Los Leones le dieron una lección al bicampeón y se aseguraron una medalla

Historia pura: el equipo dirigido por el "Chapa" Retegui tuvo una actuación memorable, soñada, histórica, y se metió en la final de los Juegos Olímpicos, aplastó a Alemania por 5 a 2 y va por el oro.

Adelante el festejo argentino. Atrás, la decepción alemana. Los Leones hicieron historia grande, a la final y con una paliza al bicampeón olímpico. Ahora, va por el oro. (Foto EFE)

16 de Agosto de 2016 13:35

Por Redacción 0223

PARA 0223

Las emociones para los argentinos no se detienen. Los deportistas olímpicos, nos enseñan a todos, generalmente exitistas, que muchas veces no necesitan ganar para tener en vilo a un país y ser tratados como "héroes". Pero cuando el resultado acompaña, la satisfacción, por supuesto, es más grande. Y mientras aún saboreamos la medalla de plata de Del Potro, destacamos la primera participación olímpica de Las Panteras y La Garra, el crecimiento inigualable de los chicos del vóley o la permanencia de la Generación Dorada, Los Leones nos regalaron otra alegría única por el final y por la forma. Los dirigidos por el "Chapa" Retegui, marplatense por adopción, le dieron una clase magistral a Alemania, bicampeón olímpico, lo golearon 5 a 2 en la semifinal y se aseguraron una medalla, aunque no se conforman y van por el oro ante Holanda o Bélgica.
 

El trabajo da sus frutos. Y con todos los problemas que ha tenido en los últimos años la Confederación Argentina de Hockey, tanto en la rama masculina como femenina, han sabido capitalizar, a través de los cuerpos técnicos y muy buenas camadas de jugadores, el talento y llevaron a Argentina a lo más alto del nivel mundial. Lo de Las Leonas no lo vamos a descubrir ahora ni las vamos a juzgar por no alcanzar una medalla después de 16 años. Lo de Los Leones, que iba en pleno crecimiento, se terminó de concretar en Río de Janeiro, con la primera medalla asegurada, ante una potencia absoluta como Alemania, y la chance cierta de alzarse con la de oro, algo que ni siquiera consiguieron las chicas.

El tercer puesto en el Mundial de La Haya 2014, fue el puntapié inicial para saber que se podía. Hoy, eso ya se superó y la gloria puede ser todavía más grande. Para los que estamos afuera, principalmente, porque los de adentro festejan, pero se vuelven a enfocar en lo que queda y remarcan que para ellos no es sorpresa, que ellos fueron a buscar esto que consiguieron. 
 

De entrada, mostraron el hambre de Leones para aprovechar al máximo las oportunidades que aparecieron. A los 8', cuando todavía se estaban acomodando, el primer corto fue sentenciado por Gonzalo Peillat para abrir el marcador y liberar tensiones. Tres minutos después, otra vez Peillat hizo gala de su arrastrada, superó al arquero y llevó al descanso chico con ventaja de dos goles, más allá del sufrimiento por dos ataques concretos de Alemania en el cierre.

Argentina era más, manejaba la pelot y defendía bien. Pero Alemania por algo es bicampeón olímpico, y se las ingenió para generar ocasiones de gol que se encontraron, mayoritariamente, con las intervenciones notables de Juan Manuel Vivaldi. El golpe de nock out llegó en el segundo parcial, nuevamente desde el palo de Peillat que asestó el 3 a 0.
 

Los fantasmas del 0-3 de Las Leonas que terminaron 2-3 y llevando peligro, asomaron, entonces no hubo lugar para bajar intensidad. Y esa manera de mantener el ritmo, los hizo dibujar una maniobra bárbara, jugadón de Mazzilli que Menini terminó en gol y el quinto, con otro jugadón que Lucas Vila se encargó de empujar.

El resto estuvo demás. Llegaron los dos descuentos de Alemania y una gran cantidad de intervenciones descomunales de Juan Manuel Vivaldi, una de las claves aún con la gran diferencia que marcó Argentina. Los Leones están en la final y para nosotros ya están hechos, pero para ellos no. Lejos de conformarse, ya cambiaron el chip, esperan por Holanda o Bélgica en la definición y sueñan con el oro colgado en el pecho.