Freddie Mercury habría tenido una hija en secreto: "Era un padre maravilloso"
La mujer, que prefiere no revelar su identidad asegura ser fruto de la relación clandestina del artista con la esposa de uno de sus colaboradores más cercanos.
Por Redacción 0223
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La vida de Freddie Mercury estuvo envuelta en misterio, pero una reciente revelación desafía la versión oficial sobre el líder de Queen. Una mujer identificada como B., de 48 años y residente en Suiza, afirma ser la hija secreta del artista, fruto de una relación con una mujer francesa casada.
Su testimonio, incluido en la biografía “Affectueusement, Freddie” de Lesley-Ann Jones, pone en el foco la imagen pública de Mercury y plantea nuevas preguntas sobre la privacidad y el legado del músico.
B. asegura haber nacido en febrero de 1977, como resultado de una breve relación entre Mercury y su madre, esposa de uno de los amigos cercanos del cantante, tras la separación del líder de Queen y Mary Auster. “Fui concebida por accidente con la esposa de uno de sus amigos cercanos”, escribió B. a Paris Match, añadiendo que Mercury sentía culpa por las circunstancias.
Según la mujer, la familia materna y su padrastro provenían de un entorno donde el divorcio y el aborto eran impensables, lo que condujo a la permanencia del matrimonio tras su nacimiento. Mercury habría aceptado la llegada de la niña con alegría: “Convertirse en padre fue una felicidad absoluta para él”, aseguró B., aunque reconoció que el cantante lamentaba no poder ofrecer una familia ideal.
Durante años, el secreto se resguardó celosamente. Solo cuatro personas del círculo íntimo de Mercury, afirma B., sabían la verdad. El propio artista adoptó la máxima de “vivir feliz, vivir oculto”, y al conocer el embarazo, comenzó a escribir un diario personal, entregado a su hija tres meses antes de su muerte en 1991. B. explicó que aguardó para leer los 17 volúmenes, cumpliendo el pedido de Mercury de esperar hasta los 25 años para acceder a ciertos pasajes.
La biógrafa Lesley-Ann Jones declaró haber consultado estos diarios, cartas, documentos bancarios, fotografías y grabaciones. No existen pruebas materiales públicas que respalden la historia, debido a restricciones legales y a la protección de la privacidad. La protección del anonimato y la familia fue prioritaria para B. y determinó la decisión de mantener oculto el vínculo. “Nunca habría expuesto a sus hijos a la prensa, bajo ningún pretexto”, afirmó B. a Paris Match.
Dejar al descubierto la paternidad habría supuesto la humillación de Mary Austin, pareja de Mercury, y de su padrastro. “No era capaz de causar tanto daño a quienes amaba”, subrayó. La protección de la privacidad, junto con el temor a la intrusión mediática, definió el rumbo del secreto.
La relación entre Mercury y B., según su relato, estuvo marcada por encuentros discretos en Suiza, Londres, Múnich y Montreux. La frecuencia de las visitas dependía de las giras y compromisos del cantante.
En Londres, vivían cerca y en Montreux, Mercury disfrutó de un refugio lejos de la presión mediática. “Nos veíamos muy a menudo, y cuando no era posible, hablábamos casi a diario por teléfono. Nunca me dijo ‘adiós’, siempre ‘hasta mañana’”, recordó B. También evocó momentos de intimidad familiar, juegos, conversaciones y una educación musical exigente pero protectora. “Era un padre absolutamente maravilloso, atento, comprensivo y extremadamente protector”, afirmó.
Varios hechos motivaron a B. a contar su historia. La película Bohemian Rhapsody fue determinante, ya que, en su opinión, transmite una imagen superficial y distorsionada de Mercury. “El filme fue recibido como la verdadera vida de Freddie Mercury, pero la mayoría de las libertades que se tomaron con su vida y su carácter no tenían razón de ser”, declaró a Paris Match.
Además, la venta de objetos personales de Mercury por parte de Mary Austin en 2023 y la venta de Garden Lodge en 2024, la hicieron sentir despojada de la memoria de su padre. “Me sentí despojada de mi padre, expuesto al mundo bajo su peor faceta”, explicó. La muerte de su padrastro y el hallazgo de documentos familiares durante la pandemia la impulsaron a narrar su versión antes de que se reescribiera para siempre la historia.
La controversia rodea el relato de B. ante la falta de pruebas materiales públicas. Lesley-Ann Jones asegura haber visto los diarios y documentos, pero no divulgó copias por motivos legales. Mary Austin, principal heredera de Mercury, declaró a The Times que no tiene conocimiento de una hija ni de los diarios, pero no emitió un desmentido categórico.
“Su declaración fue un shock para mí y no tengo motivos para no creerla”, replicó B. a Paris Match, sugiriendo que Mercury pudo ocultar la verdad para no herir a Austin. La negativa de B. a mostrar pruebas materiales y la ausencia de confirmación externa intensifican el escepticismo, aunque ella insiste en que su prioridad es proteger a sus hijos y mantener la paz familiar.
En el plano patrimonial, B. explicó que Mercury aseguró su bienestar sin dejar rastros oficiales. “No hay mención de mí en su testamento porque no soy ni he sido beneficiaria de ningún fideicomiso”, expuso. Mercury le habría proporcionado medios suficientes para vivir mediante mecanismos discretos: cuentas numeradas en bancos suizos, obras de arte, oro, joyas y bonos al portador.
“No encontrará ninguna huella de mi herencia, él no tomó ninguna disposición oficial para proteger mi privacidad”, afirmó a Paris Match. B. aclaró que no recibe derechos de autor ni figura en el testamento.
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