Una familia encontró un gliptodonte bebé en su madriguera
El hallazgo se produjo en el mes de febrero en los acantilados de San Eduardo del Mar. Desde entonces, personal del laboratorio de Paleontología del Museo de Ciencias Naturales trabaja para remover los restos del armadillo.
Por Redacción 0223
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Mariano La Venia y su familia jamás imaginaron que descubrirían la madriguera de un gliptodonte cuando caminababan por la playa de la zona de los acantilados costeros de San Eduardo del Mar y observaron unos restos óseos que le llamaron la atención durante el mes de febrero. Entonces, se comunicaron con el Laboratorio de Paleontología del Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia para dar aviso del hallazgo.
Se confirmó que eran restos de un armadillo terrestre gigante, más conocido como gliptodonte, y se podía apreciar que había restos de su cola y caparazón dorsal muy bien preservados. Los gliptodontes son un grupo de animales acorazados con un escudo cefálico cubriendo su cabeza, un caparazón dorsal cubriendo su cuerpo y una cola protegida en su base por anillos caudales, rematando muchas veces en un mazo medieval conocido como estuche caudal. Las especies de estos herbívoros podían pesar entre 450 y 2.500 kilogramos, razón por la cual se los considera componentes de la megafauna que existió hace más de 10.000 años atrás.
Las tareas de rescate se desarrollaron durante una salida paleontológica abierta a la comunidad, con la participación de más de 80 personas y con la asistencia de estudiantes de la Tecnicatura Superior en Paleontología y de Defensa Civil. La importancia del hallazgo reside en que se trata armadillo gigante juvenil que muestra claras diferencias morfológicas con las formas adultas. En muchos casos estas diferencias confundieron a expertos paleontólogos que nombraban erróneamente a las formas juveniles como nuevas especies para la ciencia.
Se trata del gliptodonte Neosclerocalyptus paskoensis que tiene la particularidad de osificar sus cartílagos nasales y cornetes, los que fueron recuperados excepcionalmente en este hallazgo. El caparazón dorsal de un adulto puede llegar a medir 1.25 metros de largo, mientras que el de este juvenil mide 0.85 metros, pero no solo las diferencias son en tamaño sino también la ornamentación de sus placas, verdaderos Animal Prints prehistóricos.
Desde el punto de vista de la escena del hallazgo, los restos de este gliptodonte juvenil se recuperaron en lo que algún momento fue la madriguera del animal, lo que en gran parte explica lo excepcional del descubrimiento ya que la paleocueva funcionó como una tumba herméticamente sellada por finos sedimentos. Los fósiles de este animal se encontrarán exhibidos próximamente en el Museo Lorenzo Scaglia, ubicado en Plaza España.
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