Inflación vs salarios: cuáles son los nuevos hábitos de consumos de los marplatenses

Los aumentos constantes de precios obliga a la gente a cambiar sus hábitos de consumo: con menos dinero en el bolsillo, opta por productos de primeras marcas pero en menor cantidad y recorta la canasta de artículos de limpieza. También se advierte una "migración hormiga" de clientes de almacenes a supermercados y mayoristas. Las bebidas alcohólicas, la excepción: es el único rubro que mantiene las ventas a pesar de las subas.

27 de Mayo de 2023 18:04

Por Redacción 0223

PARA 0223

Que la inflación obliga a la gente a cambiar sus hábitos de consumo no es novedad. Desde hace tiempo, los consumidores optan por hacer las compras “fuertes” del mes en supermercados y mayoristas para aprovechar los productos incluidos en el programa “Precio Justos”, los cuales son difíciles de conseguir en almacenes de barrio. Sin embargo, los permanentes aumentos de precios obligan al cliente promedio a, prácticamente, eliminar determinados lácteos y productos de limpieza, mientras que los quesos y fiambres pasaron a ser considerados artículos de lujo. Otra característica del consumidor medio: compra menos pero privilegia la calidad de los alimentos. En la vereda de enfrente, el de las bebidas alcohólicas es el rubro en el que, a pesar de los fuertes incrementos, mantiene un alto nivel de consumo.

Gustavo Casciotti, titular de Apyme, dijo a 0223 que en los últimos meses y a partir de la aceleración de la inflación, se observa una “migración progresiva de clientes” desde los formatos pequeños y medianos hacia las grandes superficies en busca de las ofertas contempladas en el programa “Precios Justos”. Esa “migración hormiga”, advirtió, se debe a que “efectivamente los proveedores tienen listas diferenciales” y en esos establecimientos comerciales se pueden conseguir mejores ofertas. 

Sin embargo, el hecho de que los precios suban y se alejen cada vez más de los salarios repercute en la compra del cliente promedio. Casciotti admitió que varios productos pasaron a ser catalogados como “suntuarios” y precisó que ese es el caso del atún en lomito, champiñones y palmitos, que -en líneas generales- desaparecieron de la opción del cliente medio.

Lo mismo sucede en la canasta de productos de limpieza, en donde quedaron relegados los destinados al cuidado de la ropa en general o tratamiento de los pisos, por ejemplo, y sólo se mantienen los básicos, es decir, lavandina, detergente, jabón líquido o en polvo y desodorantes. 

En cuanto a los lácteos, Casciotti advirtió que los de las marcas principales registran una “caída estrepitosa” en las ventas y mencionó particularmente el caso del yogur, que “en función de los precios, hoy por hoy parecería que es un lujo”. “Aquellas personas con jornada laboral extendida solían resolver su almuerzo con un yogur y una fruta o una barrita de cereal pero hoy los precios inciden mucho en el presupuesto de ese consumo diario y se ha desestimado”, contó.

En el mismo sentido, el titular de Apyme evidenció recortes en la compra de fiambres. Si bien dijo que las familias no dejaron de adquirir quesos (cuartirolos, cremosos y pasta blanda, lo más económicos), en la actualidad quedaron de lado los de pasta dura (gouda, reggianito o provolone) debido a sus altos valores. También optan por comprar paleta para reemplazar al jamón y buscan las piezas más económicas y que les permitan un mayor rendimiento en las comidas. 

No obstante, Casccioti aclaró que la gente nunca dejó de tener en cuenta la calidad de los productos y que, a pesar de los precios competitivos de las segundas y terceras marcas, hay una “resistencia a salir del ámbito del confort de la primera marca”, por lo que prefiere comprar en menor cantidad. “Por ejemplo, pasó de comprar 300 a 200 gramos, pero siempre, por lo menos lo que nosotros venimos viendo, trata de privilegiar la buena calidad”, detalló. 

Respecto de lo que ocurre con las carnes, confirmó que los cortes más caros son los que menos salen pero destacó que el consumo en pescaderías, granjas, pollerías y carnicerías se mantiene, fundamentalmente, impulsado por el descuento del 35% con pagos con Cuenta DNI. “Muchos clientes que en condiciones normales no podrían comprar un lomo, una colita de cuadril o un kilo de asado, a partir de ese descuento sí puede acceder”, remarcó.

 

Bebidas alcohólicas, un rubro con precios por las nubes pero con ventas altas

El rubro de las bebidas alcohólicas tampoco escapa a los aumentos permanentes de precios pero ocurre algo insólito: a pesar de que los valores están por las nubes, la venta se mantiene en niveles elevados. "Se sostiene pese a que han venido experimentando aumentos muy importantes, yo diría desmedidos, que parecería que no guardan relación con el incremento de costos ni tampoco con los valores de importación", evaluó Casciotti, que también hizo hincapié en que el 99% de las bebidas que se comercializan en mercados y vinotecas son de bandera nacional.

En ese sentido, puntualizó que es importante el expendio de vinos, cervezas y aperitivos, más allá de lo económico. "O sea, prefieren que duela un poco el bolsillo pero no tanto el alma, digamos. Creo que esto merece un análisis que va más allá de lo económico, lo comercial. Hay una cuestión sociológica en la que el cliente, producto tal vez de un clima de incertidumbre, de zozobra, de preocupación, de falta de pesos para llegar a fin de mes; de pronto se encuentra ante un buen vino o en un aperitivo, y es un placer que le permite sortear o disimular estos malos tragos que estamos atravesando", razonó Casciotti.

Temas