad. La Sociedad Anónima Mar del Plata Jockey Club, con capital de cuatrocientos mil pesos moneda nacional y del que forman parte un núcleo de distinguidos caballeros inaugura en estos días la nueva pista que será una de las mejores del mundo. El ingeniero Bolt, autor de los planos, ha sido muy felicitado por su obra”, publicaba el Diario de Buenos Aires en su sección de deportes.

El predio funcionó durante dos años, hasta que en 1923 se retomaron las actividades con un gran acto de inauguración de lo que se denominó el "segundo hipódromo de la ciudad", en el que entre otras figuras, era habitual ver a Carlos Gardel que visitaba Mar del Palta para, además de dar recitales, traer a sus caballos pura sangre a competir en el predio y disfrutar de las competencias que repartían premios de hasta 130.000 pesos.

Aquellos años dorados

El crecimiento poblacional que tuvo la ciudad hizo que el lugar deba trasladarse. Así, en 1976, el hipódromo se reubicó a las 73 hectáreas comprendida por las actuales avenidas Juan B Justo, Colón, Tarantino y Salvador Viva. Entonces, comenzó a formarse allí lo que actualmente se conoce como Barrio Hipódromo.

En diálogo con 0223, la tesorera de la Sociedad de Fomento del Barrio, Mónica Felices explica que en un principio el barrio estaba formado por los responsables de los studs, caballerizas con boxes de 4x4 metros donde descansan los animales. "El barrio se formó en torno a las actividades del hipódromo", cuenta al tiempo que detalla que si bien, en un principio todo el vecindario estaba vinculado al turf de manera directa o indirecta, luego fueron llegando familias que tenían otro tipo de actividades para solventarse.

"Los fines de semana que había carreras, el barrio era una fiesta", recuerda la mujer. Es que, en su época de esplendor, cada stud del predio contaba con 15 boxes. El espacio de 73 hectáreas, rodeado por haras y delimitado por 5 mil árboles prolijamente plantados que tiene -y aún conserva- la mejor pista de turf del país recibía a cientos de visitantes que hacían ponían a circular la economía periférica barrial.

Durante 24 años, el barrio dependió casi exclusivamente de las actividades generadas por la firma "Gaetano Gen-Ga y Cía. SRL" y el Mar del Plata Jockey Club, hasta el 19 de marzo de 2006 cuando se corrió la última carrera. Un mes más tarde, la firma presentó quiebra y "fue un mazazo para todos".

El turf, esa industria sin chimeneas

Cuando se pensó en el traslado del tercer hipódromo de la ciudad, se analizó -de acuerdo a la ordenanza- además del factor turístico, "todos los detalles para que tenga gravitación en la comunidad como fuente de trabajo, como progreso urbanístico y como incrementación comercial y ayuda a las instituciones de bien público". Con la presentación de quiebra de la empresa Gaetano Gen Ga y Cía., desde la Sociedad de Fomento se hicieron cargo del mantenimiento del lugar -caído en desgracia por el desusos- y comenzaron un largo camino para solicitar la reapertura del predio.

"Mucha gente piensa que el turf es solo las apuestas que se levantan por las carreras, pero realmente es una industria sin chimeneas. Cada animal genera entre tres y cinco puestos de trabajo, entre cuidadores, veterinarios y jockeys. En el barrio hubo generaciones que crecieron con el turf como medio de vida y muchos chicos que eran jockeys tuvieron que irse cuando cerró el hipódromo", explica Felices.

De acuerdo al relato de la mujer, Mar del Plata cuenta con la mejor pista de carreras de la provincia de Buenos Aires que aún se conserva entera gracias al cuidado de los vecinos. "Son los mejores haras del país, los mejores jockeys, pero parece que a ninguna de las autoridades le importa", lamenta, al tiempo que agrega que, dentro de los espacios destinados a la cría de caballos "pura sangre" que se encuentran al rededor del hipódromo, los animales tienen constante cuidado veterinario. "Son controlados, se los cuida del frío, se les controlan las patas, los 'peinan' y todas las mañanas salen a entrenar; no están encerrados una celda todo el día como muchos piensan", dice.

16 años sin respuestas

"A nadie le importó el trabajo, no atendieron las necesidades de la gente. Hay 450 familias que quedaron sin trabajo entre veterinarios, peones, capataces, cuidadores, operarios, vendedores de entradas...  Tenemos tristeza porque los gobernantes no entienden que el hipódromo es una fuente laboral importantísima para los vecinos que desde hace años hacen un sacrificio enorme para poder seguir adelante", dice la mujer tras explicar que, quienes siguen con la actividad deben trasladarse con los animales cada vez que hay una carrera a un alto costo. "Mantener un animal ya es caro de por sí y trasladarlo es carísimo", sostiene.

Felices detalló que pasaron muchos años y lo primero que hicieron desde la Sociedad de Fomento fue solicitar al Concejo Deliberante en el año 2006, luego que  la empresa Gaetano Gen Ga se declare en quiebra que votaran el pedido de expropiación provincial para que el predio quede en manos de la Provincia y así poder reabrir ya que quien habilita esta actividad es el instituto de Loterías y Casinos. 

“Hasta ahora no hemos tenido ninguna respuesta, pero no perdemos la esperanza. Creemos que si reabre el hipódromo podremos tener una mejora en la urbanización integral de tres barrios que están alrededor que tienen una gran problemática por un montón de temas. Durante todos estos años vimos la degradación del barrio", señala Felices.

Animales en desuso, carreros y "tachos": el lado b del hipódromo

"Lo peor que le puede pasar a un caballo es caer en un stud en el hipódromo", asegura Florencia Maceiras, responsable de la Organización No Gubernamentales (ONG) Caballos rescatados Mar del Plata, una de las entidades que mayor cantidad de equinos rescata en la ciudad.

En la vereda de enfrente a los vecinos que se benefician con el Turf, se encuentran las organizaciones que se dedican al proteccionismo equino. Según explican, una vez que el animal cumple su ciclo dentro de las pistas tiene dos posibles finales: uno es convertirse en padrillo o, en el caso de se hembra, destinarla a la "sangría" -cría de potrillos-. El otro, es el descarte, es decir, se sueltan y son apropiados por carreros o bien se sacrifican. "Los animales que vienen de las carreras no tienen mucho más tiempo de vida una vez que son descartados", explica Maceiras, al tiempo que resalta que "con suerte, tienen las patas astilladas por el entrenamiento al que son sometidos durante su juventud además de tener la musculatura atrofiada por los fármacos que se les suministran para lograr un mejor rendimiento".

Según el relato de la mujer, si el animal al momento de ser descartado tiene un aparente buen estado de salud, es tomado por carreros. "Pasan a lastimarse las patas por el el asfalto, el peso que cargan, los alimentan mal o los largan a que coman lo que encuentran en la calle... Llegan con marcas de mataduras, ciegos o con la vista muy comprometida y cuando no les sirven más los llevan al tacho por unos pesos", dice. "El tacho" es el frigorífico.

Argentina es uno de los principales exportadores de carne equina: Francia, Holanda, Italia, Rusia y Japón son los principales compradores, y en el país en un año llegan a faenarse, de acuerdo a datos de la Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal (Adda), más de 200 mil equinos al año y se producen 55 mil toneladas de carne anuales, aunque ninguno de los cuatro establecimientos -uno de ellos se encuentra en el Partido de General Pueyrredon- autorizados para la faena de animales cuenta con criadero propio. Como tampoco existe una raza especial de caballo que tenga una carne superior para el consumo humano, se genera un "enorme mercado negro" ya que la faena se realiza con animales con su ciclo productivo cumplido.

De acuerdo a los registros de Senasa a los que pudo acceder 0223, en el último año se exportaron  21.565 toneladas de carne y productos equinos derivados. "El cuatrerismo está a la orden del día", asegura Maceiras, aunque desde el organismo informaron que todos los equinos que arriban a los frigoríficos habilitados para la exportación de carne de caballo llegan amparados por un documento de tránsito electrónico y una declaración jurada de identificación y movimiento equino.