De nudos, multas y pasaportes

Mientras Tomás Gerpe y (mucha) compañía pasean por Moscú, las reuniones para dinamizar el trabajo y la producción en el puerto no salen del diagnóstico y llegan multas por infracciones que la misma Subsecretaría reconoció no poder resolver.

15 de Septiembre de 2016 08:21

Con más de 20 días de demora y sin los ministros bonaerenses de Trabajo y Agroindustria, la cuarta reunión de la mesa técnica de Trabajo y Producción que el viernes pasado se desarrolló en el salón principal del Consorcio Portuario con representantes de cámaras empresarias y referentes sindicales, dejó a todos con la misma sensación de angustia y preocupación. “No comprenden la gravedad de la crisis”, coincidieron en resumir.

Desde los gremios el mensaje fue el mismo. “Saquen los barcos a pescar”, les dijeron a la comitiva de funcionarios que llegaron de Nación y Provincia, Carlos Mezzamico, dirigente del Supa y Mario Galano, el representante del Centro de Patrones, cuyos afiliados coleccionan horas muertas en los muelles. 

En el puerto las grúas de la estiba tienen casi más demanda para retirar vehículos del interior del espejo de agua –el escaso profesionalismo y nula capacitación del personal del Consorcio llegó a los medios nacionales- que en la operatividad de una flota fresquera jaqueada por la falta de rentabilidad, con altos costos de producción y sostenida en el precio del pescado en banquina.

“Rápidamente deben llegar soluciones para reactivar la flota fresquera que es la mayor generadora de puestos de trabajo, directa e indirectamente, como así también para el resto de la cadena de valor del sector pesquero. Creo que las autoridades se han ido con un claro mensaje de las cámara y sindicatos: las medidas gubernamentales deben llegar en lo inmediato o será tarde y todos lo lamentaremos”, subrayó Diego García Luchetti, presidente de la Cámara de Armadores de Buques Fresqueros de Altura.

“La gente pregunta si el gobierno pretende exterminar la pesca y no sabemos que decir. Los dirigentes queremos ayudar pero necesitamos gestos concretos, y estas cosas no ayudan a calmar los ánimos”, dijo Mariano Retrivi, gerente de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera en la reunión.

Lo que no ayuda son los 150 sumarios que comenzaron a recibir en los últimos días un grupo de armadores de la Asociación, con la liquidación de las multas aplicadas en el primer semestre del año por una supuesta mala clasificación del pescado al momento de la descarga.

La nueva administración que encabeza Tomás Gerpe, en un intento por mejorar el control de dicho proceso, generó un engendro de imposible cumplimiento. Como pretender que un armador separe toda la captura en muelle, avise por nota 6 horas antes de la descarga, la cual debía ser recibida hasta las 16 horas, de lunes a viernes.

La flexibilización de la autoridad de aplicación mantuvo el mal humor de los armadores. Los obligaba a dirigirse solo a una planta procesadora a clasificar la carga, la cual debía contar con la habilitación de Senasa, y el operativo tenía que ser avisado con anticipación para la consiguiente fiscalización.

Desde la Asociación plantearon las observaciones del caso: la flota opera todos los días que el buen tiempo les permite salir a la mar y casi siempre finalizan las tareas estando a solo 3 horas del puerto. Que como se dedican a variado costero, pueden traer hasta 30 especies diferentes. Que las empresas de estiba apenas clasifican las 4 más importantes en cantidad y solo disponen de 3 camiones en simultáneo como máximo.

Propusieron una metodología más ágil, menos onerosa y fácil de implementar, basado en declaraciones juradas individuales, sujeto a inspecciones o auditorías sorpresa, espontáneas, al azar y sin aviso.

Recién en el mes de julio la Dirección Nacional de Pesca corrigió y flexibilizó la operatoria de la descarga de la flota costera. Pero en los últimos días de agosto comenzaron a llegar los sumarios con las actas de infracción de lo ocurrido en el primer semestre. Son unos 150 sumarios con multas que oscilan entre los 10 y 20 mil pesos. Faltan que lleguen otras tantas.

La semana pasada el Consejo Federal Pesquero decidió dar marcha atrás con el aumento sobre los derechos únicos de extracción de las distintas especies, excluyendo al langostino patagónico, que había aplicado en julio. El descuento impacta en la flota fresquera con una rebaja del 50%. Así y todo, la actualización de los derechos redondea un incremento del…550%.

Mientras en Mar del Plata se acumulan multas y aumentos desproporcionados, la autoridad de aplicación sigue recorriendo el mundo, visitando ferias internacionales, rememorando su antigua función de vendedor de pescados y mariscos.

Este jueves termina la edición 2016 de Wordfood Moscow, una feria internacional que en el mapa de los eventos pesqueros, no ocupa ninguno de los escalones del podio. La escasa importancia no impidió que la comitiva argentina sea una de las más nutridas.

Tampoco Rusia es un mercado de destino principal de los productos argentinos. En el 2014 ocupó el décimo lugar en el ranking: recibió 8803 toneladas, mayormente de merluza H&G congelada a bordo, por un total de 31,2 millones de dólares, con un valor promedio de 3550 dólares la tonelada.

El año pasado, la retracción en el precio hizo retroceder a Rusia al undécimo lugar. Fueron 7088 toneladas, por 17,6 millones de dólares, a un valor promedio de 2490 dólares, según la estadística que reporta el movimiento exportador de la industria.

Una feria que no tiene mayor trascendencia, en un mercado que apenas representa el 2% de las exportaciones pesqueras nacionales, cuenta con la participación, además de Tomás Gerpe, de Mauricio Remes Lenicov, director de Pesca Continental; Martín Hernández, director de Legales; Ricardo Petterson, representante del Poder Ejecutivo en el Consejo Federal Pesquero, Alejandro Latte, asesor de la Subsecretaría; Pablo Drash, responsable de comunicación de la Subsecretaria; Juan Antonio López Cazorla, representante de suplente por Tierra del Fuego en el CFP, y Karina Sola Torino, coordinadora Institucional del CFP.

A principios de semana la lista fue repasada con precisión de cirujano por los inspectores del Distrito Pesca en el puerto marplatense. Les hubiese gustado otro destino para semejante gasto. Como afrontar la actualización salarial acordada tras el fin de la joda, la subdeclaración tarifada, el baile de disfraces para camuflar merluza hubbsi.

La excusa de los funcionarios para fundamentar semejante erogación de viáticos es que Rusia no renovó la habilitación sanitaria de unos cuantos frigoríficos que recibían el pescado importado de nuestro caladero.

Bien podrían preocuparse por los frigoríficos que crujen y tambalean en el puerto marplatense, donde se han perdido más de 500 puestos de trabajo en lo que va del año. Con mandar un representante de Senasa a Moscú tal vez alcanzaba. Más o menos eso le dijo Oscar Fortunato, presidente de CEPA, a Juan Manuel Bosch, director Nacional de Pesca, en la reunión del viernes en el Consorcio.

Y la falta de competitividad que priva a la industria pesquera de mercados como el de Rusia no se recupera visitando clientes sino corrigiendo variables en la estructura de costos, como el combustible, que mantiene la misma carga impositiva, distorsiva, de siempre.

Pero cómo negarse a conocer Moscú, el Kremlin, escuchar las campanas de los templos, recorrer la Plaza de las Catedrales. Un itinerario irresistible si para colmo el viaje incluye una visita fugaz por Noruega. Sobre todo si lo pagamos nosotros.