Lo entregó la mamá y la distorsión de la fe

31 de Diciembre de 2016 08:18

Por Redacción 0223

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Mató a un hombre de tres disparos y su madre lo entregó a la Justicia

El dato de los investigadores era preciso desde el comienzo: el sujeto que asesinó de tres disparos a Marcelo Pili en la puerta de su casa en el complejo Centenario era un menor de edad conocido de la víctima. Si bien los allanamientos realizados horas después no arrojaron resultado positivo, dos días después del crimen, la madre del autor lo entregó en el Juzgado de garantías del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.

El menor de 17 años llegó al Juzgado ubicado en Catamarca casi Colón luego de que su madre lo convenciera de entregarse. Los múltiples testimonios en su contra por parte de los testigos que lo vieron llegar a la casa de Pili, golpear la puerta y disparar cuando lo atendieron, no dejaron dudas acerca de su responsabilidad en el hecho.

El adolescente había tenido múltiples conflictos penales, aunque ninguno tan grave como haber asesinado dos años antes al taxista Rubén Cufré en la esquina de Alvarado y Tierra del Fuego. En esa oportunidad reconoció la autoría de ese hecho, pero quedó en libertad porque tenía 15 años y era inimputable.

 

“El que le cree a Dios, obedece lo que no entiende”

La frase escrita en una de las paredes del “templo” ubicado en O´Higgins 333 confirmó para los investigadores parte de las denuncias que llevaron a iniciar una causa contra el pastor Isaías Hurtado y otros integrantes del ministerio religioso. Tras cinco allanamientos detuvieron a otras cuatro personas bajo la hipótesis de que se sometía a las víctimas y se los obligaba, entre otras cosas, a entregar sus sueldos si tenían trabajo en otro sitio.

Según la hipótesis de la Justicia Federal, el líder de la organización separaba a las personas de sus familias y limitaba su libertad de movimiento. Incluso, Hurtado habría cometido los abusos sexuales porque sus víctimas eran “esposas que Dios le elegía” y, según se desprende de las declaraciones de las denunciantes, les decía que debía "santificarlas" con su “semen ungido”. 

Aunque la mujer del pastor fue beneficiada con el arresto domiciliario, el resto de los imputados continúa detenido luego de que la Cámara Federal de Apelaciones confirmara los procesamientos por el delito de trata de personas con fines de explotación laboral.