No hay virus que lo frene

Gran tarea de Adrián Boccia, con 23 puntos, goleador del partido junto a Leo Gutiérrez (23) y Leiva (22) - Fotos: Diego Berrutti.

15 de Febrero de 2014 00:02

No hay con qué darle a Peñarol. Con el cansancio encima de un largo viaje a Santiago del Estero que, encima, afectó a 5 jugadores de una fuerte gastroenterocolitis, aún así el "Milrayitas" sacó a relucir su jerarquía y venció al siempre difícil Gimnasia Indalo de Comodoro Rivadavia, 107 a 95, por la decimonovena fecha de la segunda fase de la Liga Nacional de Básquetbol.

Un encuentro de goleo alto, y de personales limitados. Peñarol llegó con varios jugadores al límite, caso Facundo Campazzo y Franco Giorgetti, los más complicados por el virus que atacó al plantel (vómitos, pérdida de peso, reposo, suero...). También Gutiérrez y Leiva no la pasaron bien. Enfrente, Gimnasia Indalo contó con solo 3 relevos por diversas lesiones.

Pero los marplatenses se impusieron por la jerarquía de todos sus jugadores, desde Campazzo en la conducción (¡menos mal que no entrenó en toda la semana!), y las tareas de Boccia (23 puntos), Gutiérrez (23) y Leiva (22, sin jugar el último cuarto). Así, dejaron en el camino a un rival que lo había vencido en 2 de los 3 enfrentamientos de la temporada. Y, virtualmente, siguen en lo más alto de la Liga Nacional, a la espera que Regatas de Corrientes cumpla los 3 partidos adeudados por su participación en la Liga de las Américas.

El primer cuarto se inició parejo, con los dos equipos atacando la pintura. Clancy y Johnson en Gimnasia, y Leiva en Peñarol, que después de comenzar 2-5 abajo, pasó al frente y fue llevando el juego para su lado. Con un atento y contundente Adrián Boccia (8 puntos) al igual que Leiva, imparable por momentos. Isaac Sosa fue titular por Giorgetti, pero el boricua no fue encontrado por sus compañeros, con solo un triple en tres intentos en el parcial. Leo Gutiérrez sin anotar, con una tarea más de virtuoso pasador que lanzador (0/2 en triples).

Peñarol sacó ventajas en el tramo final. Gimnasia se acercó con un triple de Scala (13-12), pero el “Milrayitas” tuvo un cierre espectacular, anotando 13 puntos (la mitad del segmento) en los últimos 3 minutos. Sosa y Campazzo funcionaron como tándem: dos penetraciones del base propusieron la máxima de 18-12 y el pedido de minuto en la visita. Gimnasia, con Clancy fallando una y otra vez bajo el aro, sumó pérdidas y desatenciones que no fueron perdonadas por un Peñarol voraz, que de la mano de Boccia y Leiva cerró con un tranquilo 26-14.

Gran mitad inicial del segundo parcial para Peñarol. Boccia y Leiva siguieron haciendo de las suyas, individualmente y en tándem. A los 3 minutos, Rivero mandó a la cancha a Giorgetti y Matías Ibarra. En base a una gran defensa, a falta de cuatro minutos, los marplatenses lograron llegar a una ventaja demoledora de 42-23, casi doblando el marcador. Antes de ello, la impotencia de Gonzalo García (DT de Gimnasia) quedó demostrada cuando increpó a los árbitros por una supuesta falta de Leiva ante Clancy (no existió). Doble técnico y expulsión para el entrenador. Con tres simples de Ibarra y reposición facturada por Boccia, Peñarol llegó a esa máxima que casi doblaba el marcador. Fue el pico del equipo en el segmento.

Pero Peñarol aflojó la defensa en el perímetro, y Gimnasia tuvo un cierre mucho mejor. De la hecatombe que parecía vivir en defensa, pasó a encontrar flaquezas en su rival. Con dos triples de Scala, la enjundia de Orlietti (4 puntos), la visita finalizó lejos en el marcador, pero mucho mejor que en el arranque: 49-36. Peñarol solo ganó el parcial 23 a 22.

A la vuelta del descanso largo, Peñarol tuvo el cuarto más flojo. Gimnasia lo ganó 33 a 28, finalizando en juego (77-69). Con la renta del primer cuarto los marplatenses siguieron al frente. Pero en ese segmento, Gimnasia tuvo en Clancy la vía de gol más importante. Dieciséis puntos del extranjero en una pintura débil de Peñarol permitieron que los chubutenses remontaran el juego. A 2 minutos del final del parcial, la visita se acercó a 5 puntos (67-62). Pero Peñarol salió de ese momento incómodo con un triple de Campazzo y un robo-contragolpe de Boccia para devolver una ventaja interesante (72-62). El base se lució asistiendo al ex Obras, y Weigand con una corrida dejó las cosas 77-69 para el último segmento.

El comienzo del último cuarto tuvo a Peñarol firme e implacable en su defensa, además de  eficiente para atacar. En los cinco minutos iniciales, los marplatenses no dejaron anotar tiros de cancha a Gimnasia, que solo anotó 4 puntos desde la línea. Clancy ya no molestó más, defendido por Gaby Fernández. Y el ataque visitante fue errático. El parcial definió el juego: 14-4 en esos cinco minutos. Peñarol en ese lapso contó con triples de Gutiérrez y Fernández , y la audacia habitual de Campazzo para penetrar como un camión.

El resto, fue manejar el resultado. Rivero rotó el banco, Gimnasia anotó puntos basura pero Peñarol también cerró con un ataque certero. Victoria 107 a 95, en un gran encuentro para ver. Goleo alto, defensas blandas, y un Peñarol que con virus y todo encima no afloja en su andar en la Liga Nacional.