Cómo entrar en modo vacaciones luego de un año de estrés
En días tan complejos como los nuestros, lo recomendable es bajar el estrés en la previa antes de salir de vacaciones.
¿Cómo bajamos de esa rutina que llevamos para descansar? “Todo el tiempo estamos siendo bombardeados no solo por el estrés laboral, también puede ser causa de estrés la relación con compañeros, las relaciones de parejas, las familiares, la relación con pares, la cuestión social, económica y política del país”, comienza diciendo la psicóloga psicoanalista Alejandra Linardi (MP 45849).
Ante la situación, agrega: “Los argentinos vivimos llenos de estresores, de cosas que nos estresan, y al momento de hacer el intento de decir: ‘Bueno, hoy trabajo y mañana entro en vacaciones’, uno tiene la fantasía de que su cabeza empieza las vacaciones inmediatamente, pero en realidad lo que empieza es su situación de vacaciones. Pero como para todo en la vida de los seres humanos, se necesita un momento de adaptación, de un cambio de situación a otro. Uno no puede estar un día a 100 kilómetros por hora y al otro sentir que bajó a 0 de golpe”.
Linardi hace mención a un estado de idealización de lo que son las vacaciones. Se refiere a esa idea de que, en vacaciones, todo va a ser perfecto. “Hay que entender que uno siempre tiene una idealización de las vacaciones que uno cree que tienen que ser perfecta, que todo aquello que uno programó lo va a poder hacer. Luego, cuando llega el último día de las vacaciones tenés la sensación de culpa porque no lograste cierto porcentaje de lo propuesto. Esa frustración tiene que ver con pensar las vacaciones perfectas. Como en la vida, en las vacaciones puede haber imponderables. Incluso hay gente que se enferma durante las vacaciones porque bajan la guardia y, al bajarla, aparece el estrés y se bajan las defensas y te enfermás o descomponés o gripe”, dice.
-Es interesante porque uno tiene esa idea de vacaciones donde se libera de todo, pero también está expuesto a muchas otras cosas también...
- Claro, hay que entender los desafíos que encontrás en las vacaciones. Otra cuestión es cuando las personalidades son hiperexigentes y programan las vacaciones como si fuesen un trabajo, tal día hago tal cosa, tal otro hago tal otra, un día tengo tres actividades. En Mar del Plata, por ejemplo, donde somos climadependientes, se da el caso en que, si está lindo hay que ir a la playa sí o sí, pero si llueve tenés que ir al cine o al teatro sí o sí. Entonces terminás cambiando el estrés y la rutina del trabajo por el estrés vacacional. Ni hablar si programás todo un viaje con tours fijos y andás corriendo con los horarios.
-¿Cómo salimos de esa situación?
-Son cuestiones que hay que empezar a rever. Es un tipo de estrés que provocan las vacaciones. Hay que tratar de negociar con los familiares. Salvando las distancias, es algo parecido a lo que pasó en la pandemia, cuando nos encontramos 24 horas conviviendo con parejas e hijos y muchos no estaban acostumbrados a esa cantidad de tiempo. Bueno, eso necesita también un proceso de adaptación hasta que te volvés a acostumbrar. Imaginate, una familia tipo, cuatro personas con edades e intereses diferentes, hay que encontrar un punto en común para disfrutar. A veces hay que resignar, otras negociar para poder pasarla bien, si no nunca quedarán todos contentos.
La recomendación es, entonces, comenzar las vacaciones con unos días de descanso antes de salir del viaje. Alejandra Linardi dirá, “Con una buena higiene del sueño, que quiere decir dormir bien. Es decir, sin pantallas, ni tele en la cama, ni celular. Que el momento de dormir sea realmente reparador. Algo que tenga que ver no solo con la cantidad de horas, sino con la calidad del sueño. Para poder bajar de 100 a 0, necesitás reacomodar. Para empezar a disfrutar a pleno, por ahí es mejor primero unos días de descanso de este tipo”.
El descanso no solo debe contemplar el salir de la rutina horaria, también se necesita un descanso digital. Dejar el celular, salir de la hiperconexión, no consultar el mail, dejar las redes, silenciar grupos y hacer el esfuerzo para no entrar en los del trabajo para limpiar la cabeza son medidas muy recomendables para dejar atrás la rutina. “Practicar el ocio, que tiene mala prensa, pero el ocio es un indicador de salud. O practicar algo que también está bastante devaluado, como leer, relaja; pensar en proyectos extralaborales, como aprender un idioma, hacer cursos, o cualquier cosa que no tenga que ver con tu trabajo, es primordial. Pero tenemos que entender que las vacaciones son parte de la vida y que, como en esta, puede haber imperfecciones o malas noticias. Pero ahí, según el caso, se medirá la posibilidad de posponer o no. Pero debemos medir y tener en cuenta la prioridad de las vacaciones y del descanso", cierra la psicóloga.
Temas
Lo más
leído