Sacoa sigue vivo: cumple 54 años y lo celebra con un documental

En las últimas horas se instalaron en las redes rumores sobre un supuesto cierre del tradicional complejo de entretenimiento, pero sus dueños lo desmintieron, a 0223: “Seguimos vivos”.

Sacoa, un emblema de la diversión en Mar del Plata.

29 de Abril de 2023 15:04

Si hay una empresa que marcó a generaciones de marplatenses y turistas que buscaban pasar una tarde de diversión familiar en la ciudad fascinados por  la música y el color de los “fichines”, es sin dudas Sacoa. En las últimas horas la viralización de un tuit donde comunicaban el cierre del emprendimiento familiar puso en alerta a los nostálgicos que comenzaron a inundar las redes sociales con recuerdos de su adolescencia en el local ubicado en Peatonal San Martin. Los propietarios del comercio negaron que ese porteo sea real y aseguraron que trabajan en un documental sobre la historia de la emblemática cadena.

Es 100% falsa la información”, asegura ante la consulta de 0223 Maia Mochkovsky, una de las propietarias de Sacoa al tiempo que destaca orgullosa que forma parte de la cuarta generación de la familia a cargo del emprendimiento. “Es un emprendimiento familiar y seguimos vivos”, dice la mujer.

 

Un bar, una rockola y una visión que se transformó en éxito

La historia de Sacoa se remonta mediados de la década del 50, cuando Mauricio Mochkovsky se mudó a la ciudad junto a su familia en busca de nuevos horizontes y, una tarde vio cómo en un café el público hacía fila frente a una rockola. Entonces tuvo una visión: dejar de reparar radios y realizar electricidad de obra para comprar tres rockolas y dedicarse a la industria del entretenimiento.

En diálogo con la revista especializada Replay Magazine, su hijo Jorge recordó que entonces,Mauricio veía que mucha gente pagaba por un servicio que se reproducía una única vez, pero todos estaban contentos porque creían que se reprodujo porque ellos lo eligieron. 

Así, en 1957, el hombre compró tres máquinas y las instaló en bares estratégicos de la ciudad y, poco después recibió un regalo particular: 15 pinballs que estaban guardados sin uso en un depósito que el emprendedor reparó e introdujo en circuitos comerciales.

Inquieto, Mauricio quería conocer las novedades del rubro y emprendió un viaje a Estados Unidos, por entonces “la meca del entretenimiento” y trajo al país juegos electromecánicos que rápidamente puso en funcionamiento con gran aceptación.

Para 1969, Los  Mochkovsky montaron su local propio con pool, bowling y ping pong en el subsuelo de Peatonal San Martín. Arriba estaba el edificio de la empresa Sociedad Anónima Constructora de Obras y Afines (Sacoa),. Cuando la empresa se fue, la familia adoptó el nombre.
A fines de los 80 llegaron a tener casi 50 locales el país y se transformaron en una desarrolladora de tecnología que cambió la ecuación de la industria. Fue tal la innovación que en 1993, la empresa fue la primera en contar con sistema de playcard (una tarjeta magnetizada recargable) que les permitía a los Mochikovsky tener un mejor control de los ingresos. 

 

De la peatonal San Martín a la pantalla grande

La cadena llegó a tener 40 sucursales en todo el país. Actualmente funcionan 9, la empresa dice Maia entusiasmada va a tener su propio documental que espera, se estrene a fin de año.

La pieza cinematográfica cuenta con dirección de Lucas Santa Ana y guión de Ezequiel  Vila. Sobre el film, el guionista cuenta que “estamos trabajando en un documental sobre Sacoa y la llegada de los videojuegos a la Argentina. Se llama Fichines y la idea es presentarlo a fin de año”, dice

“El proyecto surgió en 2018 como una continuación del trabajo de recuperación histórica y registro que hacemos desde revista Replay, acompañado por Lucas que tiene mucha experiencia en el rubro documental, nos frenó un poco la pandemia pero obtuvimos el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Arte Audiovisual (Incaa) y filmamos el grueso del material durante 2022”, dice Vila.

Por su parte, Maia prefiere enfocarse en el proyecto documental y la continuidad de la empresa familiar. “Mejor miremos al futuro y no le demos entidad a nadie que por tener un Facebook publique cualquier cosa”, cierra