La noche que una tormenta puso fin al sueño de un director teatral

El 20 de abril de 1990 una sudestada destrozó las instalaciones del Centro Cultural Torreón que Francisco Rinaldi había montado en la planta baja del histórico edificio marplatense para homenajear a las glorias de la escena teatral nacional.

El Centro Cultural Torreón funcionó durante 15 años. Foto: La Capital

20 de Junio de 2023 17:28

Desde el 18 de abril de abril de 1990, sobre Mar del Plata y la zona se desató uno de los temporales de viento y lluvia con mayores consecuencias en la historia de la ciudad del último tiempo. El fenómeno que se extendió por cuatro días, si bien había sido previsto por los meteorólogos y anunciado en diferentes medios de comunicación, provocó no solo anegación de calles, caída de árboles y cableados. También fue el detonante de la tragedia del “Angelito" y "Amapola” y  el responsable de la destrucción del sueño del recordado director teatral Francisco Rinaldi (Italia, 15 de noviembre de 1928- Mar del Plata. 3 de septiembre de 2012), que 15 años antes había montado, con autorización de la familia Paratto un Centro Cultural teatro en la planta baja del Torreón del Monje.

“El mar se llevó un teatro” titula en su edición del 21 de abril el diario La Capital. Allí el diario da cuenta que “un coletazo del temporal que azota toda la Costa Atlántica a partir del martes a la mañana, destruyó el miércoles a la madrugada con fortísimos vientos y embates del mar las salas, telones, el escenario y Camarines del Centro Cultural Torreón, en donde realizaban sus actividades la compañía que dirige Francisco Rinaldi, destruyendo salas y escenario del lugar de este director y su elenco desarrollaban sus actividades”, indica.

El viento había provocado fuertes olas que superaron la altura de la pared y rompieron los vidrios. Según explicaba Rinaldi, las fuertes olas destrozaron las instalaciones de todo el teatro y “se llevó no sólo los telones, muebles y escenografía, sino también queridísimos recuerdos, notas, programas y fotografías que forman parte de mi vida". "Hoy logré recuperar un cuadro de Ernesto Bianco, que es un autorretrato. Perdí por ejemplo un cuadro que me había dedicado Luis Sandrini y otras cosas invalorables”, decía.

“El temporal se llevó imborrables recuerdos que nunca más recuperaré", decía con tristeza el reconocido director considerado entre los marplatenses como “el guardián de la obra de Agatha Christie en Latinoamérica”. "Fueron quince años de recopilar y atesorar recuerdos; objetos queridos entregados por muchos amigos, actores y artistas, del teatro, que se fueron con el viento y el mar. Quince años, en donde había parte de la vida del teatro a través de fotografías autografiadas, programas y carteleras", lamentaba.

El Centro Cultural Torreón había sido creado en 1975 tras un acuerdo entre el director teatral y la familia Paratto que administraba -y aún lo hace- el histórico edificio con el objetivo de “plasmar un homenaje al arte escénico". Para ello, Rinaldi había decorado las salas con objetos y fotos vinculadas a grandes artistas como Ernesto Bianco, Luis Sandrini, los hermanos Podestá, Inés Rinaldi, Luis Arata y Olinda Bozán.

Francisco Rinaldi junto a Norma Aleandro. Foto: gentileza familia Rinaldi

En el Centro Cultural Torreón, entre otras obras, Rinaldi puso en escena “La Ratonera”(The Mousetrap), de Agatha Christie. Con esta puesta en escena, el director alcanzó el récord en América Latina con 33 años ininterrumpidos de la obra en representación con un elenco que se caracterizó por contar con la participación de uno de los actores durante todas las temporadas.

"No existe ningún país americano que haya superado mi cifra, con esta obra o con otra. Dejo de lado a los Estados Unidos porque de allí no tengo referencias", se jactaba Rinaldi ante quien quería escucharlo, mientras explicaba que la obra se estrenó en Mar del Plata en enero del '79 con la "Compañía de Comedias Universales" y que "a nadie del elenco le había gustado, pero aceptaron hacerla debido a mi decisión de estrenarla contra viento y marea. De la versión original me queda un intérprete, Aníbal Montecchia (1927 -2017)", relataba en ocasión de cumplirse 30 años de la primer puesta en escena.

Para Rinaldi, La ratonera era "una pieza que atrae mucho" y que "el público marplatense reconoce como una marca teatral de la ciudad". Lo cierto es que, después de su muerte, nadie se animó a reflotar la obra que el director teatral custodiaba celosamente.