Dos condenados y un absuelto por el crimen de la portera

Los seis hombres y las seis mujeres que conformaron un jurado popular hallaron culpables a dos de los tres acusados de matar a golpes a una mujer en la portería de un edificio céntrico durante un robo. La pena a Marcelo Santillán (51) y Carlos Juárez (51) se conocerá tras la audiencia de cesura cuya fecha aún no fue establecida por el Juez Fabián Riquert.

Tras varias horas de deliberación, el jurado informó el veredicto de culpabilidad para los dos hombres que llegaron detenidos al debate y confirmaron la no culpabilidad de Carlos Oña (52), el tercero de los imputados que había llegado a juicio en libertad.

Santillán y Juárez fueron hallados culpables del delito de homicidio en ocasión de robo tal como habían planteado en sus alegatos el fiscal Leandro Arévalo y el abogado Osvaldo Verdi como representante del particular damnificado. 

Como había sucedido en algún momento de la instrucción, los jurados consideraron que no había elementos para ubicar a Oña en la escena del crimen y definieron que era no culpable. De los tres imputados, había sido el único que había prestado declaración durante el debate que se desarrolló en el Tribunal Oral en lo Criminal N°3.

El hecho

Según la hipótesis fiscal, entre las dos y las cuatro de la tarde de 6 de septiembre de 2019 Zabalegui fue sorprendida en la portería del edificio por al menos tres sujetos que le exigieron la entrega de dinero y pertenencias. Producto de una brutal golpiza, la mujer sufrió fractura de costillas del lado izquierdo y lesión craneal con hundimiento que le provocaron la muerte de manera prácticamente instantánea.

Los delincuentes escaparon con una indeterminada cantidad de dólares estadounidenses, una notebook marca Toshiba 15 pulgadas, un celular Samsung J2 Prime, el juego de llaves del edificio, incluyendo la llave magnética y un anillo de oro.

Para el fiscal, Juárez y “El Tucumano” Santillán fueron los autores del homicidio, mientras que un tercer sujeto, identificado como Eduardo Lantes, había sido imputado por encubrimiento tras dar una versión en su declaración para favorecerlos. El hombre había sido detenido, luego se le dio el arresto domiciliario y falleció tiempo después.

A su entender, Juárez alquilaba departamentos por pocos días y luego los subalquilaba por plazos mayores y de esta manera estafaba a los interesados. Al hacerlo en el edificio donde trabajaba la víctima, entabló una relación de confianza y supo de los ahorros que tenía la mujer ante un planificado viaje a Disney.