Setenta años, dos etapas y un festival que mantiene a Mar del Plata en el primer plano internacional

A fines de la década del 40, la industria audiovisual nacional era vasta. Argentina duplicaba la producción anual y se perfilaba como un “tanque” en Latinoamérica, con gran aceptación del público que aguardaba cada semana por los estrenos de las estrellas del momento. En vistas de ello, Estados Unidos comenzó a poner excusas para facilitarle a su posible principal competidor zonal la importación de célula virgen. Entonces, el subsecretario de Prensa, Don Raúl Apold propuso, como una solución realizar un “Cannes del cono sur” en 1948 y se realizó la primera Muestra Internacional de Cine, antecedente del festival.

El 8 de marzo de 1954 se realizó la primera edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. La ciudad había sido elegida siguiendo la tendencia mundial de la época, en la que las grandes muestras se realizan en las ciudades balnearias más importantes de cada país con el objetivo de reafirmar el lugar como atractivo turístico.

De aquel histórico primer Festival, participaron 18 países representados por 52 largometrajes y 49 cortometrajes de realizadores como Vittorio de Sica, Luis Buñuel, Anthony Mann e Ingmar Bergman, entre muchos otros y fue catalogado por la prensa del momento como “un éxito”.

Se destinaron los cines Ópera, Ambassador y Gran Mar para la exhibición de la muestra internacional, y el San Martín para proyectar cortos y películas sin subtitular. En Las Toscas se realizaron proyecciones al aire libre.

“Las delegaciones extranjeras arribaron al Aeropuerto Internacional de Ezeiza en la semana previa al festival, y en la mañana del lunes 8 de marzo estaba dispuesta en la estación ferroviaria de Constitución una formación dedicada en exclusividad al traslado de las delegaciones artísticas. Se inició así una tradición que habría de mantenerse en el tiempo, con el denominado Tren de las Estrellas. Un selecto conjunto de artistas argentinos ofició de anfitriones, acompañando a los extranjeros en el tren y a lo largo del desarrollo del encuentro”, rememoran los realizadores audiovisuales Miguel Monforte y Julio Neveleff. 

En la estación ferroviaria de Mar del Plata, sobre la avenida Luro, una caravana de autos Mercedes Benz esperaba a los artistas. En esos autos y acompañados por el fervor popular, que colmó todo el trayecto de casi treinta cuadras desde la estación

Ese Festival había sido pensado originalmente para el mes de enero, pero se reprogramó para el mes de marzo aprovechando que unos días antes de la fecha elegida para Mar del Plata se realizaría una muestra en San Pablo, Brasil, y se comprometió la presencia de los artistas norteamericanos que participarían en ella. 

La noticia de la presencia en la ciudad del general Juan Domingo Perón, no solo por el encuentro cinematográfico sino además para un meetíng en el marco de las elecciones legislativas a realizarse el 25 de abril, despertó una atención inusitada en los medios de comunicación locales, ya que la última visita del primer mandatario a Mar del Plata había sido en 1944.

El costo del primer Festival Internacional de Cine, de acuerdo a los registros públicos fue de $ 4.841.000.-, que incluían la condonación de una deuda de Errol Flynn, contraída en la ruleta del casino, de $ 50.000.-

Pero el evento se suspendió al año siguiente,  con la llegada del golpe de Estado conocido como “Revolución Libertadora”, un año después de la primera edición del festival hasta 1959, cuando la Asociación de Cronistas Cinematográficos de Argentina se hizo cargo de la organización del evento y le dio el carácter competitivo que aún mantiene,

De 1959 a 1970 se realizaron diez ediciones. La de 1964 fue en la ciudad de Buenos Aires, y en 1967 y 1969 se alternó con el Festival de Río de Janeiro. Estos festivales fueron los acontecimientos culturales más importantes de la época. Las cinematografías europeas estuvieron representadas, entre otras, por la Nouvelle Vague francesa, el más destacado cine de los países socialistas, el mejor neorrealismo italiano, la irrupción de Ingmar Bergman y la cinematografía sueca, y la excelencia del cine inglés. De los Estados Unidos llegaron películas que, por su alto nivel temático, técnico y actoral, fueron premiadas en diversas ocasiones.

La llegada de la televisión por cable y la explosión de la cadena Blockbuster en la década del '90 hicieron tambalear la industria del cine nacional. Las salas caían como fichas de dominó y eran compradas por desarrolladores inmobiliarios o iglesias que aprovechaban la gran capacidad de los recintos para transformarlas en lugares de culto. En medio de una crisis nunca vista en el sector, en 1996 se retomó la realización del Festival Internacional de Cine.

Con distintas direcciones y curadurías, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata sostuvo, en la medida de lo que permite la economía argentina, un encuentro entre la cinefilia y la alfombra roja, la charla intelectual, la búsqueda de acuerdos de coproducción y las galas y presentaciones de films y artistas.

Este año, por primera vez se realiza un Festival con producción conjunta entre el Municipio y el Instituto Nacional de Cine y Arte Audiovisual y la 39 edición llegó envuelta en polémica, cambios de autoridades, baja de organismos históricamente vinculados al evento y retiro de jurados y premios no oficiales.

El evento -que comenzará este jueves a las 19- se extenderá hasta el 1 de diciembre y contará con la particularidad de tener como país invitado a Japón y pondrá una vez más a la ciudad en la primera plana de la escena mundial del séptimo arte.