Carlitos Balá y Mar del Plata, una historia de amor incondicional

Protagonizó decenas de espectáculos en la ciudad y tenía un departamento en el icónico edificio Havanna. En 2019 hizo bailar a una multitud durante un homenaje en la Plaza del Milenio. 

Carlitos Balá tenía un lazo de amor con Mar del Plata.

23 de Septiembre de 2022 11:00

Por Redacción 0223

PARA 0223

Carlitos Balá, el cómico que acompañó la infancia de millones de argentinos, tuvo un lazo especial con Mar del Plata, ciudad que llegó a reconocerlo con una placa ubicada en la Plaza del Milenio, y en la que solía pasar los veranos. Es que, más allá de traer sus distintos espectáculos infantiles y para toda la familia, disfrutaba de largas estadías en su departamento del icónico edificio Havanna, de sus caminatas por la playa o la rambla. Por eso, no era extraño cruzarlo en la calle durante el verano y solía aceptar con entusiasmo los pedidos de sus fanáticos de una fotografía con el tradicional “gestito de idea”.

Sus vacaciones siempre fueron junto a Martita, la mujer que lo acompañó durante más de seis décadas y que solía decir que cuidaba a Carlitos -hincha fanático de Chacarita- “entre algodones”


En enero de 2019, el actor recibió en esta ciudad una distinción otorgada por la Secretaría de Turismo de la Nación y el Senado bonaerense. Más allá de la formalidad del acto, todo terminó en un show encabezado por el propio Balá, que, a los 93 años, hizo bailar a una multitud al ritmo de su clásico “Aquí llegó Balá”. Por supuesto, tampoco faltaron sus míticas frases “¿Qué gusto tiene la sal?”, “Un kilo y dos pancitos”, “¿Mamá, cuándo nos vamo’ ?”, y “Ea-ea-ea pe-pé”, entre otras tantas que ya son parte de la memoria colectiva.

Su amor por Mar del Plata quedó plasmado en su tema “Me largo a Mar del Plata” de 1979, en el que cantaba: “Me encanta ir por la rambla, cantando por la playa, al mar yo me voy”. 

Al comienzo del ‘20, un rumor que alertaba sobre la salud de Carlitos Balá se propagó en las redes sociales y generó gran preocupación. Pero él mismo decidió salir para echar por tierra cualquier versión malintencionada. Lo hizo con un show en un escenario improvisado en Playa Grande, que en cuestión de pocos minutos reunió a abuelos, hijos, nietos y bisnietos. Como ocurría cada vez que aparecía en público, fue una revolución: el actor, que en ese momento tenía 94 años, se despachó con monólogos y luego caminó entre las sombrillas para contarle algún chiste a los veraneantes. Cada vez que le preguntaban cómo estaba de salud, daba la misma respuesta: "Muy bien, todavía en Recoleta, pero del lado de afuera (del cementerio)".

En las últimas horas, tras confirmarse la noticia de su fallecimiento a los 97 años, las redes sociales se inundaron de fotos junto a Carlitos Balá. Y es lógico: en cada lugar en el que aparecía, los guardavidas, mozos y camareras de restaurantes, o todo aquel que lo reconociera, enseguida sacaba su celular para registrar el momento en el que habían conocido a una de las personas más queridas de la farándula argentina.