Juzgan a dos hermanas acusadas de matar a un hombre a balazos
Lucía Ojea y María Ojea están imputadas del delito del homicidio agravado por el uso de arma de fuego de Julio Villarreal Noiega en diciembre de 2021 en el barrio Santa Rita.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Las dos hermanas acusadas de asesinar de tres disparos a un hombre que había ingresado por la noche a su vivienda en la que también funcionaba un “point” de venta de drogas serán juzgadas entre hoy y mañana en el Tribunal Oral en lo Criminal N°4. Lucía Magalí Ojea (28) y María Margarita Ojea (25) llegan al debate en libertad.
La acusación está a cargo del fiscal Carlos Russo, aunque la investigación que terminó con el pedido de juzgar a las dos hermanas la hizo el entonces titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°7, Leandro Arévalo. El abogado penalista Osvaldo Verdi se presentó como el representante del particular damnificado y la defensa de las hermanas imputadas del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego la ejercerá el abogado penalista Horacio Mariano Ayesa.
Los hechos ocurrieron entre las diez y media y once y diez de la noche del 26 de diciembre de 2021 cuando las dos mujeres, valiéndose de un revólver calibre .38 Special, le dispararon a Julio Villarreal Noriega en el ingreso de la casa de las mujeres en Ortiz de Zárate al 8000. El hombre, que en ese momento tenía 42 años, presentaba una herida mortal en el pecho, otro con ingreso por la cadera y el último en la zona genital.
También tenía una herida cortante en la cabeza que la investigación la atribuyó a un ataque con cuchillo que podría haber hecho una tercera persona, pero nunca se pudo certificar esa cuestión. Incluso un informe pericial solicitado en aquel momento por el abogado Mauricio Varela que defendía a las hermanas, no pudo precisar la data y el origen de esa herida.
Tal como se informó en su momento, Lucía Ojea estaba embarazada cuando ocurrieron los hechos y presentaba, producto del ataque que denunciaron, una herida de arma de fuego en la mano. Desde un comienzo la postura defensista planteó que se estaba ante un hecho de legítima defensa porque se respondió a un ataque registrado en el interior de la casa: Villarreal tenía en su mano un revólver marca Tala calibre .22.
El secuestro del arma de fuego homicida se efectuó a partir de la medida ordenada por el fiscal Arévalo en el lugar, lo cual sucedió dos horas después del arribo del personal policial al lugar del hecho. No existió una entrega voluntaria por parte de las residentes en el lugar y/o familiares presentes.
Durante la instrucción, allegados a Villarreal confirmaron que el hombre –que se había evadido del complejo penitenciario de Batán- residía en el barrio donde finalmente murió y, además, era conocido en la zona. Dijeron que era conocido de una de las imputadas y que era cliente del "kiosco" que funcionaba en la vivienda de las hermanas Ojea.
“Él me contó mas de una vez que, a veces, le fiaban y cuando agarraba plata iba a pagarles. Por eso no entiendo que lo hayan matado así, no fue un robo simple”, dijo una de las hermanas de la víctima en su declaración.
La posibilidad de una legítima defensa fue desestimada por los investigadores quienes sostuvieron que los tres disparos que presentaba el cuerpo fueron realizados en dirección de delante atrás, difiriendo la línea de impacto, puesto que el primero de los descriptos fue lineal mientras que los restantes poseen una dirección de arriba hacia abajo. “Villarreal ya no se encontraba de pie como al recibir el primer impacto descartándose la existencia de signos de lucha o defensa en la superficie corporal”, sostuvieron.
En el debate el Ministerio Público Fiscal intentará confirmar que el ataque sufrido por Villarreal, no sólo cuenta con huellas de dos armas diferentes, un arma de fuego calibre .38 y otra que resultó un elemento cortante, tipo cuchillo de hoja fuerte, una cuchilla, machete o similar, sino que evidencia un accionar incompatible con el de una mujer embarazada.
A su entender, las diferencias de estaturas, las direcciones de ataque encontradas (desde adelante y desde atrás) dan cuenta de un accionar coordinado, y dicha coordinación, no pudo estar asociada a otra persona diferente de quien se hallaba esa noche junto a Lucia, es decir su hermana María Margarita.
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