"No me violes, puedo ser tu mamá": evitó un brutal asalto con comida, gaseosa y Netflix
Una mujer convenció a un delincuente de que no le robara, lo calmó y terminó detenido por la Policía.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Un joven de 26 años fue detenido ayer por la mañana en la ciudad de Santa Fe después de ingresar a dos viviendas durante un intento de robo que terminó de forma insólita: en la segunda casa, una mujer logró calmarlo y evitar que la atacara hablándole con firmeza, ofreciéndole comida y convenciéndolo de que se entregara. El episodio comenzó cerca de las 6, cuando una vecina advirtió que un desconocido había ingresado por la ventana.
La víctima logró escapar, se refugió en un lugar seguro y alertó a los inquilinos de los hogares linderos través de un grupo de WhatsApp vecinal. Cuando arribaron las fuerzas de seguridad, el delincuente ya no estaba: se había escapado por los techos y terrazas hasta meterse en otra propiedad, que estaba ubicada en la misma cuadra. Allí, se encontró con una señora que dormía en su habitación, quien se despertó con el ladrón encima.
“Eran las 6:45 de la mañana. Veo un hombre que entra por mi ventana y se me abalanza, me tapa la boca y me dice: ‘No grites porque te hago boleta’. Me empezó a besar, me decía ‘dame un beso’. Yo dije ‘soné acá’”, relató la damnificada, aún conmovida por lo ocurrido. “Le pedí que no me hiciera nada, le dije que tenía hijos, que podía ser su madre. Él dudaba entre sacarse el pantalón o escucharme”, rememoró a través de un video que compartió en sus redes.
“Le pregunté por qué hacía esto. Me dijo que no tenía trabajo, que su mamá tenía leucemia. Le ofrecí un café, pan con queso, una gaseosa. Me pidió un cigarrillo. Le pregunté si quería ver algo en Netflix. Le puse una serie y se quedó dormido”, contó la mujer, que parecía haber encontrado la solución para evitar el asalto y un eventual abuso. Mientras el chico descansaba, ella mandó un mensaje en silencio para pedir ayuda.
Posteriormente, ideó un plan para hacerlo salir del inmueble sin que medie la violencia. “Le dije que la Policía no se iba a ir, que lo podía llevar al médico y hacerme pasar como su madre. Lo convencí para que se cambie. Salimos juntos, abrazados, y caminamos una cuadra y media”, explicó la mujer. A esas alturas, los oficiales patrullaban intensamente la zona. Recién en la intersección de Primero de Mayo y Obispo Gelabert, los efectivos lo interceptaron y detuvieron.
Durante la posterior requisa, encontraron entre sus pertenencias una notebook robada de la primera casa. El joven fue trasladado a la comisaría 1ra y quedó a disposición de la Justicia. “Sentí que me iba a violar. Pero también sentí que si lo escuchaba, si le hablaba, podía evitar lo peor”, sostuvo la víctima. “Me dijo que ya había estado preso, que nadie le da trabajo. Le dije que nunca es tarde para cambiar, que lo que estaba haciendo al no hacerme daño ya era un cambio", aseguró.
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