“Automedicarse provoca que se postergue un diagnóstico y un tratamiento oportuno”

La automedicación está fuertemente presente en nuestra cultura social. El llamado de atención de los profesionales no alcanza y la publicidad por televisión e internet no ayuda a cambiar esta condición.

18 de Mayo de 2023 08:09

“Es común que las personas que vengan al consultorio de un médico clínico ya hayan hecho algún tipo de movimiento ante un problema y la mayoría de las veces incluye el uso de algún fármaco dado por su cuenta o reiterado cuando es algún problema de salud que lo aqueja repetidamente, o que lo tuvo otra persona cercana o que ya se lo dio algún profesional o en alguna farmacia”, comienza diciendo Gustavo Elicabe (MP 19471), médico y presidente de la Federación de Clínicas de la provincia de Buenos Aires IX distrito.

Los dichos del profesional comprueban la peligrosa cultura que tenemos arraigada en torno a la automedicación en nuestra sociedad. Elicabe también plantea las circunstancias en torno a la accesibilidad al sistema de salud. Muchos encuentran dificultades para acceder al sistema de salud, ya sea público, privado, a una guardia o por no contar con obra social o prepaga. Entonces, “el camino más corto, siempre, es recurrir a la automedicación”, agrega el médico clínico.

-Imagino que, cuando llegan al consultorio, la mayoría ya consultó en YouTube por su diagnóstico…

-Sí, eso ya hace un tiempo que está instalado. Googlean: “¿Qué medicamento tengo que tomar para cierta dolencia?" Aunque no se tenga diagnóstico. También he visto en estos tiempos, sobre todo a partir de la pandemia con los Zoom y todo esto, que hay gente que se atiende con supuestos profesionales que no conocen y no saben si son médicos o si son actores y que les dan dietas o que les dan tratamientos. Y llegan a hacer consultas de más porque empiezan por un dolor en el hombro, por ejemplo, y por internet ven que podría ser una enfermedad muy grave, entonces llegan al consultorio con una consulta muy angustiada. El algoritmo de Google comienza por un dolor, por la falta de aire o por cansancio y puede terminar en cualquier lado, hasta en una enfermedad muy mala y hasta que uno se podría morir. Pero en el camino, muchas veces, hay vendedores de ilusiones que no son desinteresados, porque alguien se beneficia con la automedicación también. A veces llegan y me dicen: “Estoy tomando tal medicamento”, pero no como consulta, sino que directamente me lo afirman. Y ¿de dónde lo sacó o quién se lo dio? Me responden, “Lo vi en televisión”. Alguien me llegó a decir que “Si hacen publicidad es porque debe ser bueno”. Y lo cierto es que si es tan bueno no necesitaría hacer publicidad.

Haciendo la salvedad sobre que no es lo mismo automedicarse con paracetamol que con un antibiótico o con algún medicamento que le recomendó otra persona porque tenía algún síntoma o dolencia semejante, el presidente de Fecliba agrega, “hoy, si uno prende la televisión en horario de programas en vivo, no tanto durante películas o ficciones, muchas publicidades son de fármacos y están destinadas a que la gente se automedique. Automedicarse, muchas veces provoca que se postergue un diagnóstico y un tratamiento oportuno, además de que, tomando medicamentos que no necesitamos, perjudicamos nuestro ecosistema en cuanto a la resistencia a las bacterias que genera el tomar antibióticos cuando uno no lo necesita”.

-Hace tiempo que se prohibió la venta de medicamentos en lugares que no sean farmacias, ¿esto provocó algún cambio en nuestra conducta?

-Por suerte se dejaron de vender en los quioscos. Hoy en día, los medicamentos se los tenés que pedir a una persona, sea alguien formada universitariamente o a un auxiliar de farmacia, al menos se ha puesto ese límite ético dentro de las farmacias.

-¿En alguna instancia se puede hablar de automedicación responsable?

-Bueno, la automedicación responsable depende de para qué. Por ejemplo, para enfermedades agudas, de reciente inicio, como del tipo febriles, podría ser. Cuando uno tiene fiebre puede esperar 24 horas y tomar algo para la fiebre y después ver si evoluciona bien o si hay cierta alarma como falta de aire o dolor en el tórax, todo esto merece una consulta. Más que hablar de automedicación responsable yo hablaría de que todas las personas tendrían que tener un médico clínico y un pediatra de cabecera, según su edad, para hablar estas cosas. Muchas veces, con enfermedades crónicas como el asma, ocurre que tengo alguna recaída. Entonces puedo tomar algo que ya me han recetado, que ya me prescribieron. Lo que no puedo hacer es no ir al médico si tengo dos, tres, cuatro o más recaídas. Y así pasa con muchas enfermedades crónicas. Uno puede automedicarse ante un dolor de cabeza, pero si se repite necesita ir al médico. Hay mucha gente que vive tomando Migral porque sus primos o un amigo lo hace y no es así.

-¿Sabés cómo funciona esto en otros países?

-Yo doy clases en la Escuela de Medicina y concurren ahí unos cuantos estudiantes que son de Brasil. Les preguntamos cómo era allá y nos contaban que la situación es muy diferente. En Brasil, los medicamentos figuran en varias listas. Hay medicamentos de la lista amarilla, otros de la roja y otros de la negra. Algunos requieren hasta que el farmacéutico llame al médico y le consulte si le recetó ese medicamento porque es muy peligroso. Y hay otros que solo se pueden vender bajo receta con duplicado. Una vez en España, yo necesitaba un antibiótico y en la farmacia no me lo podían vender. Les explico que soy médico y el farmacéutico me dijo que si le llevaba mi carnet él me daba una receta para que la hiciera por duplicado y ellos estaba seguros de vendérmelo. En otros países se lo toman con mayor seriedad y hay mayor control del Estado también. Acá hay una ley nacional sobre los antibióticos. Pero, al ser Federal, cada provincia debe adherir y muchas aún no lo hicieron, entre ellas la provincia de Buenos Aires. La ley pide que se soliciten recetas por duplicado.

Elicabe no está de acuerdo con una “medicalización de la vida diaria”. Es decir que, muchas veces, no es necesario recurrir al médico por cualquier malestar, un dolor o una primera línea de fiebre. “Ni al médico ni a la farmacia” enfatiza. Y agrega: “La automedicación hace que la gente se independice falsamente, porque no es que yo quiera que todas las personas vayan a ver un médico, es más, creo que la medicalización de la vida diaria no es buena. Uno puede tomar algo para un primer dolor de cabeza o una línea de fiebre, pero no salir corriendo. Pero, con los antibióticos, la falta de aire o algo para la presión, es otra cosa. Esto si merece una consulta médica. Hay ciertos padecimientos que uno debe consultar con un profesional. No dejarse llevar por publicidades y tener un médico de cabecera que es lo más seguro”.