Montenegro marca postura en el arranque de la campaña: "El enemigo son los delincuentes"

Mano a mano con 0223, el intendente hace foco en tratar y atender los problemas de los vecinos, habla de la inseguridad y también relativiza el acuerdo electoral que selló "Encuentro marplatense". "Si no había elección, Raverta y Pulti no se juntaban", apunta. 

Montenegro ponderó la unidad de su coalición y refrendó su "modelo de compromiso". Foto: archivo 0223.

2 de Julio de 2023 11:08

Por Redacción 0223

PARA 0223

Cualquier año electoral supone convulsiones y tensiones políticas. Guillermo Montenegro, sin embargo, se muestra tranquilo y confiado. Dice que la campaña no altera el día a día de la gestión y traza una lectura “desdramatizada” de la interna que protagonizan Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en la puja por llegar a la Casa Rosada.

Montenegro es uno de los dos intendentes del PRO que podrá colgar su lista en las dos boletas, la de los halcones y la de las palomas. Y esa apuesta se refleja en sus declaraciones: sin inclinar la balanza hacia uno u otro lado, insiste en que está convencido de que cualquier precandidato amarillo “va a acompañar a Mar del Plata”.

En la primera entrevista que concede tras confirmar su búsqueda por un segundo mandato, el intendente hace foco en tratar y atender los problemas de los vecinos y prioriza, entre otros ejes, la lucha contra el delito, a tono con los primeros spots de campaña que lanzó Diego Santilli, Rodríguez Larreta y Bullrich. 

Montenegro también relativiza los términos de la alianza de "Encuentro marplatense" que selló Fernanda Raverta (Unión por la Patria) con Gustavo Pulti (Acción Marplatense). "Nosotros somos un equipo que comparte los mismos valores y más de tres años y medio de trabajo en conjunto. No tenemos que salir a juntarnos dos semanas antes porque se viene la elección", apunta, mano a mano con 0223.

-Intendente, ya lanzado como precandidato, ya oficialmente en campaña, ¿cuál va a ser su norte en estos meses? ¿Cómo encara el camino hacia las Paso?

-Yo no cambio, yo siempre soy el mismo. Teniendo en cuenta mi ciudad y los vecinos de la ciudad, no hay un modelo de campaña o modelo de gestión, hay un modelo de comprometerte con los problemas de la ciudad y de los vecinos, y eso tiene que ver con valores, con el compromiso, con el respeto, con la austeridad, con la honestidad, con la transparencia. Por ahí están ustedes (NdR: en referencia al periodismo) más atentos en qué hace un precandidato o candidato durante una campaña, pero mi forma de laburar es exactamente la misma: es estar cerca de los problemas, hacerme cargo, buscar soluciones y hacerte cargo de los problemas. Yo siempre asumí ese nivel de compromiso porque el compromiso en una función como ser intendente de nuestra ciudad es todo el tiempo y eso es así; vos tenés que ocuparte de los problemas y esos problemas te tienen que doler. Yo soy más fácil que la tabla del uno: me levanto a la hora que me levanto, contesto 300 o 500 mensajes por día de vecinos que vienen a mi teléfono, habitualmente eso lo hago a la noche, cuando termina el día. Yo siempre doy mi teléfono. Y cuando voy a una reunión de vecinos, y quedamos a las 18, es a las 18 y ni un minuto más. Los minutos del vecino valen lo mismo más que los míos. Yo no quiero prometer, sino comprometerme. Mi equipo también comparte esos valores que tienen que ver con defender al que se levanta temprano, al que sale a laburar, al que se esfuerza, al que le mete para adelante, y no lo vamos a cambiar por una campaña.

"Yo no tengo un modelo de campaña o un modelo de gestión: lo que tengo es un modelo de compromiso con los problemas de la ciudad", sostiene Montenegro. Foto: archivo 0223.

-Logró unidad y así también se garantizó la posibilidad de presentar su lista tanto en la boleta que lleva Rodríguez Larreta como la de Bullrich, algo que no sucede en casi en ningún otro distrito, ¿por qué era tan importante alcanzar esta expresión de unidad?

-Quedó claro que el modelo que nosotros tenemos en Mar del Plata no es una construcción electoral, no es una lista para una elección, sino un grupo de trabajo. Nosotros venimos haciendo un trabajo en conjunto con gente que pertenece a distintos espacios, como la UCR, el PRO, el GEN, la Coalición Cívica, Sumar, el peronismo no kirchnerista y otros sectores independientes con los que estamos unidos por compartir los mismos valores, por enfrentar los problemas y defender a los marplatenses en busca de soluciones. Esta unidad se genera a partir de un equipo de trabajo junto a los vecinos y por eso fue absolutamente natural que se vea reflejada después de 3 años y medio; hubiera sido antinatural que eso no ocurriera porque todos estamos empujando juntos de la misma manera desde hace más de 3 años. La unidad no existió para esta elección, hay otros espacios que sí se juntan por una cuestión electoral pero nosotros nos juntamos porque tenemos valores y porque defendemos los intereses de los vecinos. Eso lo hicimos desde el primer día.

-Y si estaba todo tan claro desde el primer momento, ¿por qué demoró tanto en anunciar su precandidatura en busca de un segundo mandato?

-Por la responsabilidad. Ser intendente es una función que necesita el 100% de mí. Y no es que es un proceso de decisión política, es un proceso de decisión personal, que además venía acompañado de un montón de cuestiones que tenían que ver con los problemas que plantean los vecinos. Yo no tengo grises: no es que veo si voy al 50% sino que mi compromiso es 100% lo que dura el mandato. Vivo mi ciudad con esa intensidad y vivo a los vecinos de mi ciudad con esa intensidad. Es un proceso que yo me miro al espejo y digo ‘bueno, vamos con todo y listo’. Tampoco era algo que me lo pedían los vecinos, era más una presión mediática el tema del anuncio. Las decisiones que yo tomo son siempre poniendo a mi ciudad adelante. Si yo no estoy en condiciones de hacer lo que tengo que hacer y que vine haciendo, entonces no puedo seguir. Esto no era un problema de nombres. Yo tengo que estar absolutamente convencido porque mi ciudad y los vecinos necesitan de un intendente que esté abocado al 100%.

-¿Y también está convencido de que esta interna tan fuerte y tan presente entre Rodríguez Larreta y Bullrich no va afectar o condicionar a la gestión, a su imagen?

-Estoy convencido que cualquier integrante de cualquiera de las listas del PRO va a acompañar a Mar del Plata, no a Montenegro, sino a Mar del Plata. Ya lo demostraron nuestros dos precandidatos presidenciales en un tema tan sensible como fue lo de El Marquesado. Ahí fue muy claro el posicionamiento de cada uno de ellos en una toma ilegal con viso de legalidad. Todos tenemos muy en claro que hay que enfrentar a la delincuencia, que hay que darle tranquilidad al vecino a la hora de salir a la calle, a la hora de levantarse para ir laburar o llevar o traer a sus hijos del colegio. Sabemos que el enemigo son los delincuentes. Y los vecinos de Mar del Plata también tenemos la tranquilidad de que con nuestros dos precandidatos a gobernadores no vamos a seguir sufriendo la discriminación de estos últimos años que, insisto, no atenta contra Montenegro sino contra los vecinos de nuestra ciudad. La interna tiene matices, hay que desdramatizarla… de hecho, yo soy producto de una interna. Así que yo no veo que afecte en nada. 

-En el video donde confirmó su precandidatura, recuerdo que dijo que todos los marplatenses y batanenses sabían de qué lado había estado cada uno (por oficialismo y oposición). Pero por si alguno no lo sabe, pregunto: ¿usted de qué lado ha visto a la oposición en estos cuatro años?

-Yo vi palos en la rueda, el ‘no’ por el ‘no’. Ejemplos sobran. Durante la pandemia todos sufrimos un montón y a mí me llegaron a tildar de ‘asesino’ porque quería abrir actividades, siempre pensando en los vecinos, en el laburo, en cuáles eran los problemas que tenía nuestra ciudad, en problemas reales y no en los problemas de la política. El 31 de julio, cuando fue lo del Enduro Pale, estuvimos discutiendo hasta último momento jurídicamente la realización de un evento que al final permitió a muchos comerciantes vender todo lo que tenían. En uno de los food trucks me dijeron que habían vendido más que en una semana de enero. Y ese era el valor para nosotros, no la carrera de motos sino el impacto de un evento así. Y con la coparticipación también encontrás discriminación: de los 135 municipios, estamos últimos en la cantidad de recursos que recibimos. Nos caímos de la tabla. Con los subsidios al transporte pasa lo mismo: ¿por qué el obrero de la construcción de Mar del Plata tiene que pagar tres o hasta cuatro veces más que un empleado de un comercio que vive en el Área Metropolitana de Buenos Aires? Si eso no es discriminación, explíquenmelo.

-¿Se imagina otros cuatro años más así, conviviendo con este tipo de problemas, con Nación y Provincia en contra?

-Lo que te aseguro es que voy a plantear exactamente lo mismo, y voy a hacerlo cada vez más fuerte, porque cuando los problemas, cuando la firmeza en enfrentar los problemas tiene que ver con saber qué es lo que está afectando a mi ciudad, voy a estar en contra. Voy a seguir planteando estos temas porque además es mi función: mi función es defender a los vecinos de mi ciudad y defender al que labura. Son cosas que me enojan porque le enojan a los vecinos, y es natural que eso pase. Y tampoco importa el color político. Yo sé que me van a acompañar nuestros precandidatos si llegan a ser electos pero si no lo hacen voy a patalear igual porque primero tengo que defender a mis vecinos. Así es mi función.

-El senador Rabinovich hace unos días habló de “rejunte” al referirse al acuerdo electoral entre Gustavo Pulti y Fernanda Raverta, ¿comparte esa calificación? 

-Pero es que eso es lo que pasó. Si vos te juntás dos semanas antes de una elección, estás haciendo un acuerdo electoral, que después eso funcione o no funcione es otra cosa pero no deja de ser un acuerdo electoral. Está clarito, sino no te juntás dos semanas antes.

-Digamos que ve en la vereda de enfrente una expresión de unidad más forzada…

-Ponele el nombre que quieras. Lo que digo es que eso tiene que ver con un proceso electoral. Si no había una elección no se juntaban, o por lo menos nunca había avizorado que se junten.