Paola Galano: la poesía es un proyecto más breve y en la brevedad hay mucho

Paola Galano es periodista, escritora y, sobre todo, observadora de la realidad. Cuenta ya con dos poemarios: el primero con tres historias en versos y portadas hechas a mano, Las Viejas, y el segundo editado por Matu Ediciones, La chalina, que apareció en 2020.

Paola Galano durante la presentación de uno de sus poemarios.

22 de Enero de 2023 09:53

Sus inicios en la poesía vinieron de la mano de Alejandra Pizarnik. Según Paola Galano, no era una gran lectora de poesía. Pero, “Fui mamá y llegaron las obras completas de Pizarnik a casa. Yo no tenía tiempo para leer, era mamá de mi segundo hijo y estaba toda desbordada, pero sentía la necesidad de leer. Entonces agarré a Pizarnik con sus textos cortos, contundentes, cosas que me conmocionaban e interpelaban y ahí empecé”, cuenta.

-¿Y en qué momento te diste cuenta que Pizarnik generaba eso en vos?

- Eso fue en el 2010. Pizarnik llegó y empecé con ella, fue la puerta de entrada. Creo que me di cuenta cuando detecté que ella es la noche, esa noche de mil maneras, de mil formas contadas, encapsuladas y videntes. La noche misteriosa. Ahí dije “acá hay algo”.

En paralelo, Paola Galano empezó a escribir sus propios poemas. “Lo primero que capturé fue la hora del crepúsculo, cuando se va el sol en el invierno y me sentía rara, en ese momento y que hay ahí en esos momentos, me empujaron” dice.

Su primer poemario fue Las Viejas.

Su primer poemario fue Las Viejas. Cada uno de los libros tenía su particular tapa artesanal pintada por la propia autora, mostrando un claro perfil creativo y sensible. “Eran tres viejas de la familia, mis dos abuelas y una vieja más, que lo protagonizan. Yo inventé el contexto, la historia, muchas cosas que observo de la realidad y que luego hago explotar”, aclara la autora. La chalina fue su segundo libro. En él reflexiona sobre las cosas que nos rodean y las relaciones que entablamos con ellas. Dice: “Tiene más que ver con un duelo, esos tiempos donde va sanando. Las cosas como una chalina, que te sirve para limpiarte la nariz una tarde de mucha tristeza o hasta la gente que acumula cosas, como aquellas donde está encriptada la infancia. Yo, por ejemplo, tenía un frasquito que lo convertí en texto también. Era el frasquito que usaba mi mama para pintarse cuando yo era chiquita. El frasquito no tenía nada, pero yo lo abría y sentía el olor de mi mamá. Ahí también empecé a pensar esas cosas”.

La chalina fue su segundo libro.

-Es decir, siempre hay algo que provoca la escritura. Algo de afuera…

- Yo siempre escribo sobre todo lo que me pasa, eso sí es más terapéutico, pero eso es para mí. En los libros no, trato de que no. Cuando ya veo que hay algo más interesante, como que podría tener una forma de libro, trato de jugar con otros elementos, de trabajarlos un poco más. En mis libros siempre hay una línea conductora, me gusta reflexionar sobre algo en particular, no me gustan los rejuntes. Me centro solo en ese tema.

Somos sujetos políticos, nos posicionamos todo el tiempo y todo el tiempo también hay que elegir de qué lado uno se pone. Al ser personaje público, la producción del material propio circula y nos muestra.  ¿Qué te pasa cuando alguien se apropia de lo tuyo, se siente interpelado por tus poemas? ¿Te proponés eso también al escribir? Es la pregunta y Galano responde: “Sí, concretamente el feminismo en mi caso. Por ejemplo, todas las figuras humanas que hay en Las Viejas son ‘ellas’ y también en La chalina son ‘ellas’. Yo escribo desde mí: mujer y en este mundo, como dice Alejandra, tratando de ser lo más feminista que se puede, siento que nunca alcanza, que me faltan lecturas, militancia, un montón de cosas, pero trato de no abandonar ese lugar”.

La poesía, ese lugar diferente al periodismo, pero donde se trabaja mucho la palabra. Eso es lo que le gusta a Galano también, el trabajo con la palabra, tanto para escribir como en el hábito de leer.  “Yo necesito leer, quiero leer, y la poesía siempre me pareció más como aquello que uno puede cerrar. Tanto en la lectura como en la escritura, la poesía es un proyecto más breve y en la brevedad hay mucho. Me cierra la idea de la brevedad porque soy un poco abandónica de las cosas, también, y empiezo un cuento y ahí va quedando. Con la poesía es otra cosa, es encontrar algo, buscar un efecto” define.

La charla pasa por varios grandes poetas, desde la iniciadora Pizarnik y su noche, hasta Juana Ibarbouru, Storni, Fabián Iriarte, García Montero, Miguel Hernández y más. Paola Galano y la poesía, su poesía, que al decir en La Chalina, “A veces resuena adentro y entonces ellas se vuelven parte de la identidad”.