No hay caso, Alvarado de visitante no pega una
Por Redacción 0223
PARA 0223
Sin jugar un partido brillante, pero sí siendo superior ampliamente a su rival, Alvarado se volvió a quedar con las manos vacías y cayó frente a Gimnasia de Concepción del Uruguay por 1 a 0, por la decimotercera fecha de la Zona Sur del Torneo Argentino A. El “lobo” se puso en ventaja a los 17’ de la primera parte y después fue todo del “torito” que no tuvo contundencia ni suerte para alcanzar al menos un empate. Con esta derrota son siete los partidos sin ganar de visitante en la temporada (19 si se cuentan los del Argentino B) pero igual sigue cuarto en zona de clasificación.
Como era de esperarse, Gimnasia trató de tomar la iniciativa y ser el dueño del partido, llevando el juego cerca del arco de Aldo Suárez. Y lo pudo lograr en los primeros cinco minutos, con un Matías Padilla movedizo, inquieto, que jugaba a espaldas de Giménez y desnivelaba continuamente. Justamente el 10 pudo abrir el marcador tras una buena jugada de Conrado Besel que cortó con lo justo Suárez.
Pero de a poco Alvarado se adelantó, empezó a ganar con la presión del medio de Giménez y aceleraba en los costados con Centurión y Gáspari, más Castillo que cuando arrancaba en posición de ocho ganaba en velocidad. Antes del cuarto de hora, tuvo tres situaciones netas el conjunto de Noto para ponerse en ventaja pero no las pudo usufructuar. Primero, el goleador rompió por afuera y metió el centro bajo que Gigena no llegó a conectar en el punto del penal. Después, otra vez el exDefensa y Justicia encaró y se animó a rematar pero la pelota se perdió cerca del palo derecho de Catriel Orcellet. En la última, la hizo toda Ezequiel Ceballos, que parecía que siempre hacía una de más pero iba dejando defensores en el camino y asistió a Gigena que la elevó por sobre el travesaño.
Lo cierto es que Alvarado de visitante no liga ni un poco. Sino no se entiende como, a los 17´, Sergio Umpiérrez ganó con tanta facilidad por derecha y puso la pelota adentro para el ingreso de Padilla que no tuvo más que tocarla al fondo del arco y poner el 1 a 0 para Gimnasia en el mejor momento del conjunto marplatense.
Otra vez a remar de atrás y tratar de asimilar el golpe de una manera que no desmotive mucho a los jugadores. El “torito” siguió presionando y jugando en campo rival, aunque ahora sin posibilidades de riesgo ante una defensa local que se acomodó mejor y cerró los espacios. De pelota parada lo pudo igualar Gáspari de cabeza pero se fue apenas desviada y todo seguía igual.
El local ya no llegó con peligro y al conjunto marplatense le costaba más inquietar a Orcellet, pese a que era el que tenía las mejores intenciones. El ingreso de Gastón Valente por el lesionado Laureano Tello cambió el dibujo porque se paró con línea de tres y ganó con la salida por afuera. Sin embargo, le generó preocupaciones en defensa, porque Leo Vitale se perdía como stopper y Besel lo complicaba más de la cuenta. Igual, se fueron al descanso con Gimnasia inmerecidamente arriba y con un Alvarado necesitado de traerse al menos un punto.
Con esa mentalidad salió el “torito” al complemento, con Castillo parado decididamente de punta y mucha vocación ofensiva. Los envíos aéreos eran una de las principales cartas para llegar al empate, ya que habían ganado en la primera etapa. Y lo volvieron a hacer en el comienzo de la segunda, con Quiles que no pudo darle más dirección a su cabezazo y controló Orcellet.
Alvarado ya no tenía la precisión del primer tiempo y empezó a abusar del pelotazo para los delanteros sin efectividad. A medida que pasaban los minutos el fútbol se diluía cada vez más y entraba en desesperación, equivocando los caminos. Valente no fue la solución que Noto pensó en la primera parte, no aportó en ataque, no tenía intensidad en defensa y falló en la ejecución de un tiro libre que si no fuera por la recuperación de Giménez hubiera sido el segundo tanto de Padilla.
El equipo de Mataderos era superior en cuanto a intenciones y a la pretensión de alcanzar la igualdad, mientras que los locales no arriesgaban ni un poco, se aferraron a la ventaja y no pasaban demasiados sofocones por la escasa profundidad visitante. Gustavo Noto se la jugó con la entrada de otro delantero (Gonzalo Malán) por Giménez, por lo que acumuló hombres de ataque pero perdió equilibrio.
De todas formas, tener muchos delanteros no garantiza ser más ofensivo, porque tienta tirarle centros desde todos lados y no hay jugadas elaboradas. Y en ese contexto, los minutos pasaban y favorecía al local. Encima, ya no tenía jugadores de recuperación y Gimnasia tuvo las dos más claras del complemento a los 31’ y 33’, primero con Ferreyra y después con Besel, que por suerte para los marplatenses no pudieron definirlo.
A los 36’ Alvarado tuvo la más clara del partido pero ni esa le salió. Porque Juan Gáspari se animó con un remate que superó la estirada de Orcellet pero fue devuelto por el palo, mostrando que más allá de que juegue bien o mal, no tiene esa pizca de suerte que se necesita en el fútbol.
Perdido por perdido, para los últimos cinco minutos, Gustavo Noto mandó a la cancha a Brian Cortadi, lo sacó a Vitale y quedó solamente con dos defensores. Un tiro libre de Ceballos que se fue apenas al lado del ángulo derecho de Orcellet estuvo cerca de ser el empate. Y en la última jugada del partido, a los 46’ falló el arquero y Gigena la empujaba el árbitro Bruno Bocca, a instancias del línea, anuló el tanto y ya no hubo tiempo para más.
El maleficio jugando fuera de Mar del Plata no tiene fin, ya son 19 los partidos en los que no conoce la victoria (contando doce del Argentino B) y cada golpe es más duro. Porque merece más y no puede sacarse esa espina que lo soltará para los encuentros siguientes fuera del José María Minella donde, por suerte, se hizo inexpugnable y se mantiene en los puestos de clasificación.
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