"El Chato se mandó una c...": los nuevos audios que revelan cómo se armó el triple femicidio
En los mensajes de voz, la pareja del Víctor Sotacuro habló con un vecino y le contó que él se había llevado a las víctimas.
Por Redacción 0223
PARA 0223
El caso por el asesinato de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez sumó nuevas pruebas clave que complican a Víctor Lázaro Sotacuro, alias “El Chato”. Según reveló el periodista Ignacio González Prieto, el acusado alquilaba una cochera en el Bajo Flores donde guardaba vehículos utilizados en el crimen. La Justicia sospecha que su rol fue logístico, ya que habría trasladado tanto a las víctimas como a los sicarios.
Tras el crimen, la pareja del detenido mantuvo una conversación con un vecino que se incorporó como prueba. “El ‘Chato’ se mandó una c... Le hizo de remís al ‘Tarta’ y se llevaron a las tres pibas que mataron”, confesó. En el mismo audio intentó defenderlo: “Capaz él no sabía que las iban a matar”. Además, se reveló que el acusado intentó borrar evidencias. “No te preocupes, ya prendí fuego la camioneta”, le escribió a su pareja.
Sotacuro fue capturado el 26 de septiembre en Villazón, Bolivia, tras cruzar desde Jujuy. Un mensaje lo delató: “Tengo miedo y hambre. Ya crucé a Bolivia. No quería irme en colectivo”. Su novia, de hecho, le respondió: “Bueno, pasate de nuevo al lado argentino y no te entregues ahí”. Finalmente, fue detenido en un hostel y trasladado en avión a Ezeiza al día siguiente.
Los autores materiales del triple femicidio serían dos hombres peruanos de 39 y 45 años, que compartían apellido y habrían salido del país en múltiples ocasiones. Se presume que torturaron y asesinaron a las jóvenes en una casa de Florencio Varela. “Salieron embarrados y manchados con sangre”, indica el expediente, y habrían amenazado a Sotacuro: “Que se calle la boca, porque si no vamos a ir por él”.
La investigación apunta también a Tony Janzen Valverde, alias “Pequeño J”, señalado como autor intelectual del crimen. Tras reunirse en José C. Paz con los sicarios, escapó a Bolivia y luego a Perú, donde fue detenido. La Justicia analiza siete celulares de los nueve detenidos hasta el momento y se espera que en los próximos días surjan datos determinantes sobre los roles de cada implicado.
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