“Es algo más justo y seguiremos peleando” dijo la familia de la portera asesinada tras la condena a los culpables

Apenas unos minutos después de escuchar que los dos sujetos que mataron a su madre fueron condenados a veinte años de prisión, Florencia Campusano, hija de Mirta Zabalegui, se mostró satisfecha por el monto de la pena y reconoció que era el final de una etapa para un largo proceso que atravesó toda la familia.

La hija de la portera asesinada en septiembre de 2019 agradeció el trabajo del fiscal Leandro Arévalo, de su abogado Osvaldo Verdi y de toda la gente que los acompañó en todo el camino. “Fue un proceso largo para llegar a la verdad y tener la sensación que es algo más justo”, le dijo a 0223 en el sexto piso de Tribunales.

“Fue mucho tiempo invertido, de tratar de entender el por qué y de un pedido incansable de justicia. Le prometimos a ella que íbamos a lograr que castiguen a los culpables de su muerte, pusimos el alma y el corazón para lograrlo”, agregó.

Campusano dijo que la condena es justa porque a Marcelo Santillán (51) y Carlos Juárez (51) no les importó matarla, dejarla tirada y consideró que “ganó toda la sociedad” porque no se va a tener que lidiar con estas personas en libertad.

La mujer recordó que el desarrollo del juicio fue muy movilizante y que en algún momento habían aceptado la posibilidad de un acordar un juicio abreviado con una pena menor para no tener que pasar por experiencia. “Pusimos el alma y el corazón, valió la pena declarar y verles la cara”, indicó.

El acuerdo preveía una pena de quince años para Santillán y una de doce para Juárez, pero el mismo fue rechazado por el Juez Néstor Conti al discrepar con la calificación de los hechos. Tras el veredicto de culpabilidad del jurado popular y la realización de la audiencia de cesura, el Juez Fabián Riquert impuso una pena mayor.

El hecho

Según la hipótesis fiscal, entre las dos y las cuatro de la tarde de 6 de septiembre de 2019 Zabalegui fue sorprendida en la portería del edificio por al menos tres sujetos que le exigieron la entrega de dinero y pertenencias. Producto de una brutal golpiza, la mujer sufrió fractura de costillas del lado izquierdo y lesión craneal con hundimiento que le provocaron la muerte de manera prácticamente instantánea.

Los delincuentes escaparon con una indeterminada cantidad de dólares estadounidenses, una notebook marca Toshiba 15 pulgadas, un celular Samsung J2 Prime, el juego de llaves del edificio, incluyendo la llave magnética y un anillo de oro.

Para el fiscal, Juárez y “El Tucumano” Santillán fueron los autores del homicidio, mientras que un tercer sujeto, identificado como Eduardo Lantes, había sido imputado por encubrimiento tras dar una versión en su declaración para favorecerlos. El hombre había sido detenido, luego se le dio el arresto domiciliario y falleció tiempo después.

A su entender, Juárez alquilaba departamentos por pocos días y luego los subalquilaba por plazos mayores y de esta manera estafaba a los interesados. Al hacerlo en el edificio donde trabajaba la víctima, entabló una relación de confianza y supo de los ahorros que tenía la mujer ante un planificado viaje a Disney.

Una prueba pericial confirmó la presencia de “El Tucumano” en el lugar ya que varias de las manchas hemáticas halladas correspondían a una “mezcla de la víctima y el imputado”. Santillán fue detenido casi dos años más tarde del homicidio cuando caminaba por el barrio Zacagnini.