Muerte de Marcelo Medina: "En vez de dar el pésame, la Justicia le revolvió la casa a la familia"

Abogados que representan a los padres del chico gesellino de 19 años, que estuvo desaparecido desde el 8 de mayo, volvieron a hacer fuertes cuestionamientos a la fiscalía. "Violaron los derechos humanos", apuntaron, a 0223.  

La Justicia debe determinar si Medina murió ahogado o en una circunstancia "traumática".

6 de Agosto de 2022 11:47

Por Redacción 0223

PARA 0223

Abogados que representan a la familia de Marcelo Medina, el gesellino de 19 que estaba desaparecido desde el 8 de mayo, acusaron “violaciones de los derechos humanos” por parte de la Justicia después de los procedimientos que se autorizaron en la casa de los papás del joven a pocas horas de que se confirmara su muerte a través del cotejo de resultados de ADN.

“Fueron a la casa porque el fiscal, sin imputarlos pero imputándolos, consideró que los padres habían ocultado un celular y porque las cámaras que lo tomaron en los últimos momentos no lo encontraron a Marcelo volviendo a la casa. Todo fue un error garrafal”, dijo Fernando Soto, letrado que integra la Asociación Civil Usina de Justicia.

En declaraciones a 0223, el abogado cuestionó que “en vez de dar el pésame” la Justicia haya avanzado con un allanamiento inmediato en el domicilio ubicado en la calle Paseo 112 al 1400. “Tuvieron tiempo desde el 8 de mayo para hacer esto pero no, eligieron hacerlo justo en este momento. A la familia le revolvieron la casa durante seis horas, hasta le excavaron el jardín cuando no había una mínima sospecha de nada”, insistió, y agregó: “Fue una locura, una falta de respeto y una violación a los derechos humanos”.

En el mismo sentido, Soto señaló que Walter Mercuri, el fiscal de Dolores que interviene en la causa tras la renuncia que formalizó en junio Verónica Zamboni, “no sube un montón de actuaciones” al sistema para constar los avances en la causa. “Este viernes la fiscalía no nos informó, por ejemplo, del resultado positivo del ADN. Lo que vimos solamente fue el pedido que hizo el fiscal para allanar la casa de la familia, donde después mencionaba que el resultado había sido positivo”, ejemplificó, y agregó: “Ni siquiera están las actuaciones donde se entregan los restos. Tiene que haber transparencia”.

El hombre de la Usina de Justicia, la ONG que decidió brindar respaldo legal a la humilde familia de Gesell durante el proceso de búsqueda, pidió que pronto se resuelva la operación de autopsia en Mar del Plata para que la familia pueda iniciar su duelo ante la pérdida de Marcelo Medina. “Tampoco entiendo la razón de hacer la autopsia ahora. Los restos se encontraron el 29 de mayo. Y si bien no se sabía su origen, la autopsia se podría haber hecho en su momento, sin importar de quién fueran”, sostuvo el abogado.

Con la autopsia concluida, el fiscal podrá saber si la muerte de Medina "se produjo por ahogamiento o si fue una muerte traumática". Como algunos restos de del joven se encontraron sobre una playa de Mar de Ajó, lo que Walter Mercuri pretende saber es si el cuerpo estaba "con vida o no" cuando fue ingresado al agua, una circunstancia que claramente condiciona el tenor de la causa que, por el momento, permanece caratulada por “averiguación de causales de muerte”.

Los restos del joven de 19 años habían sido encontrados el 29 de mayo, a la altura de Espora y avenida Costanera, por un pescador. Lo que se halló fue un miembro superior aún con musculatura en el antebrazo y la mano, junto a la escápula y la clavícula. Esos restos fueron cotejados con el ADN de los papás y recién este viernes se conocieron los resultados, poniendo fin a un doloroso proceso de búsqueda que se extendió por 89 días.

Carina Paredes y Miguel Ángel Medina, los padres del joven, mantuvieron una búsqueda desesperada para dar con su hijo. De hecho, pocos días después de la extraña desaparición, llegaron a venir a Mar del Plata para ver si lo podían localizar por estas calles.

La misteriosa desaparición

En la madrugada del 8 de mayo, según quedó asentado en el expediente de la búsqueda, Marcelo comenzó a rezar a los gritos y a decir incoherencias con su mirada clavada en el techo. Pedía explicaciones a Jesús y hasta creía que estaba hablando con él. Según el testimonio de su madre, el joven no recodaba ni siquiera su nombre, o por lo menos, no quería decirlo. “No se cómo me llamo, no tengo nombre. Mi nombre es el que quiera Jesús que sea. Yo me voy a llamar como él diga”, repetía una y otra vez.

Los padres de Marcelo, aterrados porque nunca habían vivido una situación así, decidieron llamar al 911. Cuando dos efectivos llegaron, se encontraron con una escena, cuanto menos, extraña. Marcelo seguía gritando e intentaba tomarle las manos a los policías. Los agentes le pidieron que se calme pero no lograban tranquilizarlo. Hasta que, cansados y sin muchas herramientas para lidiar con una persona en ese estado, les dijeron a los padres que al ser mayor de edad y estar en su casa, no podían hacer nada. Al poco tiempo, se fueron.

Algunos minutos más tarde, la familia Medina escuchó un silencio que, pensaban, era tranquilizador. Se equivocaban. Marcelo se había escapado por la ventana de su habitación. No se había llevado consigo ninguna pertenencia, simplemente se fue.