El rumor de venta de Makro que involucra un sitio histórico a la memoria de Diego Maradona

Cada 14 de noviembre los memoriosos y amantes del fútbol argentino y mundial recuerdan con nostalgia que en una tarde de 1976, un pibe de 16 años llamado Diego Armando Maradona hacía sus primeros dos goles. Hoy la cita no es antojadiza y relacionan los primeros pasos del barrilete cósmico en el desaparecido estadio "San Martín" de Mar del Plata. Lo que fue un verde césped donde comenzó a brillar el mítico “10”, desde 1996 pasó a ser la plaza de estacionamiento y el show room del hipermercado mayorista Makro, que recientemente es noticia no por sus ofertas sino porque sus dueños, el grupo neerlandés SHV Holdings dispuso que las 24 sucursales del país sean vendidas en un monto estimado que podrían alcanzar los 200 millones de dólares.

Este año se cumplirán 48 años de los primeros goles oficiales de la carrera de Diego, que con la camiseta número “15” de Argentinos Juniors, volvió locos a los jugadores de San Lorenzo de Mar del Plata, que fueron derrotados esa jornada con un lapidario 5 a 2 por el Torneo Nacional.

Cuenta la reseña deportiva que aquella tarde por la fecha interzonal del Torneo Nacional, en Buenos Aires, Boca Juniors vencía a River Plate por 2 a 0 en el Monumental. Y en “La Feliz”, en el estadio General San Martín de la avenida Champagnat y Alvarado, San Lorenzo recibía a Argentinos Juniors. Ya se habían enfrentado en la tercera fecha en el barrio porteño de La Paternal, con triunfo del "Bicho" por 3 a 1.

Según la crónica, poco más de mil personas presenciaron el encuentro, con un “discreto” primer tiempo pero que finalizó 1 a 1. Pero ese aburrido trámite iba a cambiar súbitamente con el ingreso de un pibe enrulado llamado Diego Armando Maradona. Como recordaba 0223, en conmemoración de su trágica partida, ocurrido en 2020, con la camiseta "15", el "Cebollita" había tenido su debut en primera división semanas atrás, el 20 de octubre ante Talleres de Córdoba. Luego jugó de a 20 minutos ante Newell´s Old Boys, Ferro y Huracán de Comodoro Rivadavia.

Para esta oportunidad, el entrenador Jorge Enrico le dio la chance de jugar un tiempo entero por primera vez e ingresó por Rubén Giordano, y su presencia no defraudó.  “La entrada del juvenil Diego Maradona tuvo una importancia decisiva y dio muestras de su tremenda habilidad e inteligencia”, describió con maestría el cronista Segundo César Cheppi para el diario La Capital.

El "pibe" fue  indetenible para los jugadores marplatenses. Gambetas, lujos, velocidad. Participó en la  jugada del 2 a 1 convertido por Álvarez, a los 15 minutos. Luego, metió un cabezazo en el travesaño y coronó su  brillante actuación con dos goles en los últimos minutos, contra el arco de la calle Alvarado.

El primero fue a los 42´. Una combinación con el centrodelantero Hallar, luego eludió al defensor Fortunato y tocó  de zurda cruzado.

Y el segundo, en el minuto 45, tras recibir un centro de Ingaramo, colocó la pelota al palo  derecho por encima del arquero Rubén Lucangioli.

El único registro visual del histórico partido y los goles fue gracias a la cámara del fotógrafo Néstor Alfonso, fallecido en 2020. No hubo video: cuentan que el camarógrafo de uno de los canales de la ciudad solo registró el primer tiempo, como una rutina, y se fue en el descanso.

Tres días después de ese partido, Maradona brindó una de sus primeras entrevistas al diario Clarín, realizada por el periodista Horacio Pagani. En la nota titulada "Un sueño de barrilete", se refirió a sus goles de visitante en "La Feliz".

-¿Cómo anduviste en Mar del Plata?

-Creo que bien. Hice dos goles y metí un “caño”.

-¿Cómo? ¿Contás los caños?

-En primera sí, porque llevo pocos partidos. Le metí uno a Cabrera, de Talleres, en el debut. Otro a Gallego, de Newell`s. Pero él me lo devolvió. Y el domingo le hice uno lindo a Mascareño…

Justamente Alejandro Mascareño, rememoró años después a 0223 lo que fue marcar a Diego y el reto que recibió de su entrenador: ´Es una vergüenza que un borrego como éste venga a bailarlo a usted´. Me lo repitió varias veces, y yo jamás le contesté a un técnico, pero esa vez lo primero que me salió fue: ´¿y por qué no lo marcó usted?´", le espetó.

"Ya cuando habíamos ido a la cancha de Argentinos nos habían comentado que había un pibe que hacía maravillas con la pelota. Pero en ese partido me volvió loco...yo le dejaba 20 centímetros contra la línea, me comía el amague y él pasaba como si nada, y eso que yo estaba en mi plenitud...".

Hoy del histórico estadio marplatense solo quedan dos torres como recuerdo y una plaqueta dañada en ese ingreso.