Quieren recuperar el Ariston para la cultura de los barrios del sur

El mítico café en forma de trébol está abandonado, pese a que es considerado un “baluarte arquitectónico”. Los vecinos de Playa Serena piden que se declare patrimonio y funcione un centro cultural.

Así está hoy el edificio que tanto admiran los arquitectos seguidores del húngaro Marcel Breuer. (Foto: FB de Fernando Xolari)

12 de Septiembre de 2014 09:58

Sobre la ruta 11, a unos 15 kilómetros del centro de la ciudad, un edificio tapiado oculta una historia, un valor arquitectónico que jamás fue reconocido en Mar del Plata, pero que despierta admiración e interés en muchos profesionales del exterior.

La mítica confitería Ariston, ubicada en Playa Serena, es hoy motivo de encuentro y organización de los vecinos de la zona, que emprendieron una lucha para lograr que la obra del arquitecto húngaro Marcel Lajos Breuer, que data de 1947, sea declarada patrimonio y se convierta en un centro cultural para los barrios del sur.

María Inés Benitez integra desde hace años la sociedad de fomento y es señalada como la precursora de este movimiento de vecinos en defensa del Parador Ariston. Según contó a 0223, hace años que se intenta “sin éxito” que el edificio sea declarado patrimonio. “Es una construcción que todo, menos los marplatenses, valoran. Hemos presentado notas y reuniones, pero nunca se le dio importancia. Sin embargo, afuera de la ciudad o desde la Universidad, muchos profesionales miran y estudian el Ariston por su importancia arquitectónica”, explicó la vecina.

Según consta en distintos sitios web que hacen culto al Ariston –hay incluso un grupo de Facebook- la construcción fue diseñada por Breuer, en colaboración de los arquitectos argentinos Carlos Coire y Eduardo Catalano.

Al parecer, Breuer viajó a Buenos Aires convocado por la UBA para dictar un curso de ocho semanas en la Facultad de Arquitectura y fue durante esa temporada que recibió la propuesta de levantar un parador en Mar del Plata, en la zona sur. El arquitectó no lo dudó y entre agosto y septiembre de 1947 construyó el Ariston. Durante unos años, no muchos, ahí funcionó una confitería bailable con comidas y, algunos recuerdan, se hicieron “grandes eventos”.

Según comentaron los vecinos, el edificio tiene dueño, es una propiedad privada. “Pero a las claras está que nunca se mantuvo como debía. Es una lástima verlo. Está abandonado. Por eso pedimos que las autoridades municipales lo declaren patrimonio y que podamos poner en funcionamiento un espacio cultural para el encuentro de los vecinos del sur”, explicó María Inés. “Queremos que se use para hacer actividades de la comunidad, exposiciones, orquestas, murga. Que sea un espacio para la cultura, la recreación”, especificó y dijo que las entidades barriales del sur, el movimiento de murgas, el club social  y deportivo “Defensores del Sur”, el grupo de scouts “Islas Malvinas” y las Mujeres del Sur también "luchan por la recuperación del Ariston".