¿En algún momento se va a agotar el agua?

Estamos acostumbrados a abrir una canilla y dar por sentado que el agua siempre va a estar ahí. Pero se calcula que en 2050 la demanda de agua aumentará hasta un 55%. Y a este ritmo, ¿nos podríamos quedar sin agua dulce? Hoy en día, casi dos millones de personas se mueren al año por falta de agua potable. Y se estima que en 30 años serán 4 mil millones las afectadas por escasez de agua.

Los océanos se están calentando y el hielo del planeta se está derritiendo. De hecho, según el IPCC, en los últimos años se triplicó la pérdida de hielo y esta es una de las grandes amenazas para la humanidad. Y otro informe señala que la altura promedio de los océanos podría subir más de 1 metro para el año 2100 lo que podría provocar grandes catástrofes. 

Cada 8 de junio es el Día Mundial de los Océanos y debería importarnos porque representan el principal pulmón del planeta. De hecho, la mitad del oxígeno que respiramos es gracias a los océanos. Proporcionan medicinas, biocombustibles y es la principal fuente de proteínas para más de 3 mil millones de personas en todo el mundo. Los océanos son esenciales ya que absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono producido por la humanidad, lo que amortigua los impactos del calentamiento global. Si bien más del 70% de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, los océanos contienen más del 96% de todo ese volumen. El resto es agua dulce que se encuentra en forma de hielo, ríos y lagos.   

Sin embargo, la actividad humana viene hace años provocando graves consecuencias. Según apuntan desde Fondo Mundial para la Naturaleza, más del 80% de la contaminación marina proviene de actividades terrestres. Cada año terminan en el mar más de 8 millones de toneladas de plásticos lo que, entre otras múltiples causas, provoca la extinción de grandes ecosistemas marinos. 

Hoy estamos atravesando el período más cálido en 2.000 años y según el IPCC tendrá efectos irreversibles durante milenios. 

La pérdida permanente de hielo debido al calentamiento amenaza con liberar aún más dióxido de carbono a la atmósfera y afectará gravemente la disponibilidad de agua para las necesidades humanas.  

¿Qué podemos hacer? Reducir las emisiones de CO2 y el consumo de energía. Usar el agua responsablemente. Disminuir el consumo excesivo de plásticos. Ayudar a cuidar las playas. Hacer compras sostenibles de pescado. Transicionar a energías renovables y apoyar a organizaciones que trabajan para proteger el mar. Y actualmente los países discuten un acuerdo global que busca que en 2030 un mínimo del 30% de los mares estén protegidos para evitar la minería, la pesca ilegal, la contaminación tóxica o por plásticos.  

¿Viste? Ahora lo sabés.