El vuelo de la libélula es la nueva novela de Gabriela Exilart

Es su novela número once. Ambientada en el fin del mundo y en los años 30 del siglo pasado, El vuelo de la libélula combina rasgos del policial, realismo mágico y mucha vida humana.

El vuelo de la libélula es la novela número once de Gabriela Exilart.

17 de Septiembre de 2023 08:03

El vuelo de la libélula (Plaza y Janes – 2023) es un viaje. Un viaje hasta la zona más fría del continente sudamericano, pero también un viaje en el tiempo. Un ir de acá para allá a lo largo de muchos años. El vuelo de la libélula invita a la historia.

“De pie frente a la bahía fue insensible al viento helado que le quemaba el rostro y sordo a los graznidos de las aves que huyeron espantadas cuando la luna se cayó al mar y el agua se levantó tanto que solo quedó visible la cumbre de un monte. Después no sabría si era un sueño si realmente había estado allí, frente al mar vacío; no importaba”. Así es el principio de la novela. Así, Gabriela Exilart nos lleva al sur, a esa ciudad en el fin del mundo que es Ushuaia.

El vuelo de la libélula tiene varios ejes por los cuales entrar. Está ambientada en la ciudad de Ushuaia, se rescata el hundimiento del buque alemán Monte Cervantes, el rescate y el traslado de los náufragos en el Monte Sarmiento y, sobre todo, la suerte y lo vivido por aquellos en ese poblado de diez cuadras, con 800 habitantes, que tuvieron que darle cobijo a los más de mil que sobrevivieron del hundimiento.

El vuelo de la libélula es la novela número 11 de Gabriela Exilart.

La llegada de gente revolucionó al pueblo y, en medio de todo ese movimiento, un homicidio. Al marido de la protagonista lo encuentran muerto en el muelle. Pero, cuidado, no estamos hablando de una novela policial. Queda mucho todavía por recorrer.

“La cuestión gira en torno a qué hacen con los náufragos y quién asesinó a este hombre. Por el hecho hay varios sospechosos, pero no es un policial concretamente. Tiene un tinte policial, pero después hay una historia que tiene que ver con la comunidad yagán, con esto me voy un poco más atrás en el tiempo y recupero la historia del pueblo y de su comunidad. También está la historia del presidio. Acá aparece un personaje que rescato de El susurro de las mujeres (Plaza y Janes – 2022). Uno que había quedado medio suelto en el final de la novela, entonces hago que regrese a Ushuaia a trabajar en el presidio como médico. Lugar donde había estado, pero preso”, comenta Gabriela Exilart sobre su nuevo libro.

La gran novedad para este nuevo material es la aparición del realismo mágico. La novela es muy dinámica y, en determinados momentos, ciertas libélulas se aparecen con total normalidad frente a un personaje y comparten la historia con él. La propia autora manifiesta que, “El paisaje lo ameritaba. Surgió solo. Yo soy una amante del realismo mágico, me encanta leerlo, pero nunca me animé a usarlo en mis textos. Me parecía que no daba con esos grandes referentes que me gusta tanto leer como García Márquez o Isabel Allende. Pero me animé un poquito y aparecieron estas libélulas que le significan cosas al personaje, tipo fantasmas que velan por la vida de una familia, pero es algo que no se da en toda la novela”.

- ¿Por qué recuperar un personaje de novelas anteriores?

- La verdad es que me sentí injusta, porque en la novela anterior lo dejé solo y tenía que darle un amor, así que acá va a tener su revancha. Pero, más allá de esto, las dos novelas fueron escritas una atrás de la otra. Yo me traje estas historias de un viaje a Ushuaia de vacaciones. Cuando fui al presidio, me metí en las historias del lugar, y me leí los libros de testimonios y me decían lo que había pasado, y el hundimiento del Monte Cervantes. Entonces me dije: ‘Acá tengo dos novelas’. Y las escribí una detrás de otra.

- Además tenés como una buena relación con el siglo XX…

- Me encanta el siglo XX. Soy toda siglo XX. Además, el siglo XIX ya ha sido muy contado. Y no me atrae tanto, me gusta mucho mas la época del 1900. Igual siento ya que me estoy quedando sin historias, sin cosas por descubrir.

- Te sentís cómoda, hay mucha lectura sobre el tema y, parece, que por ahí va tu camino…

- Cierto, me siento muy cómoda en esa época y, además, tengo mucho material. Porque, quieras o no, hay situaciones dentro del marco de la misma época y son movimientos que están relacionados: las huelgas patagónicas, la masacre de Napalpi, el hundimiento de este buque, 1924, 1934, 1935 y es todo parte del mismo movimiento. Es como que ya tenés una visión armada y eso que yo no soy historiadora, pero tenés un pantallazo y eso te hace todo más fácil.

El vuelo de la libélula es la nueva novela de Gabriela Exilart

El vuelo de la libélula es la novela número once de Gabriela Exilart. Una buena cantidad como para repasar el proceso de producción y los hábitos de escritura de la autora.

Ella misma lo explica de la siguiente manera: “A mí me lleva mucho tiempo la definición sobre lo que poner y qué no. Yo estudio mucho y leo y, como todo me resulta muy interesante, quiero poner todo. Pero me pregunto siempre, ¿por qué esto le va a resultar interesante al lector? Después de todo, están leyendo una historia de ficción y no puedo llenarla de información que no viene al caso. Esa definición me resulta muy difícil siempre”. Y agrega, “Lo que estoy llevando adelante es ir, de a poco, sacando tanta adjetivación, tanta descripción. Que se vea más acción, que sean más los personajes. Eso me llevó también a que sean más cortas. En las primeras tenía un promedio de 500 páginas y ahora he ido bajando ese número”.

-Cuando escribís y estás leyendo a la par, ¿qué sentís? Pasado el tiempo, ¿notás que hay algo de esa lectura?

- En realidad, lo que me pasa es que, cuando leo cosas que me gustan, eso me estimula mucho y me dan ganas de escribir más. Por ejemplo, terminé El caso Alaska Sanders de Joël Dicker, que lo leí rapidísimo, salí con unas ganas bárbaras de escribir un policial.  Me meto tanto (logro del autor), que salgo muy entusiasmada.

En El vuelo de la libélula no solo se puede encontrar la historia.  Las vivencias y las circunstancias de los protagonistas nos empujan al reflejo, a la introspección. A veces, esa mirada devuelta es grata. Otras, no tanto. Pero somos parte de todo esto. Ante la pregunta sobre qué reflexionó durante la creación de la historia, Exilart manifestó: “La naturaleza humana no ha cambiado a lo largo de los siglos. En situaciones extremas es cuando sale lo peor. No hemos aprendido mucho como seres humanos y eso es lamentable. Lo que ocurre en el naufragio, la avaricia, los que quieren salvar sus bienes materiales sin importarles los otros, las pasiones humanas, las violencias que se generan y lo que esto genera en los demás es increíble”.

Como se dice en el texto, “Si aprendés a mirar a la naturaleza podrás comprender al mundo”. El vuelo de la libélula: están quienes solo verán una novela ante una propuesta que busca ahondar en la humanidad y sus vínculos.