El desafío de educar en la ESI para concientizar sobre el #NiUnaMenos

La Dirección General de Cultura y Educación incorporó al calendario escolar la conmemoración del Día de acción colectiva contra los femicidios. Cómo se aborda en el marco de la Educación Sexual Integral el tema en los estudiantes más chicos.

El 3 de junio está dentro del calendario escolar como el Día de acción colectiva contra los femicidios. Imagen ilustrativa. Foto: Archivo 0223

3 de Junio de 2022 08:23

A partir del año 2021, la Dirección General de Cultura y Educación (Dgcye) incluyó dentro del calendario escolar el 3 de junio como Día de la acción colectiva contra los femicidios para que sea trabajado en las instituciones educativas de la provincia de Buenos Aires y así recordar la significatividad social de la fecha en virtud de las manifestaciones colectivas y autoconvocadas en contra de las violencias machistas.

Si bien el #NiUnaMenos está contemplado como fecha de visibilización en el calendario desde el hace un año, el programa de Educación Sexual Integral (ESI) lo incluye como tema que le permita a los estudiantes de todos los niveles educativos visibilizar las desigualdades y vulneraciones de derechos que atraviesan los vínculos entre las personas.

Desde la Dgcye de Buenos Aires explican que, entre los propósitos ineludibles de la ESI, se encuentra “repensar los patrones socioculturales de conductas y de vínculos anclados en una concepción patriarcal” y se considera esta fecha en particular como una ocasión para prevenir situaciones por razones de género; valorar la lucha del colectivo “Ni una menos” y su importancia en la historia; y recuperar, para la memoria histórica y colectiva, el nombre de las víctimas.

Pero, ¿cómo hacen los docentes para abordar el #NiUnaMenos en niños que cursan el primer ciclo del nivel educativo? Gisela Cufré es profesora de Educación Primaria con especialización en Educación Sexual Integral y estudiante avanzada de la Licenciatura en Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp). Trabaja en primer y segundo grado en una escuela estatal y, contó a 0223 que la ESI como tal es "abarcativa" y que se aborda desde todas las materias, sin dejar de tener en cuenta las emociones y las respuestas de los estudiantes.

“Ya no se trabaja exclusivamente con el cuerpo humano sino de manera transversal, en todas las áreas y todo el tiempo”, explicó y subrayó que la propuesta consiste en que a lo largo del año escolar se trabaje desde lo afectivo y emocional. “No es que tal día a tal hora van a tener la materia y se va a hablar de temas de género, por ejemplo. Si bien hay fechas específicas como el 3 de junio, trabajamos desde todas las materias todo el tiempo”, indicó.

Entre las propuestas sugeridas para este 3 de junio dentro del programa de la Dgcye figuran, para primer y segundo ciclo, conversar sobre el sentido de consignas tales como #Ni Una Menos: ¿La han visto?, ¿la han oído?, ¿dónde? ¿Saben qué significa? ¿Qué piensan las chicas y los chicos sobre esta consigna?. La idea es desnaturalizar las violencias y conversar sobre la necesidad de practicar otras maneras de vincularnos. En el caso de los chicos de los últimos años, se invita a que los docentes complejicen los sentidos comunes y el plano de las opiniones para pasar a intercambios y análisis más puntuales entendiendo el femicidio como la última etapa de una situación de violencia machista.

"Con los chicos más grandes obviamente es más simple encarar estos temas. Es más, ellos mismos traen sus inquietudes al aula. Con los más chiquitos se trabaja desde el cuidado, el respeto, el buen trato. Trabajamos con cuentos y canciones, afortunadamente hay mucha literatura para abordar el tema y vemos a partir del cuento qué sensaciones les quedaron, pintar sobre lo que escucharon... hay varias herramientas para trabajar", explicó Cufré.

En esta línea, la docente señaló que estos espacios dentro del aula permiten a los niños generar confianza y seguridad para expresar lo que sienten y cuáles son sus puntos de interés. "La ESI nos permite poner en discusión o rever prácticas cotidianas y desterrar imposiciones como por ejemplo la identificación de un género biológico con un color", dice.

En la misma línea, Nayla Figueroa Echelet, profesora de Inglés en nivel secundario aseguró que desde que se comenzó a implementar la ESI, hay una mayor apertura por parte de los estudiantes, que “se re enganchan con las actividades que se proponen desde el área”. También comentó que en su caso particular, la ESI está contemplada desde el momento de la planificación del año curricular y la alterna con los temas propios del área.

Respecto de si aún encuentran resistencias a la hora de trabajar los contenidos, ambas coincidieron en que dentro del aula no hay inconvenientes. “Los chicos de por sí son afectivos y abiertos”, afirmaron, al tiempo que resaltaron que, en cambio, sí notan ciertas resistencias por parte de los adultos. “Todavía falta que todos podamos posicionarnos, respetar y valorar la diversidad”, consideró Cufré.

Para la Dirección General de Cultura y Educación, "la escuela tiene que ser ese lugar que trabaja para disolver las arbitrariedades, desigualdades e injusticias. Su trabajo ha cobrado sentido en esa tarea constante de interrumpir la lógica de las desigualdades y su naturalización. Para ello se hace indispensable hacer visible las injusticias que han sido convalidadas como resultado de imposición de fuerza o arbitrariedad. Inscribirnos en una tradición democratizadora y hacerla crecer es, justamente, trabajar en un camino en el que se nos reconozca merecedores de la misma estima, capacidad y protagonismo".

Sin embargo, hay que tener en cuenta no se trata de una tarea que deban sostener las escuelas en soledad, sino que es fundamental lograr una inclusión en una red intersectorial que crezca y que construya múltiples apoyos, acompañamientos y soportes. Es el modo de hacernos colectivo, en relaciones fraternas y de reciprocidad. La escuela y la sociedad en la que se inserta se hará más fuerte en la medida en que vuelva cotidianos esos vínculos de formación, reconocimiento y cuidado.

Por último, las docentes reflexionaron en que,  para lograr que la escuela sea un espacio de hospitalidad en la que se reconozcan a todos los actores de una comunidad como semejantes y deje de ser un horizonte abstracto planteado en un paper; es necesario que haya una conciencia plena, tanto de los docentes como de las autoridades y los integrantes de toda la comunidad educativa. "Falta más material en las escuelas y capacitaciones genuinas; si no se toca desde arriba y queda en un cuadernillo que bajan desde Provincia y se lee durante un perfeccionamiento. Se logró mucho, pero todavía hay cosas que faltan", sentenció Cufré.