"Lo asfixié para mandarle un mensaje a la mamá": la macabra confesión del hombre que asesinó a su hijo
El sujeto declaró ante un médico en el Hospital Gandulfo, donde estaba internado tras haber intentado quitarse la vida.
Por Redacción 0223
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“Lo asfixié para mandarle un mensaje a la mamá”, fue la brutal confesión que Alejandro Ruffo, el hombre que mató a su hijo de 8 años en Lomas de Zamora, le hizo a un médico en el Hospital Gandulfo. Tras el crimen, ocurrido hace un mes, intentó quitarse la vida. Desde el 5 de agosto, el sujeto estuvo internado con custodia policial en la unidad de terapia intensiva.
Al mismo tiempo, el juzgado le mandaba un doctor todos los días para corroborar si podía declarar ante la Justicia y siempre se negó. Sin embargo, en una de las visitas más recientes, le sacaron la intubación y admitió sus intenciones ante un profesional de la salud. Los dichos, aunque no fueron realizados de manera formal, ya fueron sumados al expediente
Por ello, la fiscal Fabiola Juanatey, responsable de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIyJ) N°2 de Lomas de Zamora, pidió que la prisión preventiva quede firme. Ahora se espera que el juez de Garantías N°8 del distrito, Gabriel Vitale, tome una decisión final. Mientras se siguen recolectando pruebas, el 21 de octubre a las 9.00 se le realizará al sospechoso una pericia psiquiátrica con la finalidad de determinar si estaba en condiciones de comprender y dirigir sus acciones en el momento del hecho y si se encuentra en condiciones de afrontar un juicio.
Joaquín fue asesinado en su casa de Lomas de Zamora, donde vivía con su papá y su mamá, Natalia Ciak. El individuo aprovechó que estaba solo con el nene para asfixiarlo mientras dormía. “Le tapó la cabeza con una almohada”, delató la mujer. Ambos estaban atravesando un proceso de separación y hacían terapia de pareja de forma individual.
Él prometió irse de la casa en pocos días, pero mientras tanto seguía ejerciendo violencia verbal hacia ella. “Estaba celoso de la relación que tenía con mi hijo”, señaló. Aquella jornada, el hombre debía llevar al pequeño al colegio, pero nunca lo hizo. La mujer comenzó a sospechar que algo extraño pasaba, ya que su hijo cada vez que llegaba a la escuela le avisaba por videollamada o por mensaje de WhatsApp.
Luego, llamó a la institución escolar para saber si el menor estaba ahí, y la respuesta la impactó: “Joaquín no vino hoy”. Alrededor de las 10, se fue de su trabajo porque sospechaba que algo pasaba. Cuando arribó a la vivienda ubicada en la calle Eustaquio Díaz Vélez, y con un patrullero que la esperó en la puerta, se encontró con la terrorífica escena: su expareja estaba en el living totalmente ensangrentada y fue trasladada al Ganfuldo, mientras que el niño estaba muerto en su habitación.
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