¿Primera vuelta o balotaje?: lo que se necesita para que el domingo haya nuevo presidente

Más de 35 millones de argentinos están habilitados para votar este domingo y elegir al nuevo presidente que conducirá los destinos de la Nación hasta fines de 2027, en una elección que aparece con resultado incierto.

Las Primarias celebradas hace solo dos meses arrojaron un escenario de paridad entre las tres principales fuerzas, donde La Libertad Avanza obtuvo 29,86% con Javier Milei, Juntos por el Cambio el 28,00% entre las postulaciones de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta y Unión por la Patria el 27,28% entre Sergio Massa y Juan Grabois. Números que, convertidos en el único dato certero ante encuestas poco confiables, auguran un domingo vertiginoso.

Y a todo esto, ¿qué debe ocurrir para que esa medianoche los argentinos ya tengamos la certeza de quién será el octavo presidente electo por el voto popular desde el regreso de la democracia? Como primer reparo, hay que recordar que lo que se realiza desde las 18 es el escrutinio provisorio, el cual no tiene validez legal, a la espera del escrutinio definitivo a cargo de la Cámara Nacional Electoral, el cual se conoce unos 15 días después. Igualmente, el reconocimiento del triunfo de quien salió primero por parte de los otros oponentes, algo habitual en la política argentina, serviría de hecho como la definición de la elección.

En sus artículos 97° y 98°, la Constitución Nacional establece alguno de los dos requisitos que debe cumplir el candidato más votado para ser electo en primera vuelta y que no haya balotaje. En el primer caso, la fórmula más votada será proclamada como presidente y vicepresidente de la Nación en caso de obtener más del 45% de los votos afirmativos válidamente emitidos, sin importar el porcentaje obtenido por la segunda lista. En tanto, la otra posibilidad de que la fórmula más votada sea electa en primera vuelta es que logre más del 40% de los votos afirmativos válidamente emitidos y existiera una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto del total de votos afirmativos válidos emitidos sobre la segunda fórmula. En caso que ninguno de estos supuestos ocurra, el 19 de noviembre habrá balotaje entre los dos candidatos más votados.

Para los cálculos de los porcentajes juega un papel fundamental el concepto de “votos afirmativos válidamente emitidos”, que considera como tales a los votos emitidos, en este caso, en favor de los cinco candidatos presidenciales: Javier Milei, Sergio Massa, Patricia Bullrich, Juan Schiaretti y Myriam Bregman. Es decir, el voto anulado, impugnado o en blanco no se considera para la base sobre la cual se calcula el porcentaje de votos obtenidos por los candidatos.

Un ejemplo práctico: si sobre un total de 100 votantes, el Candidato A obtiene 40 votos, el Candidato B 38 votos, mientras que hubo 10 votos en blanco y 2 impugnados; los porcentajes no serán 40% y 38% respectivamente, sino que se deberán calcular sobre la base de 88 votos afirmativos válidamente emitidos. Así entonces, el Candidato A logra el 45,4% y el Candidato B el 43,1%, por lo que el primero es proclamado presidente en primera vuelta. Es decir, el voto no afirmativo sube los porcentajes de todos los candidatos, favoreciendo las posibilidades del primer de ganar en primera instancia.