Identificaron al joven de 16 años que estaba enterrado en la casa lindera a la de Gustavo Cerati

Se descubrió de quién era el cuerpo y es de un caso que estremeció a una familia en la década del 80´.

Foto: A24 y Primicias Ya.

6 de Agosto de 2025 10:45

Por Redacción 0223

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Los restos fueron hallados en 2025 en el barrio porteño de Coghlan, Buenos Aires, en una propiedad lindera a la que Cerati alquiló entre 2001 y 2003. El joven falleció de forma violenta: presentaba una herida cortopunzante en la cuarta costilla del lado derecho y otros signos de intento de descuartizamiento.

El joven NN enterrado en un chalet al lado de donde vivió Gustavo Cerati se llamaba Diego Olmos. Tenía 16 años, iba a la ENET N° 36 y jugaba al fútbol en el Club Excursionistas. Estaba desaparecido desde 1984.

La investigación está en curso y se intentan determinar más detalles sobre la causa y circunstancias de su muerte, así como su posible vínculo con otras personas o circunstancias de la época. El hallazgo fue realizado durante excavaciones para una obra y la evidencia forense fue analizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf).

De acuerdo a los detalles que se conocieron, Diego había salido de su casa con uniforme escolar y nunca más regresó. Iba a la ENET N° 36, jugaba al fútbol en Excursionistas y entrenaba todos los días menos los jueves. Su cuarto permaneció intacto por décadas. La noticia llegó a su madre 40 años después, comunicada por sus otros dos hijos. Su padre murió en un accidente de tránsito sin obtener justicia.

El joven de 16 años que fue encontrado muerto al lado de lo de Cerati.

Ahora la fiscalía buscará interrogar a los dueños del chalet que ocupaban la propiedad en 1984. Se trata de una mujer mayor y sus dos hijos, de apellido Graf. Aunque el crimen estaría prescripto, se intentará reconstruir qué pasó, cómo murió Diego y por qué lo ocultaron con tanto descuido, como si no pensaran que algún día iba a saberse.

El caso dejó también al descubierto las fallas estructurales del sistema judicial y policial de aquellos años. La falta de seguimiento, la desidia institucional y el estigma del adolescente que “se fue con una mina” marcaron el destino de una familia. “Nos quejamos, buscamos, fuimos a los medios, pero nadie investigó”, había dicho su padre.