Jorge Taglioni: "Volver a la Comedia es una revancha de la vida"

El actor vuelve a formar parte de la Comedia Municipal para protagonizar Jetattore en el sillón, tras 38 años y muchos compañeros perdidos. Cuenta detalles de su paso por la anterior Comedia, junto a Luis Conti y Gregorio Nachman.

12 de Enero de 2016 17:29

Por Redacción 0223

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Jorge Taglioni es actor, nació en Tandil pero desarrolló gran parte de su vida en Mar del Plata, donde se formó profesionalmente.  Llegó a la Comedia Marplatense en 1974 con 20 años y allí forjó una amistad con Luis Conti y Gregorio Nachman, ambos desaparecidos durante la última dictadura militar. Luego de 38 años, Taglioni volvió a la Comedia Municipal para protagonizar Jetattore en el sillón.

La Comedia fue restituida en octubre del 2013 luego de la aprobación por unanimidad de la ordenanza 21.482 en el Concejo Deliberante y su recuperación significó la respuesta a una demanda histórica de la Asociación Argentina de Actores, entre otros espacios y referentes de la cultura local.

-¿Cómo fue su experiencia en la anterior Comedia?

-Éramos la Comedia Marplatense. Funcionábamos como una cooperativa municipal, cobraba Gregorio (Nachman) y repartía la plata. Después, en 1975 viene el reconocido director Fernando Bebal con su grupo de teatro de Mar del Plata -que hacía clásico americano- y me presentó a mí y a otro actor para estar en esa obra que fue muy apoyada por los actores de Buenos Aires. Ese fue mi debut comercial, por suerte nos fue muy bien y ganamos varios premios. Era un momento muy difícil del país, el 1 de julio muere Perón, se crea la triple A y empezamos a ser perseguidos. Yo estudiaba derecho, y con el grupo tuvimos que abrirnos y dejamos de vernos. Ellos comenzaron a ensayar una obra que se llamaba Sanka Kancha, la última de Gregorio. El 19 de junio de 1976, después de la desaparición de Luis Conti, secuestran a Gregorio.

-¿Estaba casado?

-Sí, con dos hijos. En el 76´ nace mi primer hijo en la Ciudad de Buenos Aires. Al primero lo pierdo cuando me secuestran, lo encuentra mi suegro. El segundo nace en cautiverio, en el “Olimpo”, un centro clandestino de detención.

-¿Cómo es que perdió a su hijo?

-Cuando me secuestraron, lo dejaron con unos vecinos. Tres días después, mi suegro lo fue a buscar porque mi hijo cumplía dos años. Llegó, encontró la casa vacía y el chico al lado. Si mi suegro –que vivía en Mar del Plata- no viajaba a visitarnos por el cumpleaños del nene, probablemente yo no veía nunca más a mi hijo.

-¿En los medios se veían noticias sobre Nachman?

-No, nada. A Gregorio se lo llevaron de su departamento de la calle Larrea e Independencia,  inclusive hemos ensayado ahí. Tenía 52 años cuando desapareció. Tengo un recorte de diario en el que yo aparezco como subversivo prófugo. Los sobrevivientes estamos contentos de estar vivos. Mi hijo nació el 31 de julio de 1976 y ellos desaparecieron el 19 de junio, no pudieron ir a la clínica a ver a mi hijo nacer.

Otro actor desaparecido es Carlos Waitz. Fue unos meses después, se lo llevaron de escena, estaba haciendo la obra Israfel, nos conocíamos de chicos. La cantidad de obras y de actores no era la de hoy, era un círculo muy chico donde nos conocíamos todos, pero las noticias no nos llegaban a través de los medios como ahora.

-¿Cuál fue la última obra que pusieron en escena?

-Sanka Kancha fue la última de la Comedia, que era Comedia Marplatense, en ese momento era todo más informal, más chiquito, de pueblo, quiero decir que no había una cosa legal escrita ni tampoco existía el movimiento que hay hoy en Mar del Plata.

-Como actores, ¿estaban nucleados en algún gremio?

-Nosotros creamos la Asociación Argentina de Actores en el que ahora es el Teatro Municipal Diagonal. Se laburaba mucho y no había apoyo de ningún tipo: era todo muy artesanal. Hoy existe el teatro independiente pero tiene auspiciantes y recursos del estado, es otra cosa.

-¿Habías visto alguna obra de la Comedia antes de que te convocaran?

-Sí, había visto dos: Un despido corriente, en el teatro Atlantic, y Juan Palmieri. En esa trabaja Luis Conti. La última vez que la Comedia se presentó en público fue en el Festival de Manizales, en  Venezuela, en el año 1975.

-Usted también estuvo secuestrado. ¿Cómo fue su experiencia al recuperar su libertad?

-Estuve seis meses, recién terminado el mundial. Primero estuve detenido en El Banco y después me llevaron al “Olimpo” en el medio de la Capital Federal. Salí el 26 de enero de 1979, y cuando salí me puse a trabajar en la construcción porque era lo que había. Después empecé a trabajar en un banco y ahí entré al grupo de Rinaldi donde estuve tres años y lo conocí a Marcelo Marán: con él trabajo desde el año 1988.

-¿Qué le genera ser parte de la nueva Comedia Municipal?

-Para mí es el hecho de volver a aquello que me fue quitado hace 38 años. Es una alegría enorme trabajar en una Comedia que se llama Nachman-Conti: Luisito mi amigo y testigo de casamiento y Nachman, mi maestro. Es como una revancha de la vida. Es contarle a mi nieta, hija de mi hijo nacido en cautiverio. Para los que estuvimos desaparecidos es algo muy fuerte, es sentir que valió la pena tanto esfuerzo y tanta pérdida de seres queridos. Yo hacía obras de teatro estando secuestrado, nos ponían a nosotros delante de los militares, me pedían que tocara la guitarra mientras ellos comían. Muchas veces me pregunté porque me tocó sobrevivir teniendo en cuenta que muchos de mis compañeros no tuvieron esa suerte y después de tantos años, siento que soy testigo de muchos que hoy no están, y siento una alegría inmensa de protagonizar esta obra. Mucha emoción.