Juegan contra Boca y tienen otros trabajos: la doble vida de los jugadores del Auckland City
El próximo rival de Boca en el Mundial de Clubes es un equipo semiprofesional de Nueva Zelanda con jugadores que tienen empleos comunes: de maestro a chapista, pasando por empleados de atención al público.
Por Redacción 0223
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En medio del lujo y la exigencia del Mundial de Clubes 2025, Boca se prepara para enfrentar a un equipo que representa todo lo contrario a las grandes potencias del fútbol mundial. Auckland City, el campeón de Oceanía, llega con una historia digna de película: la mayoría de sus jugadores no viven del fútbol y deben combinar su pasión con oficios cotidianos.
El club neozelandés sorprendió por su valentía dentro del campo, pero aún más por las historias personales de sus futbolistas. Jordan Vale y Christian Gray son maestros; Adam Mitchell trabaja en bienes raíces; Ryan De Vries se gana la vida como chapista; y Dylan Manickum es asistente de obra. Ninguno de ellos cuenta con las comodidades de una vida profesional en el fútbol.
Alfie Rogers vende bebidas; Conor Tracey, el arquero titular, trabaja en un depósito veterinario; Regont Murati labura en logística; Joe Lee atiende clientes de telefonía; Angus Kilkolly gestiona una fábrica de herramientas y Mario Ilich es jefe de ventas. Todos ellos pidieron vacaciones o días sin goce de sueldo para poder representar a su país en el torneo.
La rutina es agotadora: muchos de los jugadores se levantan a las cinco de la mañana, entrenan por su cuenta, cumplen con sus trabajos y por la noche se reúnen para las prácticas grupales. Entrenan solo dos horas diarias y, sin embargo, lograron competir frente al Bayern Múnich, que les propinó un durísimo 10-0 en el debut.
Lejos de desmoralizarse, el plantel festejó su participación como un logro colectivo. La diferencia de nivel no fue sorpresa para nadie, pero lo que impactó fue el compromiso de estos jugadores con el deporte. Algunos integrantes del cuerpo técnico también son profesores en colegios o trabajan en tareas de logística, pintura o conducción de camiones.
Más allá del marcador, varios futbolistas ven este torneo como una oportunidad para mostrarse ante el mundo. La ilusión de conseguir una prueba en una liga profesional motiva a los jugadores, quienes viven esta experiencia como un sueño hecho realidad. Muchos ni siquiera habían salido de su país antes de este viaje a Estados Unidos.
Para Boca, el duelo con Auckland City será, en los papeles, el más accesible del grupo. Sin embargo, el equipo de Miguel Ángel Russo sabe que enfrentará a un conjunto que juega sin presiones y con un amor puro por el deporte. El desafío será no subestimar al rival y mantener el enfoque en la clasificación ya que deberá hacer como mínimo seis goles para pasar de ronda.
En tiempos de contratos millonarios y fichajes récord, la historia de Auckland City y sus jugadores-empleados devuelve cierta mística al fútbol. Frente a clubes gigantes como Boca, estos héroes cotidianos nos recuerdan por qué el deporte sigue emocionando a todos, sin importar el marcador final.
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