Montenegro: “El endurecimiento de las penas no sirvió en casi ningún lugar del mundo”

17 de Octubre de 2017 08:00

Por Redacción 0223

PARA 0223

Guillermo Montenegro recuerda los años de su infancia en Mar del Plata, cuando desde su casa en Yrigoyen al 1800 hasta la escuela 1 en 25 de Mayo y Mitre. Su mamá le decía que si se llegaba a perder buscara un policía. “Hoy no es esa la sensación. Hoy parece que la policía más que ser parte de una solución puede ser parte del problema”, dice el exministro de Seguridad porteño en una entrevista con 0223. Sin embargo, asegura que eso está comenzando a cambiar.

“El buen policía siente que hay un acompañamiento del gobierno y se empieza a sentir orgulloso. Y la gente también empieza a confiar, porque ve los resultados”, agrega. Montenegro se convertirá a partir del 10 de diciembre en diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y, como especialista en seguridad, lanza una premisa importante: “El endurecimiento de las penas no sirvió en casi ningún lugar del mundo. Lo importante es que se cumplan las penas”.

-¿Qué se pone en juego en esta elección?

-Los bonaerenses nos estamos jugando muchas cosas. Fundamentalmente esta transformación que se está dando en la provincia  desde el momento en que María Eugenia asumió, que tiene que ver no solo con las obras de infraestructura, sino una lucha muy clara contra las mafias, el narcotráfico, la corrupción policial. La discusión no viene solamente con el hacer que es mucho, y que se nota y que la gente te lo reconoce, sino con una discusión de valores. Esto es clave, sobre todo cuando uno no solamente vota lo que va a conducir, sino vota con el corazón, con la panza. ¿Quién realmente me puede ayudar a solucionar mis problemas? Esta es la discusión más importante del 22. Por eso yo digo que no es una elección política, sino una decisión de hacia dónde vamos como provincia.

-¿Les sorprendió que las Paso hayan sido tan parejas?

-No. Cuando nos comentaban que estábamos seis puntos abajo nosotros decíamos que eso no era así. Y tampoco es lo que sentimos ahora que nos dicen que estamos seis o siete puntos arriba. La única elección válida fue la Paso, que la perdimos. Se puede llegar a mejorar mucho, pero trabajando y escuchando al vecino. Esta elección va a ser de contar voto a voto, de fiscalizar bien, de tener gente que nos ayude y acompañe. Les pedimos a todos que nos ayuden, que vayan a votar y que vayan a expresarse, que es lo más importante de la elección.

-Hacen mucho hincapié en la lucha por mejorar la policía. ¿Cómo especialista en seguridad cómo ve el tema?

­-El policía corrupto no es policía, es un delincuente disfrazado de policía. La decisión que tomó María Eugenia, con su equipo de gobierno y que acompañamos todos, tiene que ver con separar al mal policía. Vos necesitás el recurso humano para la lucha contra la inseguridad. La inseguridad no se combate solo con cámaras, patrulleros y policías. Hace falta inclusión social, cultura, educación, deporte. Pero el recurso humano policial es muy importante.

La corrupción en la policía atravesaba distintas áreas de la provincia: el juego ilegal, la venta ilegal, la mafia sindical. Todo tiene que ver con todo. Lo más importante de lo que se está llevando adelante en la provincia es esa lucha.

-Más allá de separar a los policías corruptos, ¿hace falta una reforma integral de la Bonaerense?

-Lo más importante es la conducción. Tiene que ser una conducción política. La parte operativa es policial, pero los lineamientos de la policía que uno está buscando tiene que ser de la política. Además, viene con mucha capacitación, mucho entrenamiento, mucho equipamiento, mucha tecnología, todo esto son cuestiones que van a mejorar la calidad del servicio que vas a dar en materia de seguridad.

Pero la parte más importante siempre es el recurso humano. Se hizo un trabajo muy exhaustivo en todo lo que tiene que ver con capacitación, entrenamiento y equipamiento. Se entregaron cantidad de patrulleros, chalecos, equipos de comunicación nuevos con comunicación encriptada. ¿Por qué es tan importante? Porque te escuchaban los delincuentes. Estamos en el Siglo XXI y pasaban estas cosas y todavía sigue pasando en algunos lugares porque recién estamos llegando. El cambio no llega de un día para el otro, hubo mucha desatención de la política en los últimos 25 años.

-¿Qué otros cambios hacen falta?

-Las modificaciones son permanentes. Modificamos Asuntos Internos y lo pusimos por fuera de la policía. Generamos áreas específicas de investigación que tengan que ver con la propia policía, que presenten declaraciones juradas, que tengan que hacerse análisis toxicológicos.

También es necesario verificar cómo tenés que dividir la policía de acuerdo a la investigación. Hoy tenés divisiones que no existían hace 10 años. El cibercrimen hace 10 años no existía. Hoy hay que darle mucha más trascendencia a esos delitos, incluso comparado a hace 2 años. Son permanentes los cambios porque cambia la sociedad.

 

-¿Qué se puede hacer desde el Congreso?

-En mi caso que voy a ser diputado, ir viendo cómo se va modificando la actividad humana para buscar mejores soluciones en materia de investigación, celeridad, cambios que se tienen que hacer.  Para vos tener equipamiento tenés que tener presupuesto, para tener presupuesto puede que haya que hacer modificaciones legislativas que permitan que el gobierno de la provincia de Buenos Aires, más allá de María Eugenia, tenga las herramientas para poder llevar adelante este tipo de trabajo.

También es clave que los legisladores de la provincia nos pongamos de acuerdo para buscar soluciones, más allá del espacio político de cada uno.

-En materia legislativa siempre se reclama el endurecimiento de penas. ¿Está en agenda?

-El endurecimiento de penas no sirvió casi en ningún lugar del mundo. Lo importante es que se cumplan las penas. Si yo digo Vamos a endurecer las penas, pero no tengo una policía y un sistema judicial que se realice una investigación y se juzgue, es como comprar el mejor auto para correr una carrera, pero sin nafta ni piloto.

Esto tiene que ver con la justicia, la policía, la legislación. La justicia tiene una enorme responsabilidad en materia de seguridad. Parece que no, pero sí: tiene que ser rápida, es parte de la sociedad. Yo fui juez mucho tiempo y tenés que buscar las mejores soluciones para acompañar a los buenos policías en las investigaciones y también para descubrir a los malos policías y apartarlos.

Es muy importante, más que algún tipo de modificación aislada, generar un cambio estructural en algunas cuestiones que tienen que ver con el sistema penal judicial. Qué modificación hacemos en el Código Penal por esto de que las conductas fueron cambiando. En el sistema procesal porque hay peritajes que son diferentes.

-¿Qué temas puntualmente?

-Cómo vas a hacer valer una orden de allanamiento. ¿Sirve el fax? Mirá las discusiones que hay todavía en el Poder Judicial. Que el acceso online de un expediente sea algo de todos los días y lo puedas ver desde tu casa. La Ciudad está más avanzada en esas soluciones por la legislación que tiene, porque la Ciudad nació después. Tuvo una legislación conceptualmente moderna.

Esto hay que llevarlo a todos lados. La celeridad, el acceso y la cercanía es lo que te permite la confianza. Y cuando vos empezás a confiar en el sistema es cuando la gente se acerca a hacer las denuncias. Lo mismo pasa con la policía. Toda esta mejora de la que hablamos, viene con la contracara de la sociedad. Tenemos que acercar a la gente, que la sociedad confíe en la policía, pero solo se va a lograr si la policía hace bien las casas. Hoy no es esa la sensación. Más que ser parte de una solución puede ser parte de un problema.

-¿Cuánto tiempo va a llevar que ese cambio se vea?

-Cuando en seguridad dejás de trabajar, es cuando empiezan los problemas de nuevo. Pero ya se notan cambios. El buen policía siente que hay un acompañamiento del gobierno y se empieza a sentir orgulloso. Y la gente también empieza a confiar, porque ve los resultados. Hay más de 600 policías detenidos, más de 6.000 sumariados. Eso no habla de una purga, sino de separar a los malos policías.