María José Sánchez y una novela que viene de su propio pasado

El regalo entrañable es la nueva novela de la poeta María José Sánchez. El viaje al pasado de una mujer que quería olvidar. Entre el diario personal y la lógica del policial, una historia que busca en las huellas del pasado.

10 de Septiembre de 2023 08:36

La poeta María José Sánchez presentó su nueva novela: El regalo entrañable (Gogol – 2023). Una historia que nos habla de la década de los '90, pero vista por los ojos de una niña de 13 años que consigue su primer trabajo para ayudar en su casa.

Un verano casi eterno, un trabajo, una necesidad, un maltrato y un hecho violento es lo que le toca en suerte a la protagonista. Todas circunstancias que María Laura recordará ante la aparición de un rostro en la televisión. El regalo entrañable renombra lo que es una experiencia pasada y nos empuja a la pregunta: ¿quiénes son los que nos rodean?.

Los detalles de la historia son señales de que la mano que escribe es la de una poeta. Detalles del barrio, de las miradas, de los silencios son tan protagonistas como los protagonistas mismos. “Como hice en su momento con el libro anterior, que es de cuentos, muchos de ellos surgieron o pasaron por algún momento que viví. Tengo la tendencia de ir hacia la infancia. Acá la protagonista tiene 13 años y, a partir de eso, edifiqué la historia hacia arriba”, comienza diciendo la autora. “En este caso tuve la necesidad de escribir sobre aquel verano. Trabajé, efectivamente, en una carnicería a los trece años. Fue en el barrio de Nueva Pompeya, a ocho cuadras de mi casa. En ese barrio viví 21 años, de ahí tantos detalles y características que recuerdo y que aparecen. Luego, la verdulería existió, mi patrón también (Chaucer decía que se vengaba de aquellos que habían abusado de él en sus personajes literarios) e Isidro, por supuesto. Claro que hay un desenlace, una complicación y un misterio, por eso tiene algo del policial, aun sin serlo. Pero muchos de esos detalles que decís, son los que usé para empezar a recordar. Después, me permito que venga todo lo que venga para la historia. No solo el contexto social de los '90, también lo que ocurría dentro de mi casa. Por algo una nena de 13 años tiene que salir a trabajar”, agrega.

La autora confesó que le gustó que esos detalles sembraran la realidad que ella recuerda de su infancia. Más allá de ser un texto que tiene más de diez años. Lo escribió de “un tirón”, pero con el paso del tiempo, ante su lectura, María José Sánchez se dio cuenta de que no se reconocía en esa escritura. De ahí el trabajo de volver sobre la historia y reverla. “A principio de año me pareció que era un buen momento para su publicación, aunque en ese momento, el contexto vigente no estaba tan cercano a la ficción como ahora”, dice.

-Hablemos de Isidro. Un personaje con pocas líneas, un personaje muy gestual y que es el que comparte la historia con la protagonista. ¿Cómo fue la construcción de ese personaje?

- Hubo un Isidro también, pero si bien tenía su edad y algunos datos eran ciertos, como que llegaba al mediodía, yo tuve que crear un personaje más oscuro. Necesariamente oscuro. Necesitaba que su figura tuviera algo guardado. Era misterioso y silencioso. Esa nena intenta conocerlo, comprenderlo incluso, por sus gestos, por sus miradas. Ella lo miraba a él mientras su patrón le gritaba todo el tiempo. Y él no hacía nada. La protagonista piensa: “¿Por qué no hace nada? Si él puede mucho más que yo”. No se daba cuenta de que ese silencio era en realidad una máquina de rencor que siempre está facturando y que en algún momento iba a decir algo.

Isidro aparece en el inicio de la novela. Aparece como el recuerdo de una mujer, María Laura, que lo conoció cuando tenía 13 años. Ahora, aparece en la televisión buscado por crímenes de lesa humanidad. La casualidad la enfrenta a ese rostro y ella preferiría no haberlo visto porque la lleva al pasado que había escondido.

“Al principio me costaba escribir sobre él porque quería que fuese mudo, silencioso, puro gesto. Fue saliendo de a poco”, dice la autora.

Las dudas que se plantea la protagonista de 40 años no son las que tuvo la de 13 al momento de vivir aquella experiencia. Ella intenta reconstruir su relato desde el recuerdo. Un recuerdo de confianza, había algo que no cerraba en lo que pasaba, pero ella no cargaba con sospechas sobre él. María José Sánchez intenta explicar esa relación: “Con ese compañero de trabajo comparte muchas cosas, sobre todo la abulia constante de ese lugar. Y hay instantes donde se siente contenida y otras donde la distancia es enorme entre ellos, por ejemplo, cuando solo pide por él ante el patrón. Pero ella intenta entenderlo en sus circunstancias. Creo que le tenía confianza y hasta trataba de justificarlo: ‘Le pasan las mismas cosas que a mí, tiene las mismas necesidades, en realidad no es tan malo’. Ella no parece desconfiar, al contrario, parece estar observando y escuchando, las pocas veces que habla, para darle sustancia a la confianza que le tiene. Ella hablaría más con él si él se lo permitiera. Debo decir que el verdadero Isidro hablaba un montón”.

-Contame algo de aquel barrio de tu infancia…

-Nueva Pompeya. Ahí viví la mitad de mi vida. Tengo esos recuerdos que son mi infancia, mi patria original, como decía Borges. De Pompeya recuerdo un montón: cómo crecía, la cantidad de negocios de la calle San Juan, la iglesia Nueva Pompeya, el pochoclero de la esquina de San Juan. Recuerdo, sobre todo, el contexto del conocimiento entre los vecinos, del entorno. “Te conozco desde ante de que nacieras”, te decían. Y se conocían los mismos problemas que hicieron que, a fines de esa etapa de los 90, nos encontráramos en la esquina con la cacerola. Por esa situación, también estaban los comercios que nos fiaban en la época dura, todos te daban una mano porque sabían qué necesidades tenías. Lo recuerdo como una comunidad, como debe ser, imagino en el mejor de los casos, nuestro tránsito por un barrio con los vecinos y las vecinas, no solo con sus familias.

A la protagonista de El regalo entrañable no le gusta recordar. No le gusta volver al pasado por miedo a aquellos rostros que quiere dejar atrás y ese verano que tanto le enseñó. Muchos años le llevó a la protagonista apagar un grito de desesperación, impotencia e ira. El regalo entrañable renombra lo que es una experiencia pasada. Transitando lo duro de esas experiencias, pero también lo que deja el poder transitarlas en comunidad, con el otro o la otra al lado. Cierra la autora: “Ver crecer los vínculos solidarios y amorosos que surgen ahí, en el barrio, en las situaciones más complicadas, que siempre nos tienen que hacer mejores”. Una auténtica María José Sánchez.